PUNTA ARENAS.- Es una convencida del desarrollo turístico de la región de Magallanes y principalmente de la provincia de Ultima Esperanza, donde ella reside.
Soraya Zalej Arteaga vive en Puerto Natales donde ha forjado su desarrollo personal y empresarial con estrecho vínculo en el turismo, actividad que conoció a través de los negocios de su padre con una empresa de buses.
Hoy administra Zahir Propiedades, Zahir Agencia de Viajes y el restorán “Rincón del Tata” que, desde 1998, acoge a los visitantes en un ambiente distendido, como si fuese una casa de campo en la época pionera de Puerto Natales.
Sin embargo y pese al incipiente desarrollo que ella han experimentado sus negocios -fruto de esfuerzos y también sufrimientos, porque enviudó muy joven cuando recién había inaugurado su restorán a fines de la década de los años 90-, es también crítica respecto a como está evolucionando el turismo.
Piensa que el desarrollo turístico se ha centrado mucho hacia el parque nacional Torres del Paine, el que se ha sobre poblado en demasía. Ello también ha ido en desmedro de Puerto Natales, que a su juicio debiera tener más herramientas para una mejor consolidación.
Aclara que muchos pioneros natalitos, aún residentes y otros ya fallecidos, fueron visionarios al comenzar a promover el turismo hace muchos años. “El camino estaba abierto. En ese entonces se necesitaba visión y mucho esfuerzo, ahora es visión y financiamiento, ya que ahora existen muchos organismos que apoyan proyectos no así cuando se inició el turismo”.
Con cariño evoca a empresarios como Manuel Suárez Arce, Joaquín Alvarez Stefó, Sergio Zalej Santos, Juan Navarro Vásquez y la familia Scout, quienes siguen haciendo historia en la provincia.
-¿Cuáles son las ventajas y desventajas del turismo austral en Chile?
“En la provincia de Ultima Esperanza tenemos las bellezas más importantes a nivel mundial como son el parque nacional Torres del Paine, Campo de Hielo Sur que está comenzando a explotarse con su glaciar Pío XI, el canal de las Montañas en el parque Bernardo O’Higgins, que son destinos prístinos y es una ventaja.
“Una de las desventajas, que aún nos queda por hacer, se refiere a conectividad, es decir la unión de Chile a través de Chile con la senda desde Puerto Natales al fiordo Staines, que nos permitiría conectarnos con la región de Aisén. Puerto Natales sería la puerta de entrada de la carretera austral desde la región de Magallanes. El aeródromo de Puerto Natales no ha sido un aporte de conectividad. Los aviones comerciales no aterrizan regularmente”.
-¿Qué falta para que tenga una mejor consolidación y desarrollo?
“Existe una importante carencia de mano de obra calificada. Faltan mayores institutos técnicos y de turismo de buen nivel, para que la juventud aporte realmente al desarrollo que demanda el mercado.
“El Estado debe proteger las áreas con fines turísticos y con esto me refiero a las concesiones marítimas para las pisciculturas. Pienso que en Torres del Paine se han concesionado demasiadas tierras, con algunas infraestructuras que atentan con la naturaleza imperante. Se ha sobre poblado Torres del Paine. Ya no tiene el encanto de antaño donde todo era más natural y esto no ha contribuido en absoluto al real desarrollo en Puerto Natales. La ciudad casi está saliendo de circuito porque se ha potenciado en demasía Torres del Paine”.
Continúa: “No han sabido proteger una de las reservas de la biosfera. Han dejado de lado a Puerto Natales y aquí considero que las autoridades no han protegido nuestra ciudad. Puerto Natales requiere más incentivos para sus habitantes, en todo ámbito.
Como capital del turismo necesitamos que organismos como la Secretaría de Transportes y Telecomunicaciones esté aquí, porque aquí se canalizan los servicios. Aquí llegan la mayoría de los turistas y resulta que los permisos internacionales debemos tramitarlos en Punta Arenas. ¿No estará muy mal centralizado este servicio? Es una inquietud que dejo a las autoridades”.
-¿Es más difícil promover turismo en la zona austral?
“Hoy en día es caro llegar a la Patagonia: por mar, por aire y por tierra, lo que es una clara desventaja al momento de viajar. Existe la percepción que en invierno estamos prácticamente cubiertos de nieve y este mito no ha sido fácil revertirlo, lo que ha sido altamente perjudicial para las personas que en invierno tienen casi todos sus productos funcionando normalmente a diferencia de los foráneos que vienen a trabajar solamente en la temporada y se van a sus países o ciudades de origen para retornar sólo al inicio de temporada.
“Las autoridades deben reconocer que no han contribuido a que Puerto Natales sea más atractivo en invierno, creando infraestructuras como canchas o centro de esquí en el cerro Tenerife. El mejor paisaje se aprecia en invierno y no nos abraza con tanta fuerza la brisa magallánica”.
-Hablando de ti ¿en qué momento decides ser empresaria?
“No existe un momento preciso en el cual decidí ser empresaria, o mejor dicho lo que soy, una pequeña empresaria. Las cosas se te van dando, el universo es lineal y comencé estando atenta al día a día. Hubo sueños fallidos. Negocios que no rentaron como una empresa de aseo industrial, pero no me di por vencida. Lo intenté una y otra vez y lo sigo haciendo. Siempre hay un desafío y lo más importante es no arrugar a pesar de las vicisitudes”.
-¿Hay apoyo para la mujer empresaria o emerge el sello machista?
“Sí hay apoyo para la mujer empresaria. Nunca he sentido la diferencia. Hoy en día existen proyectos que sólo avalan a las mujeres”.
-¿Y tu vida personal?
“Mi vida ha sido normal, no carente de situaciones límites, pero bonita. Amo la vida en toda su esencia y doy gracias a Dios por lo que me ha dado. Daniela, una hija maravillosa, una familia que me ha apoyado siempre a pesar de ser muy independiente, un papá de ascendencia árabe que es como el abad de la familia y muy sabio por lo demás”.
-¿Cuesta conciliar preocuparse de la empresa y criar hijos?
“No es fácil conciliar ambas cosas. Más en mi caso que he sido papá y mamá. Muchas veces siento que no estoy dedicando el tiempo que merece mi hija, pero es lo que me ha tocado vivir y creo que la calidad prevalece sobre la cantidad. Trato de darle lo mejor, inculcarle valores, de educarla para la sociedad y tengo el gran apoyo de mi familia.
Mi marido Juan Carlos Azócar (Q.E.P.D.) falleció de muerte súbita y quedé viuda muy joven. No fue fácil; mi hija hoy tiene 11 años y en ese entonces tenía 4 años. Fue un dolor muy grande. Sentí por momentos que la vida ya no tenía sentido y me preguntaba “¿por qué a mí?””.
Soraya narra su historia: “Me revelé porque no era una opción y no había escogido esto. Un día me levanté y me di cuenta que la vida no se detenía y no podía ir contra la natura. Era lo que me había tocado vivir y tenía que asumirlo. Me di cuenta que era dueña de una gran fortaleza. Los seres humanos nunca sabemos lo que podemos soportar hasta que nos toca vivir situaciones límites, pero hoy estoy de pie y soy agradecida de la vida. Con mi esposo cree el primer centro de estudios de computación en Puerto Natales, fuimos precursores en Internet, junto a mi hermano Ahmed hicimos una sociedad y abrimos el restorán “El rincón del Tata”. El compró una cartera de corretaje de propiedades, que es la que dirijo actualmente. El era visionario, era una persona maravillosa que tuve la suerte de conocer. Hay ángeles que pasan por nuestras vidas y se van, y te dejan muchas cosas”.
-¿Pudiste reiniciar tu vida o sólo te has dedicado al trabajo y tu hija?
“Me haces una pregunta compleja. He tenido relaciones importantes que no se dieron. Nada sucede por azar en la vida, pero nunca he cerrado las puertas al amor. Pienso que es el equilibrio de todo cuando uno quiere realmente, pero debo reconocer que le he dedicado mucho tiempo a mi trabajo y a mi hija”.
Pese a los golpes de la vida, Soraya Zalej disfruta de las cosas bellas; gusta de la música, leer y salir a caminar. Colecciona, además, antigüedades, va al gimnasio y atesora un sueño: a futuro, proyecta con su padre y hermano abrir una agencia de turismo en Puerto Montt.
