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Madurez y autoconocimiento son requisitos

Tener claro cómo es la universidad seleccionada y analizar qué tan apegado se es a la familia es clave a la hora de matricularse en otra ciudad. Dejar la casa, advierten expertos, puede repercutir en el rendimiento.

21 de Enero de 2008 | 12:36 |
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La semana pasada se conocieron los resultados de las postulaciones a las universidades y muchos de los 240 mil postulantes tuvieron que tomar una decisión nada de sencilla.

Si el puntaje no les alcanzó para estudiar lo que se quería en la universidad soñada, la opción de matricularse lejos de casa empezó a sonar como alternativa posible y, para algunos, tentadora. Sin embargo, los expertos llaman a tener cuidado y a no idealizar la vida de los estudiantes que dejan su hogar.

"En esta experiencia se ponen a prueba todas las capacidades sicológicas. Y aunque algunos alumnos pueden salir fortalecidos, para otros puede ser más complicado", explica el sicólogo y orientador, Erik Cortés.

"Para todos no es una buena experiencia. Va a depender de características de madurez emocional, de personalidad, del tipo de relación que tengan con los padres, de su capacidad de adaptación", dice la sicóloga Karen Repetur, de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y la Adolescencia (Sopnia).
De hecho, ella le ha aconsejado a algunos jóvenes no dejar su ciudad natal, al menos hasta lograr una madurez mayor.

Por eso, recomienda hacerse un autoexamen a conciencia antes de tomar esta decisión. "La madurez puede verse por la historia de adaptación escolar, la de relación con los pares y si ha habido problemas conductuales", explica.
Erik Cortés entrega una pista: si se ha ido de vacaciones solo, se trata de una persona más o menos independiente en su accionar y tiene los objetivos claros, por lo que podría estar capacitado para vivir lejos.

Analizar a fondo

A la hora de elegir una ciudad donde estudiar, los especialistas coinciden en que lo mejor es buscar un lugar que no esté muy lejos de casa y mejor aún si en esa ciudad se cuenta con familiares o conocidos que sirvan de red de apoyo.

El ambiente universitario también es clave. "Aprovechar estos días para darse una vuelta por la universidad que se va a postular es necesario", apunta Erik Cortés. Asimismo, hablar con alumnos de esa casa de estudios puede ser muy decidor.

Pero también es necesario evaluar qué tan reconocida es la universidad o el instituto en la carrera a la que se está postulando, ya que como recuerda la orientadora vocacional Glenda Durán, "no se trata de entrar porque sí a una universidad. Todo tiene su tiempo. La decisión de ingresar a la educación superior es importante por lo que hay que analizar que la formación permita ingresar a la vida laboral sin problemas, o continuar estudios de especialización o postgrados".

En este sentido, agrega la experta, es bueno consultar a profesionales del área sobre los egresados de la casa de estudios en cuestión.

Una vez en la universidad, es bueno tener claro que echar de menos al principio es normal, y que el proceso de adaptación debería durar algunos meses, pero no más que eso. "Estar mal anímicamente puede desembocar en una depresión y hacer disminuir el rendimiento académico", explica Repetur.



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