La rutina de Kristel Köbrich llega a ser agotadora, incluso para varios deportistas de elite.
Desde que vive en Córdoba, se levanta a las 3 de la madrugada y a las 4 está en la piscina nadando, hasta las 6.30 am. Después de eso toma desayuno, descansa un poco y se va a hacer yoga. Como a las 2 de la tarde hace acondicionamiento físico y a las 4 vuelve a la piscina, donde nada por otros 180 minutos; se acuesta como a las 10 de la noche.
A esto suma que tres días a la semana va a clases de traducción y que los sábados también entrena de 7 a 9.30 de la mañana.
-¿No te han salido escamas?
(Se larga a reír) “Nada que ver, no, lo único que te puede afectar de tanta natación es que se te ensanche el tórax, la espalda, pero a mí no me influye y no es tema, tampoco, entre las nadadoras. Yo creo que es más un mito. No es mi caso”.
-Optaste por dejar el Colegio Alemán e irte al colegio de los deportistas. No es algo que hagan todos los jóvenes.
“Creo que, por ahí, no se la han jugado como corresponde. Muchos deportistas se dan un año sabático entre el colegio y la universidad, pero para muchos ese año no alcanza y no es el salto adecuado, independiente de las facilidades que te dan cuando entras a la universidad. Yo lo hice para probar, me quedaban dos años para terminar el colegio, necesitaba más tiempo dedicarme un poco más a esto, para ver los resultados que podía llegar a tener”.
-¿Y tomar la decisión de irte a Córdoba a fines del 2003 fue un paso difícil?
“Creo que con el paso del tiempo te das cuenta de que lo fue. En el momento, estaba súper decidida, consciente de que iba a estar lejos de mi familia, que me la iba a jugar, pero que si no me sentía cómoda me podía volver. Fue un tema duro para cualquier papá, tenía 18 años, pero no lo pensé dos veces, quería probar y bueno... todavía estoy probando y llevo tres años y medio (con una sonrisa)”.
-¿Ayuda en algo que vivas con tu entrenador Daniel Garimaldi y su familia?
“Ayuda, porque tengo otra familia allá. Yo soy súper hogareña, entonces me siento súper cómoda, me tratan súper bien, como una hija más, obviamente con la diferencia necesaria frente a sus hijos. Me han abierto tanto las puertas, me tratan con tanto cariño que no me puedo quejar de nada”.
-¿Tu carrera es como solitaria? Ni siquiera es posta en natación.
“Sí, soy yo, el reloj, el tiempo y mi entrenador. Es una carrera súper solitaria y por ahí puede ser un deporte súper egoísta porque es uno y uno, pero es así. Por eso la natación puede llegar a ser aburrida”.
-¿Se acomoda más a tu personalidad? ¿Eres una joven solitaria?
“No, no sé si solitaria, pero tranquila, puedo ser un poco fría, cerrada en algunas cosas, independiente en otras, pero trato de estar el 800% con mi familia cuando estoy acá, de compartir con mis amigos, dividirme en 8 si es necesario”.
-Viendo tu rutina, ¿qué te motiva a seguir adelante?
“Me motiva el tener el objetivo claro de seguir mejorando. Si no lo tienes claro es súper fácil desviarte, no tener ganas y desconcentrarse y estar pensando en otra cosa. Tengo un entrenador y un psicólogo que me centran un poco y tu misma familia te ayuda cuando estás sin ganas, decaída, por ahí te arman un poco y te hacen ser más fuerte”.
-¿No te cansas? ¿Has querido abandonar algún día?
“Lógico que me canso, claro que me canso, pero no es mi prioridad retirarme. Nunca se me ha cruzado por la mente abandonar cien por ciento, pero seguro he tenido días en que no quiero meterme al agua, pero no porque no quiera seguir entrenando, sino que es sólo por ese día.
“Es un tema súper normal, las rutinas en cualquier vida cansan. Lo hace tener que llevar todos los días a tus hijos al colegio en la mañana, todo te cansa, pero a lo mejor el mío es un cansancio más físico que el de otras personas, pero hay un cansancio mental igual”.
-¿Qué resultado es el que te ha dado más satisfacción?
“Creo que todos son distintos y todos tienen algo positivo. Mi primera medalla fue como en el ´99 y fantástica. Haber podido clasificar para un Sudamericano adulto, fantástico, el haber sacado medalla de oro en un Sudamericano juvenil, fantástico. Todo, para mí, ha tenido un cien por ciento en su momento.
“No sé, a lo mejor para la gente puede ser un lugar 15 en los Juegos Olímpicos o este séptimo en el Mundial de Melbourne. Todos los torneos van sumando experiencia, resultados, te hacen estar mejor parada en la otra competencia”.
-Ya no tiene gracia competir en Chile, ganarías siempre.
“O sea, hace mucho tiempo que no vengo a un nacional chileno porque me saca de mi rutina de entrenamiento...
-Y no implica desafío.
“Claro”.
