Después de que abandonó el Congreso resolvió volver al mundo sindical el 2004, postulando a la vicepresidencia de la mujer de la CUT, donde fue electa sin problemas.
Desde entonces ha debido sortear la crisis del sindicalismo. En ese contexto, María Rozas asegura que ella no actúa por la libre, pese a que cuando su camarada Diego Olivares se retiró de la CUT y formó la UNT, Unión Nacional de Trabajadores, el año 2005, no lo siguió.
“La mayoría de los democratacristianos están en la CUT; de hecho, hay algunos dirigentes DC que se fueron y que están regresando, pero no soy yo la que va a dar sus nombres. Se dieron cuenta que fue una torpeza, una cuestión personal”, indica.
También dice que no actuó por la personal el 29 de agosto cuando se convocó al paro, a pesar de que su partido, la DC, de la cual es consejera nacional, no apoyó la movilización y decidió respaldar al Gobierno. “Lo único que hice fue informarlos”, afirma.
Del ala chascona y alvearista, María Rozas declara –a días de concluido el Congreso Ideológico- que ese partido está “rebozante”. “La gente sintió que tiene un norte, que hay tareas que hacer, que algunas cosas las comparte y otras no, pero que hay que actuar. Todos salieron con un estado de ánimo que no veía hace mucho tiempo”, explica.
-¿Se izquierdizó?
“No, no, no. Yo tenía más preocupación por la posibilidad de que algunos plantearan la modificación de nuestra Declaración de Principios que habla de organizar al proletariado, término que está un poquito pasado de moda; hay algunos neoliberales que podrían haberse metido ahí con ese argumento.
“Si revisas el programa de Eduardo Frei Montalva éste habla de sindicalización campesina, de dignidad de la persona, de promoción popular y todo eso, después, lo hizo carne; en su gobierno aparecieron 400 mil trabajadores agrícolas sindicalizados porque se entregó un fondo de capacitación. La negociación colectiva en su gobierno era por empresa, por rama, como se hace en Alemania hoy día.
“Todo eso es lo que salió del Congreso, entendiendo, claramente, que esto no es posible sacarlo solamente por una declaración, hay que empujar, movilizarnos en torno a ello y cuando los trabajadores lo hagamos nadie va a poder decir que estos están por la libre. Esta es la ventaja que nos da el Congreso”.
-Hay voces de la DC que tienen temor de que se haya abandonado el centro político como Patricio Walker. Y la derecha apuesta a copar el vacío.
“El Pato Walter no estuvo en el Congreso. Nosotros no hemos abandonado a los sectores sociales más importantes, al revés, creo que los vamos a recuperar porque hoy hay un discurso concreto, unánime de la DC respecto de esos actores de fortalecer a las organizaciones sociales, no sólo las sindicales, sino las comunitarias, de los pobladores; estamos hablando de fomentar el empleo juvenil y de las mujeres, pero con subsidios del Estado, focalizados en las pequeñas y medianas empresas para que den empleos dignos. Estamos hablando de que tiene que haber un salario ético, cuestión que dijo la Soledad Alvear en mayo, después de la declaración del padre Tupper en la homilía del Día del Trabajador.
“Nuestro centro es estar donde está la gente, la gran mayoría, no donde están los intereses de unos pocos. Eso ha sido siempre, ahora ¿eso es ser de izquierda? Puede que para algunos sí, como para mí, algunos dentro de la DC son más de derecha. Para mí la DC está hoy exactamente donde la pusieron los falangistas; hemos recuperado un discurso y una práctica de estar con la gente y no ciertos personajes”.
-Tu partido no apoyó el paro de la CUT, que habría sido estar con la gente, como si lo hizo el PS.
“Es que en eso yo apoyo absolutamente a la Soledad (Alvear), no sé lo que habría hecho, hay que estar en el pellejo de ella. Tenía dos alternativas: o estaba con la Presidenta, que es mujer –por lo que el costo que habría pagado habría sido muy alto- o estar con nosotros”.
-¿Cuál es el papel de la DC, estar con el Gobierno o con los chilenos?
“No, la primera obligación del partido es estar con los trabajadores”.
-¿Eso implica ser críticos del Gobierno cuando haya que serlo?
“Creo que la DC debe ser leal con la Concertación, pero tú tienes dos maneras de ser leal: o diciéndole a todo que sí o siendo crítico cuando las cosas están mal, pero en privado, hay espacios para eso. Ahora, cuando no se quiere entender tendrá que decirse públicamente, pero yo creo que la relación de la Soledad con la Bachelet está en un buen pie con altibajos, obviamente”.
En mayo, María Rozas sumó su nombre a un grupo de disconformes de la DC, PPD y PS que en un documento denominado “El manifiesto” reclamaron al Gobierno un golpe de timón. Entre ellos se encontraban Mariano Ruiz-Esquide, Jaime Naranjo, Sergio Aguiló y Marco Enriquez-Ominami.
-El debate autoflagelantes-autocomplacientes es antiguo, pero pareciera que la Concertación no lo aborda porque le provoca muchos problemas.
“No, lo está abordando al interior de sus partidos. Creo que lo que va provocar la discusión masiva dentro del Gobierno son las conclusiones del Congreso de la DC, porque hay una alternativa: todos los partidos van a tener sus procesos internos (el PS en abril) y podrán tomar a la DC como punto de referencia y el Gobierno tendrá que ver qué implica todo esto”.
-Sin estos cambios, ¿es viable que la Concertación se mantenga en el poder?
“Sí, tiene posibilidades de mantenerse…”
-¿A medio morir saltando?
“Sí, pero las tiene porque sigue existiendo una derecha que es muy reaccionaría desde el punto de vista económico y muy torpe desde el punto de vista de la estrategia. No han sabido hacer oposición en buena, colectivamente; debe ser crítica, pero debe hacer propuestas consistentes en el tiempo, serias, no hacer navegable el río Mapocho; parece que hay algunos sectores que lo están entendiendo.
“Si se siguen haciendo las cosas mal, muy re contra mal y la derecha se levanta, corremos riesgos. Yo quisiera que tuvieran más susto en el Gobierno porque en el momento en que se asusten y vean que las cosas andan en mala onda va a empezar a mirar más”.
-¿No perdieron su ideario? ¿Antes pensaban en la gente y ahora, más en mantenerse en el poder?
“Sí, hay agotamiento. Sabes cuál es el tema; yo tenía mucha fe en que esta Presidenta iba a hacer las cosas diferentes, me convenció que iba a sacar del anquilosamiento en que estaba al Gobierno, pero para ello no hay que cambiar la estructura solamente como mejorar la transparencia; hoy hay una polivalencia total donde el que estaba en pesca y lo echaron, al día siguiente está en educación, o sea es experto en todo. Estos personajes son transversales, no responden a los partidos, a nadie, y como están asegurados con los empresarios, si les va mal, siempre tendrán pega. Si es vergonzoso, aquí un ministro sale del Gobierno y al día siguiente está en el sector privado con tremendo salario”.
-En la DC hay otras voces que piden cambio del modelo como Adolfo Zaldívar.
“Sí, a ellos el modelo les está incomodando, pero la diferencia está en cuando Adolfo habla de cambio de modelo nunca dice para dónde, nunca. Y ahora, en el último Congreso lo reafirmó, cambio de modelo, terminar con la Concertación e irse con la derecha, o sea, ¿para dónde quiere el cambio? Piñera también pide cambio, pero para los intereses de él; entonces el tema no es hablar del cambio, es para qué lo quiero. Dónde o cuándo Adolfo Zaldívar ha defendido, por sobre el modelo, los derechos de los trabajadores, ni cuando fue presidente de la DC ni como senador. No le creo, su titular es bueno, pero siempre hay que leer la bajada de título y el contenido. No he visto en ninguna parte a Adolfo defendiendo los derechos sociales y habla de la clase media… ¿quién es la clase media en Chile? Si no existe clase media. Hoy la clase media son los trabajadores, profesores, empleados que son los que están en peores condiciones”.