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“Es el minuto de mostrar otras facetas”

21 de Agosto de 2007 | 19:03 |
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La radio fue el motor que detonó su voraz pasión por los escenarios. A partir de los ocho años nunca más pudo despegar su orejita de este aparato. Se la pasaba escuchando programas de humor y radioteatro. “¡Me volvía loco!”, cuenta. Cuando su padre murió, su mamá le regaló la mismísima radio de su infancia y hoy la tiene a modo de decoración en su teatro, porque dice que le trae recuerdos “increíbles”. Tanto así que en un principio, en vez de Circus OK quería llamarlo “La radio”, pero por ser tan genérico no lo pudo patentar.

Agrega que el circo también fue otro elemento inspirador. “Cada vez que iba y pedían un voluntario yo era el primero en levantar la mano. También era el rey de los eventos del colegio (Calazans), era muy histriónico, me decían el ‘el loco González’, ¡imagínate!” (lanza una carcajada).

Si bien las tablas lo llamaban, entró a estudiar Diseño en la Universidad de Chile, influenciado por su madre, que quería que tuviera una profesión más tradicional. Allí también aprovechó para lucirse en cuanto evento se le pusiera por delante y con su amigo periodista Alfredo Lamadrid, se pusieron a la cabeza de diversos clásicos universitarios.

Y como el llamado a los escenarios finalmente pudo más, luego de un periodo en Estados Unidos, en busca de oportunidades, regresó y se insertó en pleno como comediante del mítico Bim-Bam-Bum, por los ‘60, hasta que en 1972 se profesionalizó al llegar al Festival de Viña. Tras ese importante paso, aumentó su creciente popularidad con recordados personajes como “El Lolo Palanca” y “El Cuesco Cabrera”.

Ya en los años 80 vino la inminente internacionalización, cuando participó en tres películas en Argentina junto a Porcel, Susana Giménez y Moria Casán, que se presentaron al resto de Sudamérica. De vuelta a Chile empezó a realizar sus famosos café concert y demás espectáculos humorísticos, que giraron por Chile, Sudamérica y hasta llegaron a Estados Unidos. Ya suman 10 en total y algunos han estado hasta más de tres años en cartelera.

- Por esos años te ofrecieron la nacionalidad argentina, ¿no te arrepientes de no haberla aceptado y así consolidar una carrera aún más internacional?
“No, porque el hecho de hacer películas allá me sirvió para hacer teatro y para trabajar en el resto de Sudamérica y hasta el día de hoy me contratan colonias de todo el mundo. Haberme nacionalizado allá hubiera sido un error porque hubiera perdido todo este gran capital que es mi público chileno, mi gente, por el afán de tener más éxito internacional,. ¿Quién puede describir mejor la idiosincrasia de este pueblo que un propio chileno? Tenía que describir lo que mejor conocía, en este caso, mi Chilito”.

La consolidación total de su carrera artística llegó en 2000 cuando, luego de cinco oportunidades en el certamen festivalero y tras la ovación del “Monstruo”, se llevó la tan preciada Gaviota de Oro, la que luce con orgullo en su oficina -a qué no-, entre medio de otros trofeos. (El año pasado volvió a subirse a la Quinta Vergara, pese a que había prometido no hacerlo nunca más ya que le habían cortado su último show).

Pero el Coco no se quedó tranquilo con estos éxitos. Sentía la necesidad de entregarse por completo a ese público que siempre lo había apoyado. Es por eso que decidió escribir un libo sobre su historia: “Más allá del humor”. “Quería dejar un registro de lo que la prensa nunca había profundizado; contar quién era yo, de dónde venía, cómo era mi familia, mi colegio, mis pasiones; una entrevista conmigo mismo”, dice.

- Luego, seguiste en esa senda cuando, en coautoría con la sicóloga Pilar Sordo, lanzaron “Con el Coco al diván”.
“La idea fue, a través de mis monólogos, mostrar que ya en años anteriores se podía vislumbrar, se podía oler (inspira profundamente) lo que venía; que se podía llegar a este grado de locura. Por eso es que con muchas de las cosas que dije, buscando el humor en la exageración, quedé corto. La realidad nos superó”.

Expone un ejemplo de lo anterior: “Hice un monólogo de una mujer militar que estaba en la trinchera que daba risa porque eso era ridículo y ahora la mujer está sirviendo a la patria de la misma forma que lo hizo en su independencia; lucha y está presente en las instituciones armadas. Quién podría creer que ahora estén postulando mujeres para la Armada de Chile. Pero los procesos de cambio son maravillosos, son propios del hombre y tenemos que estar atentos a esos cambios para poder seguir con la gente, porque el público se va renovando”.

- Se te ve tan hiperactivo que es obvio que estás tramando otros proyectos.
(Risas) “Es verdad, bueno, en noviembre participaré en la opereta “El Murciélago”, para celebrar los 150 años del Teatro Municipal. Eso me llena de orgullo, que me consideren para estar ahí en el escenario del arte mayor (alza la voz). Siento que el año se cargó bien, pude sacar adelante este proyecto (el teatro) que hoy ya es una realidad y ahora estoy haciendo lo posible para que quede listo cuanto antes”.

Agrega que, en forma paralela, está preparando un personaje que le ofrecieron para el piloto de una sitcom de televisión (CHV). “No me atrevo a comentarlo porque no sé qué puede pasar, nadie me asegura nada. Pero lo hago porque creo que estoy en el minuto de mostrar otras facetas”.

-¿Qué pasó con tu mentado programa de TV propio? ¿Por qué se fue postergando ese proyecto con los años?
“Hice un piloto que yo mismo financié pero nunca recibí una respuesta de ningún canal. La idea era hacer una especie de sitcom, pero nadie me hizo caso. ¡Y mira ahora el éxito que tienen!”

-O sea, fuiste visionario y estabas adelantándote a lo que venía…¡hubieras sido todo un pionero!
“Claro, pero nadie quiere arriesgarse, sólo cuando ven que a otro le va bien entonces se atreven”.

-¿Y la sitcom que te ofrecieron participar ahora, tiene algo de la que tú propusiste tiempo atrás?
“Sólo se parece en los tiempos. En realidad lo que quería hacer era más parecido a un stand-up comedy que ahora están tan de moda” (mueve la cabeza de un lado a otro).

-¿Qué crees que pasará cuando se estrene la película “Lokas” (de Gonzalo Justiniano), en la que interpretas a un gay?
“No he visto la versión definitiva, pero no me dará nervios porque la historia fue la que me llamó la atención, me pareció muy buena. Yo creo que va a servir para humanizar más estas diferencias. Porque pasa en un grupo de clase media y es una historia muy creíble”.

-¿Cómo te preparaste?
“Los ensayos fueron sin escenografía, actuábamos frente al director, no más. Y eso hizo que se hiciera más creíble”.

-Además ya tenías bastante experiencia en ese formato y en TV.
“Claro, las películas en Argentina, participé en series de televisión y el constante trabajo sobre escenarios ayuda mucho, es increíble como te deja preparado para trabajar rápidamente”.



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