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“La ley debe proteger los derechos de esos niños”

22 de Febrero de 2008 | 14:33 |
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La Agrupación de Padres Adoptivos nace del amor profundo de un par de madres y padres que se conmueven ante la tragedia de una niña botada como basura, como algo que no sirve. Algo, porque ni siquiera tenía derecho a tener un nombre y menos una sepultura.

Probablemente si no la hubieran encontrado unas personas que hurgaban en la basura, su cuerpecito frágil habría sido triturado por las máquinas. Y debieron pasar muchos meses en la morgue local antes de que pudieran recuperarla y darle cristiana sepultura.

-¿Cómo funciona esta agrupación de padres adoptivos?
“Funciona como un grupo de parejas y familias adoptivas que nos relacionamos cotidianamente en este Puerto Montt todavía a escala humana y que nos permite encontrarnos al ir a dejar o buscar a nuestros hijos a los colegios, o al control de salud, o en el cine, circo o centro o local comercial, claramente en los cumpleaños… Así nos vamos construyendo, asumiendo y mostrando a los demás como familias adoptivas. Por eso de los resabios burocráticos nos dimos un nombre formal, pero tenemos estructura de asamblea, sin cargos ni jerarquía, porque somos más bien familia, comunidad de familias; somos familias adoptivas de Puerto Montt”.

Recuerda que varios de ellos se conocían personalmente o de referencia. Ellos también son padres adoptivos, pero fue un titular del diario local “El Llanquihue”, en mayo del año 2003, anunciando la muerte de Aurora “lo que nos hizo juntarnos, sentirnos y empezar a actuar como padres adoptivos. Ella era una guagua recién nacida aparecida muerta en el vertedero municipal de Lagunitas en la ciudad de Puerto Montt. Para los demás Aurora era otra víctima inocente del drama de infanticidio en nuestro país -pero también del mundo, baste mirar la India de siempre pero también la Alemania de estos días- y con Kena dijimos al unísono “ella (Aurora) pudo ser nuestra hija…” Con María Eugenia Lagos somos entonces las cofundadoras de la Agrupación Padres Adoptivos por la Vida.

-¿Cuáles son sus proyectos?
“Básicamente a través de nuestro testimonio de vida, seguir promoviendo la adopción como alternativa de vida para las guaguas nacidas de embarazos no deseados; seguir proponiendo iniciativas a las autoridades en materia de adopción para aportar al objetivo de instalar el interés superior del niño como criterio de decisión ante decisiones que le afecten y para ir disminuyendo, hasta eliminar, toda forma de discriminación a los hijos, hijas y familias adoptivas; mantener el contacto entre nosotros y brindar toda nuestra experiencia, apoyo y cariño a las personas en sus procesos de maternidad y paternidad adoptiva; y, apoyar en las formas más diversas y creativas posibles a la tarea de darle sustento cultural a la legitimidad de la maternidad y paternidad adoptiva”.

Bernarda asegura: “Por eso para mí esta entrevista tiene sentido y por eso nos alegramos todos con mi mención entre las 100 mujeres líderes 2007. Por eso, cuando la poetisa ancuditana Rosabetty Muñoz escribió el poemario “En nombre de ninguna” y en torno del infanticidio logró convocar a pintores, escultores, instaladores, gente de teatro, sentimos que lo habíamos logrado: el infanticidio había salido de la crónica roja (que paradójicamente lo in visibiliza) y se instala en la cultura”.

Pero el trabajo de Bernarda implicó además que se impulsara un proyecto de ley que podría poner fin a situaciones como las que atravesaron los tres hijos que inscribieron y tuvieron que sepultar los Barría Gallardo. Un texto legal que autoriza a cualquier persona a inscribir a los niños víctima de infanticidio.