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“Es una suerte haber pegado como rockstar, ¡esa vida es la raja!”

22 de Enero de 2008 | 11:44 |
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Pedro Frugone debutó precoz en la música. Cuando tenía apenas 11 años, agarró una guitarra y no la soltó más. De ahí formó parte de diversas bandas como Luxury y Brain Damage. Luego le siguieron otras como Viena y Anachena, de estilos más bien underground. Hasta que, en 1994, y tras la trágica muerte de Andrés Bobe, el mítico guitarrista del para ese entonces ya encumbrado grupo La Ley, se sumó como su relevo.

Suerte para él, ya que justo un año después vino el despegue internacional de la banda liderada por Beto Cuevas. Primero se radicaron en México y luego partieron a Los Ángeles, EE.UU.. Durante esos años La Ley ganó dos premios MTV (tras grabar un disco Umplugged), dos Latin Grammy y un Grammy Americano. Además de otros reconocimientos como Premios Lo Nuestro, Premios Gardel y una Gaviota de Plata en casa, en el Festival de Viña del Mar. Así, se convirtieron en el grupo chileno de mayor éxito internacional de todos los tiempos.

Fue en octubre de 2005 que el conjunto optó por un receso indefinido, lo que impulsó al guitarrista a lanzarse como “solista”. Pero esa palabra no le acomoda para nada y por su discreta actitud en sus presentaciones ha generado algunas críticas que apuntan a su nulo liderazgo dentro de su nueva banda, compuesta por mujeres y con la que editó el disco “Yo objeto”.

“Estoy en desacuerdo con eso de que no lidero la banda. Esa es una escuela, la del cantante tipo A, pero también están los B, C y D, entonces de nuevo volvemos al tema de la crítica en Chile que tiene tan poco mundo, sólo la perspectiva del cantante líder que dirige. Eso no es lo que yo persigo, no es mi onda. Hay que darse cuenta de lo que uno es y explotar lo que sale naturalmente y a mí me gusta darle espacio a la otra gente, me gusta que en el escenario no haya una cosa como piramidal”, dice mientras le pide al mesero del café una torta de naranja con manjar que insiste en compartir.

- En La Ley se daba mucho eso, lo del cantante líder con Beto Cuevas. ¿Quedaste un poco traumatizado?
“Sí, ese era el concepto, totalmente. ¿Traumatizado? Para nada, siempre supe que era así y acepté las condiciones”.

- Se dice que tanto Cuevas como Mauricio Clavería (baterista) eran bien autoritarios y no te dejaban mucho espacio creativo.
“Sí, yo los llamaba Hitler y Mussolini (risas). Pero como te digo, cuando las cosas se dan de una manera, si te gusta bien y si no, te vas y dentro de todo ese era un proyecto que nació y se desarrolló así y siempre lo supe, lo acepté y fui feliz. Cuando dejé de serlo se los dije y al final ni uno de nosotros estaba tan feliz, entonces antes de que nos mandáramos a la mierda, optamos por un receso y talvez, porque aún no hay nada claro, nos juntemos para hacer otro disco”.

- ¿Y qué tan probable es que se junten de nuevo, a estas alturas?
“Lo veo igual que antes, es sólo una posibilidad más no más y poco probable porque a medida que va pasando el tiempo, cada uno se instala más en su propio proyecto. Eso lo dije en su momento y un malintencionado puso como que yo no quería volver a La ley ni por si acaso, pero no es así”.

- ¿Hay buena onda entre ustedes ahora?
“Sí, nos cagamos de la risa. No es que hablemos todos los días pero cada tres meses nos escribimos unas líneas”.

- En un principio, cuando llegaste a La ley, ¿te sentiste muy comparado con Bobe? ¿Con la chapa del reemplazante de…?
“Sí, pero uno no se puede escapar de lo que la gente diga de ti, mientras antes lo entiendas, mejor. Desde que uno sale de su casa y hace discos está absolutamente expuesto a que digan lo que quieran de ti. Y lo más probable es que habrá gente que te va a odiar y porque sí, no más. Pero bueno, what the fuck, así es la vida y hay que aceptar que no tienes por qué gustarle a todo el mundo y que pueden hablar pestes de ti y ya está. Pasa cuando eres famosillo”.

- ¿Extrañas tu vida de rockstar?
“Claro, es que lo único “malo” para un rockstar es el tema de los viajes y el costo que tiene eso con las relaciones, porque si sacas la cuenta pasas más de la mitad del año fuera de la casa entonces es complicado por la gente que uno quiere y el tiempo que uno pierde en viajes. Pero todo lo demás, es una vida súper… uuff”.

- ¿Extrema y de excesos? ¿Sexo, drogas y rock and roll?
“Sí, hay mucho de eso, pero aparte, poder hacer una vida de eso, ganar plata con eso, a ningún otro músico chileno le ha pasado y no es porque sean malos, sino porque no hay industria que te haga una camita para desarrollarte. Entonces, que nosotros le hayamos pegado al palo y eso que fue hace 10 años y todavía, es increíble. Es una cueva enorme haber pegado como rockstar, entonces no hay por donde decir que es malo serlo. O sea, esa vida es… ¡es la raja! Donde vayas se te tiran las minas encima, la gente te trata increíble, comes en los mejores restoranes, duermes en los mejores hoteles, ¡qué huevada puedes a alegar! Y eso de que no tienes vida privada, de que tantas cámaras…saaale, qué ridículo. Es que bueno, yo tenía la cueva de que todos se tiraran encima de este huevón (Cuevas), entonces era maravilloso. Tenía el mismo trato que él pero él se llevaba la parte más ingrata”.

- Suena envidiable.
“Lo es. Pero lo del avión es una lata y yo tengo un rollo con el tiempo, me gusta ocuparlo bien, porque la vida es demasiado corta, un suspiro de gato. Entonces, perder meses en los aeropuertos es una lata pero igual te acostumbras. También existe un tema con la confianza que me di cuenta. La gente, sobre todo de bajos recursos, han perdido mucho la confianza en las instituciones, en los políticos, más aún en Latinoamérica entonces los entretenedores tienen mayor acercamiento con la gente porque te creen y eso es la raja. Los artistas en general tienen esa posición privilegiada para acercarse a la gente”.

- Pero no tienes por qué caerle bien a todo el mundo.
“Bueno, sí, la gente que te compra, no la que te odia y eso le pasa a todo el mundo. Hay gente que te odia porque sí y en la calle te tira mala onda. Me ha pasado en todas partes, pero más acá, obvio. Eso demuestra los problemas sociales que tenemos, la gente no acepta las cosas diferentes, las propuestas distintas, son muy cerrados. El tema de las tecnologías realmente no nos ha acercado mucho, incluso ha hecho más grande la brecha entre ricos y pobres. Para mantenerse competitivos hay que comprarse la computadora más bacán y…” (entorna los ojos).

-¡Ya te fuiste para otro lado!
“Uy, sí, es que realmente eso es de lo que me importa hablar, más que de mi vida como rockstar porque siento que no es relevante. ¿Qué importa que haya vivido como rey? Son cosas que pasan pero que no van a ninguna parte, no pasan de eso”.

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