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“Siempre sentí que mi nombre no era mi nombre y quería volver a ser quién soy”

01 de Abril de 2008 | 09:43 |
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Nació en Argentina en 1974 bajo el nombre de Sebastián Lelio. Se llamó así hasta los 10 años, cuando cambió el apellido de su padre -el que dejó de ver- por el de su padrastro: Campos.

Así, se crió entre cambios de identidad y de ciudades de residencia. Pasó por Concepción, Viña del Mar y hasta Estados Unidos.

Recién a los 27 años se reencontró con su papá y se le metió en la cabeza la idea de recuperar su apellido, pese a lo engorroso que le parecía el trámite y a sabiendas que tendría que deshacerse en explicaciones luego de haberse hecho conocido como Sebastián Campos, por “La Sagrada Familia”.

“Fue una decisión bastante personal, muy importante para mí y lo que ha tenido de engorroso y complicado lo he sobrellevado con la alegría de haber hecho algo importante con mi vida. Siempre sentí que mi nombre no era mi nombre, entonces quería volver a la realidad y a quién soy yo. No fue una decisión estratégica -de hecho fue muy poco estratégica- sino que totalmente de necesidad personal y asumí que iba a tener que dar explicaciones en diferentes grados; la versión rápida, la intermedia o ya contar la teleserie completa”, dice medio en serio, medio en broma.

-¿Cuál versión quieres contar ahora?
“Que con mi papá nos separamos y lo volví a ver los 27 años y lo fui recuperando. Me di cuenta de que sí era mi padre y que la sensación interior que tenía de una identidad borrada era más grave de lo que pensaba. Fui Lelio hasta los 10 años, fueron demasiados años, entonces siempre crecí con la sensación de que era raro, aunque fuera un niño. Con “La Sagrada…” saturé mi nombre, lo reventé, entonces decidí hacer algo conmigo mismo. Para mí el gran regalo de esa película fue esto, que haya llegado a querer recuperar mi identidad y sacrificar y perder mi otro nombre con lo que eso significa y partir de nuevo. Por eso, “Navidad” es como mi segunda-primera película, lo tomo así”.

-Debe haber sido una ruptura importante dentro de tu familia.
“Es muy delicado, demasiado personal, no puedo ahondar mucho en eso, por lo mismo; hay familias detrás. Pero sin duda hubo una ruptura importante”.

-¿Qué te pasa cuando se refieren a ti como “Sebastián Lelio (ex Campos)”?
“Me da risa y es parte de la locura que es vivir. En Francia quedaron locos porque cuando yo estaba allá estrenaron “La Sagrada…” y cuando yo llegué ya estaba con los trámites. En la residencia de Cannes ponen unas placas con los nombres de los directores que han pasado por ahí, entonces tuve que avisar antes del cambio y fue bonito verlo esculpido. Era divertido que en los medios de allá saliera de todas las formas; Campos, Lelio, Lelio-Ex Campos…”

-¿No pensaste en que pasara un poco todo el tema de la película para hacer el cambio?
“Es que no fue una decisión política, no fue para nada un buen negocio, pero sentí que era el momento para mí de hacerlo no más”.

-¿Además del tema de la identidad, en el cambio tuvo algo que ver con cómo dejarías tu legado, con la trascendencia y descendencia?
“Obvio, fue una de las razones. No es que quiera tener hijos ahora pero sí sentí un cierto llamado, aunque sea a futuro. La familia es mi tema, de ahí las películas. En “Navidad” es más los restos de una, pero es de ésas que uno arma, la que uno elige. Es curioso cómo funcionan los procesos creativos y dónde te llevan, porque hice “La Sagrada…” y me cambié el apellido. Hay una cierta relación directa y curiosa entre el trabajo y la vida, es parte de la misma cosa, también”.

Cuenta, como anécdota, que cuando estaba en Francia un amigo lo invitó a comer con Alejandro Jodorowsky y que la experiencia fue, por lo menos, reveladora. “Él tiene el rollo de los árboles familiares y que la familia es como una trampa sagrada, lo que me hace mucho sentido. Es como tu maestro y tu condena, la que te forma y con lo que tienes que romper para poder ser un individuo. Eso me parece súper fascinante y está en mis dos películas como tema de fondo. Me interesaba hablar con él y cuando supo lo de mi cambio de apellido se interesó y me dibujó mi árbol familiar en una servilleta. Me dijo cosas impresionantes, además de considerar que fue decisión muy inteligente y atinada. Y cuando me iba yendo me dijo que me cuidara cuando tuviera sexo porque ahora (después del cambio) ¡sí podría tener hijos!” (pone cara de sorpresa).

-A propósito, tuviste una infancia bastante inusual.
“Sí, bien movida. Pero fue buena, recién a los 21 años llegué a Santiago con aires provincianos y es entretenida la gente de provincia porque llegan a la capital con tanta hambre. Muchos de esos terminan haciendo cosas interesantes porque llegan hambreados, con ganas de comerse Santiago”.

-Hablando de comida, ¿cómo pudiste adelgazar tanto?
“Antes comía de todo y era sólo por la ansiedad que me generaba toda la presión de la película. Después de trabajar un poco me lo comía todo porque sentía que me lo merecía. Ahora en vez de comer trato de salir a correr. Me ordené en todo sentido y por ejemplo, ya no edito en mi casa. Llevé todo a una oficina y me inventé un horario. Antes me podía levantar a las 3 de la mañana porque se me ocurría unir cosas en el momento y no paraba en toda la noche. ¡Era desquiciante!”

-¿Y por qué te dicen “zebra”?
“¡Por lo indomable! Bueno, esa sería una buena respuesta porque la verdadera historia es una lata, es el juego de palabras de Seba”.

-¿Tienes algún vicio privado?
“Tengo un vicio en el que recaigo de tanto en tanto: leer el Apocalipsis. Lo peor es que es verdad. Empezó cuando era niño y nunca me recuperé de él”.

- A ver… ¡¿Cómo es eso?!
“Cuando niño lo leía aterrado. Creía todo al pie de la letra. No podía concebir que Dios planeara terminar el mundo de esa forma tan exagerada y horrorosa. Después lo empecé a encontrar descabellado y sicodélico. Como si un profeta lo hubiera escrito bajo el efecto de alguna súper droga. Supongo que si lo vuelvo a leer más viejo, volverá a aterrarme y nuevamente veré ángeles con trompetas y bestias de siete cabezas a la vuelta de cada esquina, como en mi más tierna infancia”.


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