A Sebastián Layseca Rojas (33) lo remece profundamente la historia de sus raíces y antepasados. Se emociona al contar que es tataranieto de Andrés Layseca, un personaje “histórico” y “fundamental” en la Guerra del Pacífico. “Vivía en Colombia, era experto en serranía y amigo de Patricio Lynch (vicealmirante de la Armada chilena), quien lo trajo a Chile. Acá conoció a su mujer y tuvieron un amor intenso y furtivo, hasta que se queda definitivamente con ella”.
- ¡Parece guión de película!
“¡Sí, totalmente! De hecho, una vez escribieron uno, pero no pasó nada al final. Me encantaría hacer algo con eso… ya se verá”.
- Te mueve bastante el tema familiar al parecer.
“Mucho, he estado investigando el origen de los Layseca y ahora estoy en contacto con otros repartidos por el mundo, hasta tengo un grupo en Facebook para investigar más. El apellido es vasco, es el nombre de un lugar cerca de los Países Vascos. En Chile estábamos bajo el alero de nuestro bisabuelo que era periodista, Rubén Layseca, soy de familia comunista de toda la vida. Rojas ya es más chilensis, eso sí (se ríe)”.
Pero no sólo su pasado familiar lo conmueve, sino que también su presente. Con su mujer, la actriz Carmen Gloria Bresky (Marcia en “Casado con hijos”) armaron una familia que además componen el hijo de 11 años de ella y el de ambos de 11 meses, llamado Luciano. Juntos viven en la Comunidad ecológica de Peñalolén. “Estoy viviendo el periodo de la paternidad bien fuerte. Luciano es un niño muy bello y ahora me dedico a ser padre. Si tengo que estar de 9 a 7 de la tarde en el canal, me levanto a las 7 para lavarle el potito, darle la primera papa y jugar con él un ratito y después cuando llego le doy comida, juego más con él y lo acuesto”.
- ¿Antes no te dabas el tiempo de ser papá?
“No, porque viví todo el año pasado plagado de ensayos, casi no conociendo a mi hijo. Entonces me sentía triste de no vivirlo y me di este espacio. Es muy bonito. Podría estar produciendo o postulando de nuevo a algún Fondart pero estoy calmo y feliz con este ritmo. Ahora estoy y tranquilo, la pega me tiene contento, descansar un poco del teatro, antes estaba colapsado…”
-¿Que tu mujer también sea actriz genera más comprensión en ese sentido?
(En silencio y con una sonrisa lo niega). “A ver… hay apoyo de parte de mi pareja con respecto a los horarios pero hay otras actividades adyacentes al teatro, con los compañeros, como ir a comer o tomar algo después de la pega, porque tampoco puedo ser el gallinita latero que dice que no a eso. Qué fome andar diciendo que no en la vida, si igual dan ganas de comerse un sandwichito por ahí con los compañeros. Pero bueno, se va poniendo más intensa la vida por eso ha sido muy placentero este periodo más relajado”.
Agrega, entusiasmando: “Otra pasión que estoy gozando harto es el surf que lo descubrí hace un año y medio y cuando puedo me arranco a la playa. Ya le estoy pegando, me paro bien aunque todavía no soy maestro. Que sea un deporte lento y tanta sacada de cresta me ayuda mucho para las frustraciones, para ir agachando el moño, estar atento a las cosas que pasan y bajar los niveles de ansiedad”.
-¿Y tu vicio privado?
“Más que nada es eso, ir a surfear, que es lo que hoy me genera más ansiedad, de buscar el espacio para irme a la playa, estar ahí, meterme al mar y desconectarme de todo. Generalmente me voy a Maitencillo o Ventanas. Así que mi gran vicio ahora es el surf y bueno, la paternidad”.
