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La fundación de las fundaciones

26 de Septiembre de 2007 | 11:01 |
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La fundación surgió hace casi 6 años de la inquietud de un grupo de tres amigos que vieron la necesidad de dar cauce a su deseo de servicio público entregando parte de su tiempo a quienes lo necesitaban.

Así, se conformó Trascender, organización conocida como la “fundación de las fundaciones” porque su rol es prestar servicios ad honorem a todas las organizaciones sociales que requieren sacar adelante un proyecto.

Para ello cuentan con una base de voluntarios de las más diversas profesiones que asesoran a esas organizaciones en proyectos específicos y de ahí que ayuden al Hogar de Cristo, a la Fundación Las Rosas, a María Ayuda, un Techo para Chile o Belén Educa. Se suman todas las organizaciones sociales de carácter más vecinal o comunitario.

María Paz Rencoret narra que los fundadores de Trascender tomaron conciencia que muchas veces les pedían ayuda en sus calidades de abogados o ingenieros, pero que no había nadie que gestionara, administrara o canalizara ese tremendo potencial solidario que había.

La gracia del servicio que prestan es que los voluntarios que trabajan para ellos no deben entregar tiempo los fines de semana a los proyectos que asumen, sino que deben cumplir su función desde sus lugares de trabajo, sin tensionar sus relaciones familiares y otros.

“Se trató de armar una red donde las personas pueden entregar tiempo, compromiso, responsabilidad y conocimiento, de manera que bien administrado hacen un aporte a la superación de la pobreza”, afirma.

-¿A quiénes atienden?
“Básicamente las necesidades de personas u organizaciones sin fines de lucro cuya necesidad particular no pueda ser cubierta por nadie del equipo que la conforma. O sea, puede haber un profesor, pero a lo mejor no puede asumir un proyecto educativo porque ya no puede con la pega que tiene o carece de los conocimientos específicos para hacerlo. Así, muchas veces, se requiere un abogado de vez en cuando, porque no se le puede pagar en forma permanente.
“Se trata de ayudar en la gestión y administración de una organización social, cuestión que tiene un efecto multiplicador. Ahí ponemos la energía y es súper atractivo ayudar en esa línea”.

-Ustedes replican, en cierta forma, el modelo de Servicio País que tiene las fundaciones de Superación de la Pobreza y Jaime Guzmán.
“Sí, con la diferencia que con nosotros el profesional no debe trasladarse durante un período largo a alguna localidad para volcar todos sus esfuerzos, conocimiento y experiencia en servicio de una comunidad. Nosotros aprovechamos todos los recursos, pero nuestro voluntario permanece en su oficina porque es imposible trasladarlo.
“Esto es un poquito más masivo porque no hay que dejarlo todo para poder hacerlo. Puedes seguir con tu trabajo, tu familia”.

María Paz Rencoret explica que cada vez que ellos reciben una petición de ayuda, evalúan a quién le pueden solicitar el trabajo, considerando sus posibilidades reales de entregar tiempo. Si ello no es compatible, se busca a otro y se deja en espera al profesional que no pudo asumir el proyecto.

En la actualidad, tienen 150 profesionales al frente de algún proyecto que, en promedio, requiere de cinco meses para su desarrollo. Sin embargo, hay más 800 voluntarios en la red listos para ser convocados (en 2006 se inscribieron 320 profesionales y éste, más de 200).

“Es un voluntariado súper exigente, se requiere de dar 2 horas a la semana. Además, nosotros como Fundación nos involucramos en el proyecto, o sea, no es que nosotros busquemos al voluntario y nos desliguemos; para nosotros la organización social que requiere ayuda es un cliente para nosotros y lo atendemos; estamos al servicio de todas las necesidades para que se desarrolle el proyecto. Hay un tema de gestión súper valiosa y costosa y por eso, tenemos una limitada capacidad para atender peticiones”, aclara.

-¿Cómo llegan los voluntarios?
“Saben boca a boca, alguien les cuenta y se inscriben y quedan esperando. Para nosotros es un desafío poder ofrecerles un proyecto que sea acotado a su realidad y disponibilidad. Además, hay que tener presentes que no todos pueden trabajar en el momento en que uno se los pide, pero ese no es un problema; queda para la próxima.
“Para nosotros no es viable tener a toda nuestra base de datos colocada y tampoco aspiramos a eso; lo que queremos es que un voluntario haga año por medio un proyecto y no más, porque es súper exigente hacerse cargo de un proyecto”.

-¿A cuántas organizaciones han ayudado?
“Hasta el momento a más de 200, pero, tenemos 70 activas con un proyecto vigente. Llegan porque alguien les contó que existíamos. Al comienzo esto partió tocando puertas porque no existía el concepto de voluntariado profesional, teníamos que explicar lo que éramos. La verdad es que estamos re validados en el mundo social y se cuentan sus experiencias entre unos y otros”.

-¿Tienen metas?
“Este año le pedimos ayuda a la Universidad Católica. Ellos tienen un curso que se llama evaluación de proyectos en quinto año de ingeniería civil. Les pedimos que hicieran una evaluación de Trascender y una propuesta de crecimiento de la fundación de aquí al 2010. Generosamente nos aceptaron, porque para optar a eso hay que pagar, y entregaron en julio el trabajo.
“Validaron que existe oferta y demanda, que hay muchos programas de organizaciones sociales que nunca hemos abordado así como mucho voluntariado. Nos presentaron una estructura de crecimiento, definiendo el presupuesto que necesitaríamos para crecer; las metas irían por lograr mil proyectos anuales de aquí al 2010”.

Trascender tiene dos sedes más en Puerto Montt y Antofagasta, pero ello no impide que si alguien de otra región del país necesita ayuda y el trabajo se puede desarrollar desde Santiago, se asuma.

María Paz aclara que ellos no son un ente asistencialista porque lo que se busca es que las organizaciones sociales se profesionalicen y no los requieran más.

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