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"Soy el abuelito de los skaters"

08 de Mayo de 2007 | 09:14 |
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Tiempo libre no le queda mucho, pero el que tiene lo aprovecha para escribir una película con un amigo. Con "Los hermanos Martínez" está medio parado, porque están todos en diferentes cosas, así que no han podido sacar una nueva obra de teatro.

-¿Siempre estás pensando en hacer cosas nuevas?
"En cosas nuevas estoy medio seco; estoy medio cansado, llego raja a la casa. Es que igual estoy tirando todas las energías, toda la carne a la parrilla pa' esta cuestión.
"He sido tan disperso en la vida –toco serrucho, órgano, guitarra, ukelele; hago programación en computadores-, pero todo lo hago más o menos, ¿cachai? (lo dice bien serio y después vuelve a reírse sin parar). Algún día lo haré todo bien, aunque lo más importante es el interés... tener intereses, eso creo yo. Es lo esencial, tener intereses y que no se te diluyan".

José Martínez nació el 31 de julio de 1975. "Tengo 31 años... ¡viejo!", dice y se muere de la risa.

-¿Estás solo o con pareja?
"He tenido hartos dramas en mi vida, pero ahora estoy solo. He estado casado (con la actriz Javiera Contador), después viví con una niña tres años; con otra, dos y ahora solo".

-¿Por qué no funcionan las relaciones? ¿Por lo payaso?
"Dicen que soy un poco cabro chico y puede ser que sea un poco egocéntrico, también, por la cosa ésta de que yo, yo, yo... mi tiempo libre es para mí".

-Bastante difícil establecer una relación de pareja así.
"Sí, poh, es re difícil".

Estudió en la Alianza Francesa y, por su grupo de amigos y lo bien que lo pasaba, no quiso irse a Alemania con su madre y su hermano. "De puro taquillero no más; encontraba lo más choro del mundo quedarme viviendo solo y viajar una vez al año a Europa. Ahora me ha pasado la cuenta", explica.

-¿Eras buen alumno?
"Nunca fui weón, pero tampoco el top de los alumnos. Más me dedicaba a pasarlo bien; estaba en lo más rasca. Nunca repetí, siempre fui bien consciente. Por eso no me he vuelto un loco, porque estoy solo desde muy chico".

-¿Siempre te fuiste a lo más sano, como el malabarismo, y no a las drogas o al alcohol?
"Alguna vez lo hice, como todo el mundo, pero no, no; ando en skate desde muy chico y todavía sigo andando... soy el abuelito de los skaters... todavía voy ahí, a Bustamante y ando con los cabros chicos y me hace bien".

-Con razón tus parejas dicen que eres cabro chico.
"Bueno, poh, si es un deporte... ¡otros juegan fútbol! El skate es un deporte maravilloso y de autosuperación, además".

- Además, a los 31 no debe ser tan fácil.
"No, es que yo soy un weón ágil. Peso 71 kilos y mido 1.85, jajajaja, nooo... 1.76, jajaja.
"Estoy haciendo algo bien choro ahora: bajo de mi casa tipo 11 de la noche, estoy viviendo en Providencia, en skate y con un walkman. Hay un mundo muy atractivo a esa hora; está lleno de prostitutas, de travestis, y yo voy ahí –gr,gr, gr- como en snowboard, pero en skate. Es un paseo muy entretenido y vai en bajá; llegó a Plaza Italia y... taxi pa' la casa.
"Es un deporte esputendo, no corro como imbécil en una trotadora".

El resto del tiempo libre lo reparte en leer y tocar órgano. Ya no ve tanta televisión como antes, porque en la nueva casa no tiene "tv cable ni control remoto". Tiene mucha música, antigua sobre todo y que tenga órgano; muchos vinilos y va a Franklin a comprar más.

-Películas también, supongo, que es otra de tus aficiones.
"Sí, claro. Ayer no más vi 'Mi enemigo íntimo', de Herzog con Kinski... ¡genial! Todas esas cosas te nutren".

-¿Quienes son tus comediantes preferidos?
"Andy Kaufmann; Peter Sellers también me gusta mucho. Elvis Presley como personaje. Grog, el payaso".

-Cuéntame de tu último negocio.
"Ah, es de cremas y productos de belleza. Una marca alemana de productos sin químicos".

-¿Por qué el cambio de rubro?
"Por mi hermana –que vive en Chile y es maquilladora- y mi mamá. Como yo ya había hecho importaciones, hice las gestiones y empezamos el negocio; así que ahora mi mamá vive allá (en Alemania) y acá".

-¿Vicio privado?
"¡Qué cerdo!, pero me gustan unas pizzas asquerosas que hay con barbecue y pepperonis. Después que me la como, me siento como un ratón envenenado... pero me gusta mucho... ¡es patético!".
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