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“Soy un huevón asquerosamente mediático, de una prostitución repugnante”

29 de Febrero de 2008 | 13:34 |
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Todo en Nicolás López es acelerado, como su manera de hablar, pero sobre todo su precoz y ascendente carrera, la que él mismo define como “surrealista”.

A los 11 años ya hacía cortometrajes caseros y no soltó más la cámara. A los 13, tenía una columna en la Zona de Contacto (“Memorias de un pingüino”). Luego, en 1998 creó el portal Sobras.com, que luego se convirtió en productora, apoyando películas como “Ángel negro” y “Paraíso B” y que lo llevó a tener un programa en MTV (“Piloto”). Y a los 20 años ya tenía su ópera prima en el cuerpo, “Promedio rojo”, que fue alabada hasta por el mismísimo Quentin Tarantino, abriéndole puertas en Hollywood.

Y así, suma y sigue. Hoy, a los 24, espera el estreno de su segunda película, “Santos”, una megaproducción rodada en Chile y Tokio, y escribe el guión de “178”, bajo el alero de Salma Hayek y su productora Ventanazul.

Todo este surrealismo mágico le ha traído tanto seguidores como detractores. Porque sí tiene bastante currículum para presumir y no se arruga en recalarlo. “En un principio me volví loco con el tema de Hollywood, porque es fuerte entrar a un bar y que Tarantino sepa quién eres y que te diga que tu película es la raja, es surrealista. Ir en limusina a la premiere de “Transformers” y poder conocer a George Lucas porque vio un pedazo de “Santos” y le gustó, es muuuy surrealista también. He tenido la suerte de conocer a la gran mayoría de mis héroes y conversar con ellos, como consecuencia de hacer lo que quiero y de ir siempre hacia allá. Después, le quitas el mito a las cosas y todo eso se vuelve más cotidiano”.

-¿Cómo? ¿¡Ya te acostumbraste a todo el glamour hollywoodense?!
“Es que claro, la primera vez que pisé Hollywood fue muy violento; ir a un restaurant y que al lado esté Kevin Costner, fue fuerte. Pero cuando vas 15 veces a ese restaurant ya es normal ver a Kevin Costner, es como ir al Liguria y encontrarte con Sigrid Alegría. Lo que pasa es que cambian las dimensiones, allá hay mucha más plata y se paga por el talento. Acá hay que trabajar mucho para que te aprueben un proyecto. Allá se paga la creatividad y se paga muy bien, eso es lo interesante.
“Lo mismo pasa en España, que Santiago Segura produjera mi primera película y Alex de la Iglesia viniera a Chile porque me conoce, fue fuerte. Gran parte de mis héroes tienen que ver con España y EE.UU. entonces conocerlos y que se junten es maravilloso”.

-¿Qué sientes cuando te comparan con grandes del cine como Guillermo del Toro y te catalogan como genio?
“Son etiquetas que te ponen, yo lo único que quiero al final del día es hacer buenas películas o contar el tipo de historias que me interesan. Que eso venga con toda una carga mediática -porque soy un huevón asquerosamente mediático, de una prostitución mediática repugnante- es porque quiero que la gente vea lo que estoy haciendo. Si no gritas que estás haciendo cosas es muy difícil que te escuchen. Ahora, hay algo muy mamón e imbécil que es que uno tiene que creer en la belleza de los sueños, si crees en algo con todo el corazón tienes que hinchar las pelotas hasta que suceda”.

-¿Te costó partir?
“Siempre cuesta, pero más aún en Chile porque hay una frustración muy grande y es una de las razones de que algunos odien lo que hago. Tiene que ver con que acá se toca la puerta una, dos o tres veces y te dicen que no y listo. Entonces todos piensan que en este país no se puede hacer nada. Pero se pueden hacer mil cosas, la idea es no perder la fe en lo que estás haciendo, aunque sean películas sobre semen y superhéroes, como las mías ¿cachai o no? Todo lo que he hecho ha sido con esfuerzo, no gratis como algunos piensan”.

-¿Has sentido envidia en el medio?
“Todo lo que hago al principio es catalogado como una mierda. Luego de tres meses, es buena y a los 7, ya es de culto. Eso pasa porque hay miedo a lo distinto, pero después esas cosas pasan a la cotidianeidad y la gente se acomoda. Yo quiero hacer cosas distintas, eso es lo que me gusta”.

-¿Explotar el lado freak?
“Lo freak existe cada vez menos porque vivimos en un país tan freak que lo freak sale por sí solo. Yo empiezo a pensar en cosas normales pero entre medio me aparecen dimensiones desconocidas y superhéroes y los meto en las películas porque son consecuencia de mis gustos. No ando en busca del respeto ni ganar grandes festivales de cine, yo quiero hacer películas que me gusten a mí y si les gustan a los demás, bacán”.

-¿No te esperabas el éxito de “Promedio rojo” y que generaría tanto eco afuera?
“Siempre trabajé para el mundo, no para Chile, porque desde chico vi cosas de afuera. Pero ya habían pasado muchas cosas surrealistas antes de filmarla, como que Santiago Segura la apoyara, que nos ganáramos todos los premios de financiamiento que habían, que un pendejo de 20 años, sin estudios de cine, pudiera hacer una película en el culo del mundo, eso ya era bien heavy. Siempre he sido de hinchar las pelotas, de moverme pero esas son sólo las historias de triunfo, porque de las mil cosas que he intentado hacer han resultado unas cuatro y bien, pero después de dar la pelea”.

-"Promedio..." fue bien estresante como primera experiencia. Subiste 40 kilos y terminaste con crisis de pánico. ¿Con "Santos" ha sido parecido?
“Sí, fue como perder la virginidad pero ahora “Santos” es como la segunda polola, aunque también han pasado cosas heavy. Conlleva mucho estrés pero es por cumplir un sueño y todos las peleas y estrés valen la pena. Cuando pienso en que Warner me quiere comprar una idea, por ejemplo, y en el minuto en que pasé, de la nada a estar comiendo con Salma en Hollywood... esas son cosas que uno va a buscar, porque el terreno para jugar es el mundo”.

-¿Cómo controlas esa ansiedad de querer hacer tantas cosas?
“Haciendo películas, escribiendo cosas”.

-¿Eres obsesivo?
“Sí, sicópata, pero no con mi equipo, he armado un equipo maravilloso. Imagínate que mi productor de toda la vida, que es español, decidó venirse a vivir a Chile para hacer cosas desde acá para el mundo. En Chile hay algo que cada vez hay menos a nivel mundial, que son las ganas de hacer cosas. Acá no deberíamos hacer cine porque, en cuanto a números, no da el mercado, pero la gente hace películas igual, porque lo necesitamos. Hay seis escuelas de cine en Santiago, hay una efervescencia cultural muy fuerte, tenemos una Presidenta mujer y un montón de cosas que los países más civilizados no tienen. Por eso hay mucha gente que se viene a vivir acá porque, en ese sentido, es como la tierra de las oportunidades. Cuando alguien me dice me voy a ir a España a hacer algo, yo les contesto: la raja, anda y serás uno más”.

Y agrega: “Quizás me hubiera costado mucho más hacer una película como “Santos” si yo fuera español, porque tengo el factor de lo exótico. Me interesa que Chile se ponga en el mapa, porque no tiene mucha identidad, afuera sólo somos Pinochet y Neruda”.

-¿Quiénes, de tu generación, están aportando, en ese sentido?
“Mucha gente, como la Francisca Valenzuela, que a los 20 años sacó un disco. También los hermanos Copano, con su programa y todo lo que hacen”.

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