Tras una relación de 17 años, Gloria S. (58) no pretendía quedarse sola. "Tenía claro que muchos chilenos cincuentones buscan mujeres jóvenes, así que puse el ojo en el extranjero. Una amiga me habló de conocer gente por internet y me atreví. Contacté a alguien en Canadá".
Olga Araneda (57) llegó a estos sitios a través de su yerno e hija, quienes la inscribieron para que encontrara alguna amistad después de bastante tiempo separada. "Yo vivía en Chicureo y me llamó la atención un hombre que escribía de Limache, pues yo había sido de esa zona. Lo contacté y nos empezamos a mandar e-mails".
Las páginas de citas online son cada vez una opción más usada por los adultos mayores de Europa y EE.UU. a la hora de intentar reencontrar el amor y, de a poco, los chilenos hacen la prueba.
"En esta etapa de la vida muchos somos los que estamos solos. Nos vemos bien, nos ha ido bien, pero no tenemos lugares de encuentro para solteros seniors", comenta Mariana (57), quien prefiere el anonimato, porque sus hijos ni imaginan que acaba de pagar US$ 90 para hacerse socia de una de estas páginas por 4 meses, a la espera de su romance.
Más libertades
La popularidad de esta estrategia llevó a la escritora estadounidense Judsen Culbreth a lanzar su libro "The Boomers' Guide to Online Dating", en el cual comparte su experiencia de haber encontrado marido pasado los 50 a través de internet y, por supuesto como todo superventas, da las claves del éxito. "Aprendí que buscar amor en el ciberespacio era más fácil que ir a una fiesta o tener una mala cita a ciegas. Mi ego, que había sufrido golpes duros, se elevó al cielo", dice el texto.
Es volver a la etapa loca del enamoramiento, precisa Gloria. "Internet permite cierto anonimato, aunque des el nombre. Te das libertades y audacia que no tendrías en un círculo social semicerrado. Sé incluso de gente que cuida a sus maridos enfermos y, aunque no busquen pareja, esto es su terapia y catarsis diaria".
El hecho de tratarse de personas mayores y en sitios pagados permite filtrar en parte la seriedad de los "candidatos", pero "también hay que tener cuidado porque hay harto loco suelto. El otro día, el tipo con quien me contacté hace poco, me mandó una carta erótica fuertísima. Obvio que se acabó. A esta edad uno ya tiene criterio y madurez como para intuir quién no conviene", explica Mariana.
O, al menos, casi siempre. Meses de fogosos mails y llamadas, motivaron a Gloria a viajar a Canadá a conocer a su galán. "Fue un desastre. No hubo química y fue tan roto conmigo que ni siquiera pudimos compartir como amigos. Volví a Chile muy defraudada".
A Patricio (64) le ha pasado lo mismo en Santiago en busca de una chilena. "He tenido varias citas, pero salgo arrancando. Son muy raras. Están como tasándote, porque quieren rápido estabilidad y que les ayudes con sus problemas económicos".
"Eso pasa cuando hombres mayores buscan mujeres muy jóvenes. Si mirara a las de nuestra edad, sería distinto", replica Gloria.
Muchas personas, principalmente hombres, solicitan un perfil muy basado en la apariencia, lo que no es buen indicio. Por eso a Olga le "tincó" Alan, de Limache. Era de origen australiano, no usaba seudónimo ni buscaba pareja, sino "alguien con quien practicar su español". Estuvieron un año y medio conociéndose mediante correos y teléfono, hasta que se dio la oportunidad de juntarse a tomar un café. "El destino quiso que resultara ser amigo de mi consuegro, lo que me dio mucha más confianza". Hoy comparten una hermosa parcela en Lliu Lliu.
Gloria fue al repechaje y se lo tomó con más calma. No se prometieron nada con su nueva conquista inglesa y esta vez sí resultó: tras dos años viajando ambos de ida y de vuelta, él se vino a Chile y hoy gozan de una sólida unión.
Internet es sólo el primer "gancho", dice Olga. "Puede que resulte como puede que no, pero vale la pena darse la oportunidad".
Algunas recomendaciones
En su libro, la escritora Judsen Culbreth da algunas pautas para las personas mayores interesadas en intentar citas online. Por ejemplo, que abandonen los resentimientos con el sexo opuesto, y que tengan una actitud positiva, pues lo más atractivo es el entusiasmo y el sentido de alegría. Resaltar las cualidades, aunque -a juicio de Gloria, usuaria chilena- tampoco vanagloriarse demasiado.
"Hay que filtrar si la persona sólo cuenta historias positivas y de éxito. Y tampoco olvidar que una cosa es que aflore la sensualidad y otra distinta es la grosería", agrega Gloria.
