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La dieta Atkins

11 de Julio de 2007 | 09:37 |
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La dieta del doctor Robert Atkins es una dieta de tipo disociada y es muy similar a la dieta de Montignac. En lo fundamental plantea que la obesidad está relacionada con el modo con que nuestro cuerpo metaboliza los azúcares y la forma como funciona la insulina.

La insulina es una hormona que ayuda a mantener estable el nivel de glucosa en la sangre y según Atkins, los obesos tienen descompensado la forma como la insulina funciona.

El funcionamiento normal sería que cuando desciende el nivel de azúcar en la sangre, se siente hambre por lo que se comienza a comer; la glucosa llega a la sangre y el páncreas comienza a generar insulina que permite que esa glucosa entre en las células. A medida que decrece el nivel de insulina, aumenta el de la serotonina que da la sensación de saciedad.

En las personas obesas, el problema puede ser que se secreta tanta insulina que las células acumulan mucha glucosa en forma de grasa en las células. Esto hace, además, que decrezca el nivel de glucosa en la sangre y se vuelva a sentir hambre.

La dieta de Atkins se divide en tres fases; la inducción, la pérdida progresiva de peso y la fase de mantenimiento.

En la inducción -que dura 2 semanas- se eliminan completamente los carbohidratos de carbono, de manera que el cuerpo los tomará de los acumulados en el hígado y músculos en forma de glucógeno. Cuando esto se agota se comienzan a gastar las grasas almacenadas.

Para esto se puede comer carne, excepto hígado; pescados, mariscos en cualquier cantidad; aceites, mayonesas y mantequilla; huevos; quesos; agua e infusiones y cafe descafeinado. Todo en la cantidad deseada.

No se puede comer harinas y alimentos que la contengan como el pan, los tallarines y cereales; azúcar en todas sus formas; fruta, legumbres y maíz. Tampoco leche y derivados y todo aquello que contenga más de un 10% de hdratos de carbono.

Pasadas las dos semanas se comienzan a aumentar los alimentos con hidratos de carbono en 5 grs. diarios durante una semana y 5 más la cuarta semana.

En la fase de pérdida progresiva de peso se debe ir evaluando permanentemente la ingesta de hidratos en la dieta. No es fácil porque uno se puede pasar en la cantidad. Por eso se recomienda aumentar las raciones de ensaladas que no tengan hidratos como es el caso de las habas, arvejas, choclo, tomate, zanahoria. Se debe apostar por lo verde como porotos verdes, lechuga, apio, champiñones, palmitos, espinaca, acelga, pepinos.

La fase de mantenimiento se alcanza cuando ya no se quiere adelgazar más. Pero ojo, que volver a comer de todo te hará recuperar 3 a 4 kilos nuevamente.
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