Tan fugaz como divertido es este arreglo estructurado con violetas africanas que se caracterizan por su exquisita fragancia y tono liláceo.
La composición es sofisticada pero muy fácil de armar. Para hacerla se amarraron cinco pequeños racimos de estas flores con alambre verde, y luego se dispusieron dentro de un botella de cristal a diferentes alturas para darle dinamismo a la composición.
A su vez, el frasco se colocó dentro de una fuente redonda de baja altura y llena de agua donde se dejaron caer algunas violetas. Como la mayoría de ellas quedan al aire, el arreglo dura poco pero es ideal para adornar un centro de mesa.