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“No he sido la más popular, sí la más trascendente”

12 de Julio de 2007 | 17:51 |
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En noviembre próximo se cumplen 40 años desde que firmó su primer contrato con el sello discográfico RCA-Víctor, en 1967.

Su historia es bien singular. Cantaba siempre, desde chica, en los festivales de colegios y peñas, pero la primera vez que lo hizo ante un público más selectivo fue cuando acompañó a Julio Zegers en un festival universitario. Ambos se conocían por la equitación y después de esa experiencia -en el aula magna de la Universidad Católica, en 1964- se convirtieron en una dupla que comenzó a presentarse en diversas instancias.

Fue así como un jurado de esos festivales –“eran todos gerentes de los sellos”- la invitó a firmar por RCA y luego, en el verano de 1968, la lanzó a los leones en el escenario de Viña del Mar. “De ahí no paré más”.

-¿Tenías claro que era tu destino?
“No, para nada. Los sellos me pedían que firmara y yo les decía que no, que cuando lo hiciera iba a ser cuando me lo tomara en serio, les decía que no estaba preparada. En ese tiempo andaban todos los sellos detrás mío y hoy uno quisiera que anduviera uno y no hay ninguno (se ríe). Me demoré como tres años antes de decidir ser profesional”.

Tenía 17 años cuando lo resolvió, después de conversarlo mucho con su familia y convencerse de que era su pasión.

-¿Por qué tan rápido a los leones?
“Fue una experiencia bastante traumática. Tenía que ser así, el sello estaba muy entusiasmado conmigo y esa era la instancia precisa para mostrarme como la nueva cantante emergente. Fue complicado, porque la gente vio mucha información respecto de mí y no me conocía, cuestión que me hizo un daño. Hubo una contra de la gente hacia a mí, porque veían mucha promoción y todavía no había caminado nada”.

-¿Cuánto tiempo duró eso?
“Bueno, los 15 días que duro el festival a mí me pifiaron vermouth y noche. Decían que mi papá, que era industrial conocido de Viña, prácticamente me había comprado la garganta. Salí segunda, fue súper fregado, se crearon muchos anticuerpos de la prensa en mi contra y fue bastante difícil resistir todo eso. Para una chiquilla joven eso fue injusto, porque la garganta no se compra en ninguna parte; en mi casa me decían que volviera y dejara de cantar”.

Para lograr meterse al público en el bolsillo, Gloria Simonetti inició una gira. “Le comencé a demostrar a la gente que esto no era un hobby de un fin de semana, sino que era una pasión. Al año siguiente, se me presentó nuevamente lo posibilidad de ir a Viña y lo gané”.

-Con la perspectiva de los años, ¿cómo evalúas tu carrera? ¿Cuáles son sus hitos?
“Tiene varios hitos; fui la primera cantante de música popular que hizo un recital en el Teatro Municipal de Santiago; he ganado muchos festivales en el extranjero; en todos los programas importantes siempre fui una figura estelar y me llamaban porque era una figura versátil que servía para la producción de distintas cosas como cantar en inglés, francés e italiano.
“También mantengo una permanencia discográfica; hasta el día de hoy lo hago a pulso, con autogestión. En cuanto a lo discográfico a lo mejor no he sido ni la más popular, ni la más bonita, ni la más simpática, pero sí diría la más trascendente. Está también el premio Altazor de 2005”.

-¿Cuánto has grabado?
“Alrededor de 22 producciones, constantemente estoy, cada 2 años, sacando una así me cueste la vida. Tengo que hacerlo porque creo que no puedo estar siempre basándome en los éxitos del recuerdo; no puedo seguir con el “Ojalá” o el “Entre paréntesis””.

-¿Te encasillaste en un estilo?
“Soy bastante romántica, diría que soy una baladista romántica, me gusta; soy del corte canción italiana, pero cuando había que cantar folclore, lo hacía, era bastante versátil. Lo que sí está claro es que la gente me ubica; tengo un estilo y eso es importante, hay una marca que la gente reconoce, no me habría gustado ser una voz del montón, de ésas que cuando se enciende la radio se dice no sé quien está cantando, no, me ubican por intención, fraseo”.

-¿En qué momento sientes tú que las cosas cambiaron?
“Hay un proceso que sucede con todos los artistas en este país. Cuando mantienen una carrera por tanto tiempo y ya no existen los programas de antes como “Sábado Gigante”, hay menos instancias de aparecer y no se puede mostrar lo que se está haciendo.
“También hay una cosa cíclica de vida, que ya lo hablamos; en este país no existe la combinación de gente joven que camine en paralelo con los de experiencia. Acá lo que hay es que estos están saliendo o los otros se tienen que ir al sarcófago. Hay una cosa de eliminación por edad, una jubilación anticipada, cosa a la que me rebelo absolutamente y me voy a seguir rebelando, seguiré peleando como gato de espalda”.

-¿Cuánto tiene de coincidencia con los procesos políticos? Con la llegada de la democracia desaparecieron los cantantes que tenían tribuna en el gobierno militar. Se les marcó y fueron discriminados.
“Yo nunca me he sentido discriminada, si bien hay artistas que se la juegan e involucran en procesos políticos y ponen a disposición su arte –cuestión que encuentro respetable, porque cada uno sabe lo que hace- hay otros, como yo, que nunca se mezclaron, aunque una vez cantante por Hernán Büchi. No me he sentido discriminada, de que no me hayan llamado o que haya estado menos, quizás, son dinámicas que van cambiando, ha cambiado la televisión y en el mundo. Eso hace que tengas menos presencia y tengas que trabajar el doble para poder estar.
“Al contrario, siendo una persona que ha sido caratulada de cantante de derecha, sin haber estado involucrada con nadie, he trabajado toda mi vida con gente de izquierda. Mi maestro fue Luis Advis, Nino García fue el compositor de “Entre paréntesis”, he cantado canciones de la Isabel Parra, hace un par de años grabé un tema de Patricio Mans”.

-A algunos sorprendió el reconocimiento que te hizo Silvio Rodríguez por haber grabado el ‘Ojalá’; de hecho hubo un cierto rechazo.
“Sí, pero la gente siempre se queda con un pedazo. Él nunca saluda a nadie, lo que es un detalle no menor; cuando me nombró, había gente del PC instalada en la galería y fueron los que, eventualmente, pifiaron en un comienzo, pero inmediatamente tuvieron una réplica de él, quien les dijo que en momentos complicados yo me había atrevido a cantar el “Ojalá” y ahí se produjo un aplauso cerrado.
“Lo mío es transversal y tengo una anécdota; una vez la Galdys Marín dijo en televisión que su gran contradicción vital era que siendo comunista le gustaba la Gloria Simonetti, cuestión que encontré maravillosa.
“Cuando tú cantas, quieres comunicarte, no puedes poner una cortapisa en el medio; yo quiero llegar a los rojos, verdes, amarillos y azules; quiero que la gente se emocione con mis canciones”.

-¿Por qué no internacionalizaste tu carrera?
“Creo que las cosas pasan en un momento. Cuando me ofrecieron todo para hacer carrera a México, yo estaba separándome con un hijo muy chiquitito, de año y medio y como mi separación fue civilizada, nunca me imaginé, nunca se me pasó por la mente, alejar a mi hijo de su padre. No me arrepiento, ahora, a estas alturas, me da un poco de lata no haberlo hecho, pero creo que en ese sentido se me ha devuelto la mano en muchas cosas”.

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