Jorge Hevia Cristino nació el 13 de junio de 1983 bajo el signo de géminis. Es el mayor de cuatro hermanos (lo siguen Carla, Javier y Valentina). Dice que ninguno pinta para la tele, porque “con uno basta, ya es difícil ser un ‘hijo de’ y que hayan dos, es complicado”. Agrega que su mamá es su fan número uno, que se preocupa pero lo apoya en todo.
Prácticamente vivió su niñez en los pasillos de TVN hasta que a los 14 años decidió retirarse de las pantallas. Por un tiempo, al menos.
“Nadie me obligaba a estar en la tele, lo hacía porque quería. De hecho, mis papás me decían que cuando quisiera me saliera. Lo pasaba bien, me trataban bien, me cuidaban y cuando quise hacer cosas más normales, me salí y creo que hice bien. Quizás después me hubiera arrepentido de no hacer las cosas que hice”, explica.
-¿Hacer como qué cosas?
“Ser un adolescente común, dejar embarradas, andar en micro, cosas que no podía hacer estando tan expuesto. Una vez que lo hice decidí volver a la tele porque es lo que me gusta. En la U no quise hacer nada antes de titularme”.
-¿Mateo?
“No, era medio flojo, del montón, me eché un par de ramos, igual en los ramos de
tele me iba bien”.
-¿No te miraban raro por venir de ahí?
“No, para nada”.
-¿Por ser de la tele te iba bien con las mujeres?
“No, porque siempre tuve el problema de que me veía más chico así que a los 18 me veía de 12. Ahora también, pero da lo mismo porque llevo cuatro años pololeando, pero siempre tuve esta cara de pollo e interpretaba a niños más chicos, lo que no me ayudaba para nada”.
-¿Y ahora tampoco te va bien?
“En lo eventos que animo a veces, las mujeres me gritan más que soy ‘simpático’ que ‘mino’ y yo feliz igual”.
-¿Ya estás curtido de la exposición, que te miren?
“Sí, en algunos momentos de mi vida más y otros menos. En la tele todos viven del ego y algunos se enojan cuando los reconocen en la calle pero yo me pongo feliz, aunque me digan cosas malas, porque eso quiere decir que te ven”.
-¿Cómo manejas el tema del ego?
“Dicen que no soy quebrado y trato de ser agradable. Si la gente te habla es porque te ve y haces bien tu trabajo. Además, hay beneficios como que te dejan pasar antes en las colas y hay que devolver la mano. La gente es la que te permite estar donde estás. Bueno, eso digo ahora, quién sabe, a todos les llega el mareo y ojalá tenga los pies en la tierra y un entorno que me lo haga saber”.
-¿Como tu papá?
“Sí y desde chico me explicaba todo, porque no entendía por qué si estaba de vacaciones me pedían fotos igual y él me enseñó que uno se debe a la gente”.
-¿La tele te ha puesto vanidoso?
“Sí y me ha costado ponerme vanidoso ahora que volví. Me preocupo pero dentro de lo normal, cuando salgo no estoy ni ahí es más para los móviles. No puedo andar como un trapo sino que un poco más producido, pero igual por mi edad puedo andar más relajado”.
Cuenta que le encanta comer sushi pero que como debe cuidar su físico, no come tanto y le hace a las ensaladas. Además, le gusta hacer deportes y jugar fútbol “en todas las ligas posibles” y es de ir al estadio a ver a su equipo favorito: la UC.
-¿Tienes algún vicio privado?
“Sí y está muy relacionado: es ver los partidos con amigos y asados. O sino solo pero sin ropa; odio taparme y el frío, por mí andaría sin nada”.
-¿Bueno para el carrete?
“Sí, me gusta salir harto y juntarme con amigos, tomar relajado si ando manejando. Ahora que volví a trabajar los fines de semana me dan ganas de salir mucho, sobre todo a bailar, ahí sí que no me pongo límites tampoco”.
