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“Hacernos cargo de los otros es parte de la vida”

02 de Agosto de 2007 | 09:43 |
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Si bien se comenzó a trabajar en el desarrollo de una política para el adulto mayor en 1995, cuando el ex Presidente Frei creó la comisión nacional que se hizo cargo del tema, el Servicio Nacional del Adulto Mayor, Senama, vio la luz recién en enero de 2003.

Hoy el servicio aplica una serie de programas de ejecución directa y también en coordinación intersectorial. En los primeros se ubica el Fondo Concursable del Adulto Mayor que, en 2007, comprende 2 mil millones y al cual postularon organizaciones de adultos mayores que requieren recursos para poder consolidarse y también desarrollar proyectos particulares como de emprendimiento.

Además, se están levantando una serie de estudios sobre consumo de adultos mayores, instituciones de larga estadía, adultos mayores postrados con o sin pensión y rango y también la situación de los cuidadores. Este último ya arroja algunos resultados como que el 96% de las personas que cuidan a adultos mayores son mujeres y de ese, el 90% son hijas; este grupo es el más caro en salud, porque ellas van desarrollando patologías que tienen que ver con el estrés del cuidado.

En materia de instituciones de larga estadía se abrirá un fondo concursable para que aquéllas que necesiten regularizar su situación puedan disponer de recursos que les permitan alcanzar las exigencias; junto con ello, se avanzará hacia una norma socio sanitaria para estos recintos, de manera que no sólo se vele por la sanidad, sino también de los derechos de las personas institucionalizadas.

“Es paradojal, pero en Chile prima un concepto muy asilar donde uno llega a estas instituciones, prácticamente, a vivir el último tiempo de la vida y no a vivir. Por eso, creemos que en los hogares deben existir ciertos requerimientos mínimos a cumplir, por ejemplo, la capacidad que tienen las personas internadas de decidir sobre opciones de la vida diaria como a qué hora se levantan o se acuestan, salir o no y hasta los temas que tienen que ver con la sexualidad”, aclara la directora del Senama.

También, este año, se abrió una línea 800 para recibir denuncias y prestar asesoría y ayuda; se presentó una modificación a la ley de violencia intrafamiliar que tipifica el maltrato a los adultos mayores y se impulsa un debate en lo penal, porque el Código dice que las familias son inimputables.

-Todo esto muestra que el Estado se está haciendo cargo del tema, pero pareciera que los cambios culturales son más costosos; de hecho, la familia está sumamente tensionada por esto.
“La familia está sola en esta tarea; tal como la sociedad ha cambiado, hoy las familias son mononucleares, la mujer se ha insertado al trabajo y además, la población se ha envejecido; hoy, para que la mujer salga a trabajar el Gobierno ha procurado que puede dejar a su hijo en una sala cuna, pero ella no puede hacer lo mismo con el padre o madre dependiente. Necesariamente tenemos que desarrollar servicios para este segmento de adultos mayores más vulnerables”.

-¿Cómo estamos abordando esto?
“Es que es un tema súper difícil. Esta es la primera generación que sobrepasa los 70 y además, es súper distinta a la de hace 10 o 15 años atrás.
“Esto da para discusiones antropológicas y sociológicas del fenómeno, pero tengo la impresión de que sí, efectivamente, parece que los procesos van lentos en términos de asumir este cambio como tal, pero ningún cambio se asume de un día para otro. La gente está viviendo estas tensiones, la gente dice mi papá está enfermo, necesito trasladarlo a algún lugar, necesito una cuidadora, ya no quiere comer o al contrario, mi papá se jubiló y anda paseando con mi mamá o está haciendo teatro. Hay una generación que es distinta, no son los adultos mayores de hace 20 años, están haciendo cosas, se mantiene vigente; en el ámbito de los profesionales muchos siguen ejerciendo después de la jubilación y en el de la participación, éstas son las organizaciones que más crecen.
“Hay un fenómeno que hay que reconocer en su realidad, que no tiene que ver con el estereotipo del abuelito que teníamos mucho tiempo atrás, y por otro lado, está el fenómeno que tiene que ver con el aumento de esperanza de vida y enfermedades que generan vulnerabilidad. Ahora, la sociedad va a tener que hacerse cargo de esto sí o sí; cuando los spots en televisión empiezan a poner mujeres más maduras algo te está diciendo”.

-¿El sector privado ve al adulto mayor como un segmento de consumidores importante?
“Sí, ya hay una encuesta que recogió el gasto que se está haciendo en los hogares ‘golden seniors’. Creo que este cambio se está dando y además, es difícil pedirle a un país que, en poco tiempo, lo haga tan rápido. Hoy las empresas se están dando cuenta que aquí hay un poder consumidor importante y están reorientando sus productos, no con la rapidez que uno quisiera”.

-Veamos un contrasentido. Hay cada vez más población senil y el mercado laboral pide cada vez más gente joven. ¿No es cruel estar fuera del mercado a los 40 años?
“Bueno, por eso es tan importante el seguro de cesantía y el piso previsional. Ahora, me pregunto qué va a pasar cuando vaya disminuyendo la tasa de población más joven... va a tener que irse readecuando”.

Aquí Paula Forttes vuelve sobre la pregunta anterior y se cuestiona si es posible que, a futuro, los adultos mayores sean capaces de autofinanciarse. “El grueso de las personas mayores no está en situación de pobreza; los hogares que tienen como jefe a una persona mayor sólo gastan un 8% más que los otros, o sea, no estamos hablando de personas en una situación de vulnerabilidad extrema; pero en el caso de que lo estuvieran son igual un nicho de negocio que no existe en el mercado. Si en Chile empezamos a crear centros de día, cuidado domiciliario, hospitales intermedios, centros de rehabilitación, cuidados de larga y corta estadía, alimentación a domicilio, no sólo estamos respondiendo a una demanda, sino que además generamos empleo. Por lo tanto, hacernos cargos de la población de más de 60 años es una oportunidad de negocio y por eso, no tiene que ser visto como un gasto, sino que ser entendido como un escenario virtuoso de la economía. Y además, nos va a ser más fácil hacernos cargo de esto cuando tú, yo y el otro nos demos cuenta de que es súper probable de que pasemos la barrera de los 60 años y que vamos a necesitar esos servicios”.

-Sí, pero vivimos en una sociedad exitista donde se olvidan todas estas cosas.
“Sí, claro, y por lo mismo va a ser mucho más difícil para nosotros enfrentar la crisis de la vejez que para las actuales generaciones mayores. Esta generación está formada por personas que nacieron en un país ultra conservador, se formaron en familias muy autoritarias, llegaron al matrimonio sin ninguna información, son los que construyen las utopías, enfrentan el sacrificio propio para sacar a los hijos a la educación, los que viven el gobierno militar. Esta es una generación súper, súper resiliente, flexible, con un concepto del sacrificio, del dolor y del sufrimiento que nuestra generación no tiene.
“Además, esta es la generación que tiene claro la necesidad de los otros, es el grupo que se vinculaba con la señora del almacén, de la feria, la vecina, el colegio. Hoy, las actuales generaciones tienen muchas menos vinculaciones en red y prima mucho más en ellos el tema de la imagen”.

-Y no tienen instalado en la conciencia la necesidad del sacrificio.
“Exacto, pero ella igual va a llegar a una etapa de la vida en que se va a vivir una crisis brutal donde cada uno tendrá que identificarse, igual van a tener que pasar de una ética funcional donde tú vales por lo que haces a una ética existencial donde vales por lo que eres. Además, hay que replantearse la autonomía física y de toma de decisiones, así como ver la pertenencia. Bueno, frente a esta crisis, creo que la generación actual de adultos mayores estaba mucho más preparada que lo que nosotros lo estaremos.
“Igual no me atrevería a hacer pronósticos a futuros, quien te dice que cuando viejos seamos más sabios de lo que somos ahora”.

Insiste: “Tenemos que sacarnos mitos y prejuicios, hay que empezar a acostumbrarse de que hay mayor población de adultos sobre los 60 años y que probablemente nosotros también lo vamos a hacer y reconocer que en esa etapa hay un sinfín de oportunidades. En todos las etapas de la vida hay perdidas y adquisiciones y la vejez puede ser una etapa de desarrollo y plenitud”.

-Hoy se les trasmite a las generaciones nuevas que ser viejo es un cacho.
“Hay una carga cultural que es negativa y ese es un tema fundamental. En esta generación es cierto que es un cacho hacerse cargo de otro, pero por Dios, carajo, con las tendencias que se están dando, nos vamos a tener que hacer cargo de nuestros hijos hoy y de nuestros padres mañana. Es la ley de la vida y la sociedad tendrá que ver cómo, con el Estado, cuenta con soportes para poderlo hacer, pero hacernos cargo de los otros es parte de la vida y además, nos hace ser mejores. Por eso digo que la vejez es una oportunidad por el lado que se la mire, incluso por el negativo.
“La vejez es igual de la suma, todo lo que has hecho lo cosechas. Hay que construir redes de afecto durante toda la vida para que ellas estén cuando las necesites”.


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