EMOLTV

Ciencia versus farándula

10 de Diciembre de 2007 | 16:36 |
imagen
Estudió biología en la UC y Veterinaria en la U. de Chile. Desde muy niño le gustaba todo lo relacionado con lo científico y los animales, lo que heredó de su mamá. Su primera opción fue postular a Medicina y quedó en la U. de Antofagasta. “No quise irme al norte por un tema familiar así que me quedé acá en Veterinaria y le pegué al medio: mezcla entre animales y medicina”, cuenta.

Su aterrizaje en el medio televisivo no fue ni tan intencional ni tan fortuito. “También me gustaba mucho todo el cuento de la comunicación. Siempre me ha encantado hacer clases, de hecho, les hacía a mis sobrinos cuando yo aún estaba en la universidad. Me gustaba la educación y si puede ser masiva, qué mejor”.

Fue en el 99, cuando trabajaba en el Zoológico, que decidió denunciar un caso de un mono maltratado en la televisión. Aprovechó el contacto de un amigo que trabajaba en el matinal de Canal 13 para mostrarlo en esa pantalla. A la semana siguiente hicieron lo mismo con un águila herida y así fue sumando protagonismo hasta que Enzo Bosco, encargado de la sección de mascotas, se fue y “Lindorfo” se quedó con el cargo.

Estuvo dos años en UC-TV hasta que en su cabeza se metió la idea de hacer un programa de animales. Fue así que contactó a Morandé, que ya había armado su productora “Kike 21”, y a quien conocía por ser amigo de la familia y por ser asiduos frecuentar del Club de Polo.

-¿Ya decidiste meterte de lleno en la senda televisiva?
“Sí, esa fue una decisión que tomé hace tiempo, dedicarme por completo a la TV y mi profesión dejarla stand by”.

-¿Estar en un programa como “Morandé con…” no te resta credibilidad como veterinario?
“Yo creo que no, fíjate. Porque las personas, aparte de ser profesionales, son humanas: se ríen, bailan, cantan. Es un error encasillarse en una profesión. No creo que tengamos que coartar nuestra libertad por una profesión. Hay que aprender a separar lo profesional con lo personal, lo espiritual, lo social. Entonces, no creo que se resienta la profesión de alguien porque esté en un programa de humor”.

-¿Cómo percibes eso en la calle?
“Ah, me dicen oiga que se ríe usted, que es chacotero. Entonces uno puede mostrar otras facetas y eso no resta credibilidad. Si alguien quiere buscar credibilidad en mí, no va a ir a preguntarme algo a “Morandé…”, porque ahí estoy en otra, siendo persona, sino que va a ir a “La ley de…” donde ahí estoy siendo persona por un lado y profesional por el otro”.

-O sea, en ese sentido, ¿la TV ha potenciado tu carrera como veterinario?
“Por supuesto, sigo siendo el veterinario de la tele: “Lindorfo” el veterinario, porque así fue como empecé y mientras esté en la “Ley de…” así seguirá siendo. Y ojo, que en la “Ley de la…” estamos súper firmes, somos líderes de sintonía.
“Depende de los caminos que se me vayan dando en la vida. Me encantan los desafíos, me gusta cambiar cada cierto tiempo de esquema, de estilo y es una buena alternativa poder barajar otras cosas”.

-¿Te imaginaste que terminarías conduciendo un programa como “Morandé…”?
“No, al principio estaba súper enganchado con “La ley de…” y después, en el camino, se me fueron abriendo otras posibilidades que eran buenas. Imagínate que en los tres primeros meses que reemplacé al Kike este año, sumé más programas que en una temporada completa de “La ley de…”. Eso te da training, cancha, experiencia”.

-Este ha sido tu año de más pantalla, ¿cuál es el tinte negativo? ¿Que estás más expuesto y que se hable más de ti?
“Eso es natural, es una consecuencia de tener más pantalla. Más hablan de mí, más diarios se interesan, me pueden invitar a más programas, pero me da lo mismo porque yo no soy polémico, no me gusta”.

-Pero igual algo de polémica ha girado en torno a ti, como cuando renunció Marlén Olivarí al programa porque tú reemplazarías a Kike en sus vacaciones.
“Sí, pero yo seguí trabajando, haciendo todo lo que me pedían mis jefes y traté de mantenerme al margen. Se dijeron cosas que no eran verdad y sólo seguí adelante con lo que tenía que hacer”.
“Yo tengo la mejor de las ondas con la Marlén, nunca tuve un conflicto con ella, nunca. Él que me inventó conflictos con ella fue su ex marido”.

-¿Y por qué gente como Roberto Dueñas y Paulina Nin han hablado pestes de ti?
“Es que es obvio que pasen esas cosas, la prensa maneja la información como la quieran mostrar, no acotada a la realidad. Las personas que más dispararon contra mí nunca hablaron conmigo, por ejemplo: Dueñas y la Paulina Nin me hicieron pebre. Y yo no entendía por qué si yo había trabajado con ella en el 13 y me adoraba. Yo le veía sus animales, sus perros, sus loros, la mona que tenía... “

-¿Hasta a su famoso perro “Cosita”?
“(Risas) Exactamente, entonces es gratuito, por tener que hacerlo por estar en un programa que le exige eso y me llamó mucho la atención. Ahí me di cuenta que cuando hay conflictos de por medio a nadie le importa corroborar la información. Creo que eso es una irresponsabilidad enorme”.

-Son los costos de tener pantalla...
“Por supuesto, esas son las reglas del juego y como no creo en la polémica, pueden decir lo que quieran porque como no entro a discutir, se acaba el tema. Yo fui educado bajo el método científico y cuando uno dice algo tiene que comprobarlo y con estudios. En la farándula eso no pasa, la gente habla de lo que quiera y luego le pone ‘según fuentes’ que no se pueden revelar. Te creo que eso se ocupe para algo más serio, pero no para una cosa tan liviana como que fulanita peleó con Juanito, ¡eso es muy infantil!”

-¿Te chocó el tema del ego cuando recién entraste a la tele?
“Creo que el ego es necesario, estemos en el mundo de la TV o en la casa. Lo que pasa es que hay que saberlo manejar. Cuando el ego te empieza a manejar, ahí ya estás mal, se te despegan los pies de la tierra y pasas a ser parte de una casta especial: los ‘intocables’, los llamo”.

-¿Cuáles son los intocables?
“Son esos que pueden llegar tarde, no saludar a nadie, ser irrespetuosos, decir cualquier cosa, pasar por arriba de otros y que nadie les diga nada. Esa casta me carga y está lleno, son como los niños malcriados, yo no comulgo con eso”.

-¿Nunca se te subieron los humos a la cabeza?
“No, porque desde un principio tenía súper identificado este cuento y sabía que era así. Y tengo hasta las rodillas metidas en la tierra”.

-Pero dicen que uno no se da cuenta cuando pasa.
“Eso es cierto, pero yo sé que sigo siendo el mismo de siempre, voy a los mismos lugares, no me coarto nada. Voy al Mampato con mis hijos, al supermercado y los subo arriba del carrito. La gente me saluda y me pide autógrafos, consejos para sus animales y eso no me impide hacer mi vida como siempre la he hecho. Por qué cambiar un estilo de vida que te acomoda porque la gente se acerca”.

-¿Eso de no ser “divo” lo sacaste de la escuela Morandé?
“Sí, porque nuestra productora es una oficina, estamos todos todo el día juntos, nos ayudamos entre todos, es bien distinto a estar en un canal. Además que el Kike es igual, viene pa’acá, saluda a todo el mundo, se mata de la risa. No es divo, para nada”.

-¿En qué más te pareces al Kike? ¿En eso de mostrarse como el patrón de fundo buena onda?
“Ja, ja, ja. No, pero eso sí, cuando tenía una clínica veterinaria me gustaba que las cosas funcionaran bien y sabía perfectamente hasta dónde llegaba mi relación con mis socios y mis empleados. Cuando eso se pierde y se confunden los roles es un desastre. No es que no se pueda ser amigo de los empleados pero sí hay que dejar en claro quién es el jefe. Pero eso es tener liderazgo, no ser patrón de fundo”.

-¿Entonces, es que los dos son como el típico cuicón simpático y bueno para la talla?
“Eso sí, tenemos muchas cosas en común como ser talleros, por ejemplo. No sé, son formas de vidas parecidas, gustos similares, hay muchas cosas que compartimos”.

-¿Por eso eres su regalón?
“No, cuando uno trabaja bien y se apega a las normas y jerarquías, dice las cosas derechamente y es leal, le reconocen esas cosas y le van dando oportunidades porque se las ha ganado, por ser trabajador, cumplidor de horario, nunca problemático. Entonces no es que sea el regalón si no que vieron en mí a un apersona que podía hacer lo mismo que él”.

-¿No tratas de diferenciarte de él para no parecer ser su sombra?
“Lógico, pero es algo innato, porque soy otra persona no más. Soy tal como me ven tanto en “La ley…” como en “Morandé…”. Si me salen cosas parecidas a él, OK, pero no trato de hacer nada a la fuerza, ni parecerme ni diferenciarme. Una vez me dijeron que me estaba riendo igual que él, pero bueno, es mi risa, qué le voy a hacer”.


EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?