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El poder de las chicas Alpha I

Las adolescentes de Estados Unidos viven en un escenario incomparable. No se consideran inferiores a los hombres ni tampoco creen que deben transformarse en una imagen gemela de ellos para triunfar. Son asertivas, seguras y recibieron de sus papás herramientas que las han empoderado. A las mejores y más brillantes, a las que nacieron para ser líderes, el sicólogo clínico e investigador norteamericano Dan Kindlon las llama "Alpha Girls".

13 de Marzo de 2007 | 11:09 |
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La del noventa no fue una buena década para las adolescentes en Estados Unidos. Al menos no para su imagen pública. Libros súper publicitados como "Reviving Ophelia", de Mary Pipher; "Queen Bees and Wannabees", de Rosalind Wiseman, y "Odd Girl Out", de Rachel Simmons, contribuyeron a formar una imagen "oscura" de las chicas. Los retratos hablaban de niñas sin vitalidad, faltas de motivación, carentes de autoestima, ansiosas, abrumadas por desórdenes alimentarios. Pero al sicólogo Dan Kindlon esa imagen no lo convencía. "Me di cuenta de que la visión generalizada sobre las adolescentes estaba equivocada. Los libros de sicología las pintaban como un desastre, pero yo sencillamente no lo veía en la realidad. Me interesó cuestionar esa visión".

Así se gestó el estudio que nutre a "Alpha Girls", un libro que publicó el año pasado en Estados Unidos, en que mediante cientos de entrevistas a colegialas afinó el perfil de las chicas alpha, que resultaron ser alrededor del 20 por ciento de las interrogadas. A ellas les va mejor que a los niños. Tienen buenas notas, son seguras de sí mismas. Las alpha son las mejores y las más brillantes, y representan a un amplio grupo de niñas que pese a no ser alphas, son parte de un mismo grupo de mujeres en ascenso.

El autor - que especializa su práctica en niños y adolescentes- realiza un perfil de cómo son: nacieron a partir de 1980 y pertenecen a la primera generación de mujeres que viven dentro de una sociedad bastante igualitaria entrando a la adultez en un mundo en que la discriminación femenina no se tolera como antaño. Tienen un interés especial en los deportes y son posteriores a "Roe versus Wade" (el fallo de la Corte Suprema de 1973 que despenalizó el aborto en este país). Sus madres experimentaron la segunda ola del feminismo y tienen expectativas distintas para sus hijas. Independencia, autonomía, autosuficiencia y ambición son conceptos que las identifican. No se consideran inferiores a los hombres, tampoco creen que deben transformarse en una imagen gemela de ellos para triunfar. Sienten que pueden elegir cómo vivir y están dispuestas a pelear contra la inequidad. Son asertivas, seguras y pueden elegir entre aptitudes asociadas tanto a lo masculino como a lo femenino. "Ese todo crea un rango de atributos más amplio que en cualquier otro momento de la historia", señala Kindlon.

Para llegar a ese punto, el papel de los padres ha sido esencial. "Las toman mucho más en serio", asegura el sicólogo. Porque si en otros tiempos la norma fue que el papá fuese el primero en dejarle en claro a una hija que tal o cual camino no era apropiado para una mujer, los progenitores de ahora tienen relaciones más cercanas y les transmiten modos de ser masculinos, que ellas ponen a funcionar a su favor.

Una anécdota le ayuda a Kindlon a explicar la forma en que ellos incentivan a las chicas de hoy en día a abrirse a nuevas experiencias. "Vi a un papá con su hija de 7 años esperando su orden de comida china. Ésta tenía el número 1-0-1-0, que él aprovechó para empezar a explicarle el código binario. Me hizo darme cuenta de que antes los padres no solían hacer eso con sus niñas, porque asumían que no eran tan inteligentes o que no necesitaban saber de esas cosas". Por esto es que las chicas alpha son híbridos de ambos progenitores: no son del todo femeninas ni del todo masculinas, ya que toman lo mejor de cada uno y eso les parece perfectamente normal. Un factor que, además, las pone en ventaja respecto de los hombres de su edad. "No hemos llegado tan lejos con los niños", sostiene el autor. Ese es un tema que él también toca en "Raising Cain" (en español se publicó bajo el título "Educando a Caín: Cómo proteger la vida emocional del varón"), un best seller que apareció en 1999 y que hoy se cita como una de las guías más importantes para entender la sicología de los chicos y adolescentes.

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