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“Al fútbol femenino ya no lo para nadie, se viene y se viene potente”

La entrenadora de fútbol asegura que esta pasión de multitudes es una realidad desde la perspectiva femenina, pero no niega que aún existen trabas culturales, vinculadas al machismo, y, sobre todo, arraigadas al pensamiento de las propias mujeres, que entorpecen el desarrollo de este deporte.

05 de Junio de 2008 | 09:46 |
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Fue la primera mujer en Chile en graduarse con el título de entrenador técnico de fútbol en el Instituto Nacional de Fútbol (INAF). Después de pasar por todos los contratiempos que puede significar ser el único ser femenino entre sesenta y tres hombres, y en un entorno que comúnmente se relaciona a machos pegándose en las canillas y celebrando los goles a camiseta quitada, Isabel Berríos terminó sus estudios deportivos, siendo un bicho raro para sus colegas, por mucho que compartiera su misma pasión.

Eso fue en el 2005. Ahora, tres años después, y ya consolidada como una de las entrenadoras de niños y niñas de la Universidad de Chile, dice, sin dudar, que el fútbol femenino “está para quedarse”. Prueba de ello son las jovencitas que se armaron de toperoles y salieron a la cancha en busca del gol en el primer Sudamericano Femenino Sub-20 que se celebró en Chile, desde enero hasta marzo pasado, y que terminó con un clásico Brasil-Argentina, donde las canarinhas alcanzaron la victoria final.

Pero las cosas no se quedan ahí. Como coronación de este huracán futbolístico, el próximo 19 de noviembre y hasta el 7 de diciembre, se realizará también aquí la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA Chile 2008. Gran título para una competencia por la que el mismo gobierno ha desplegado su apoyo, preparando los recintos en los que se disputará cada partido.

-¿A qué se debe este boom? ¿Es una moda?
“Yo no lo veo como una moda. Lo veo como una necesidad que venía desde hace mucho tiempo gritando desde abajo y está para quedarse, a lo mejor en un mejor nivel. Hoy apareció el FEM (“El fútbol femenino de Chile”), que es una organización que ha dado una cobertura especial a la mujer, mostrando lo que significa para nosotras jugar, dirigir y estar metidas en el mundo del fútbol. Desde el punto de vida colectivo, pareciera que es una moda, pero esto lleva como treinta años de existencia. Ya en el 91’ nosotras éramos seleccionadas nacionales y de ahí hasta ahora hemos seguido dándole al tema, porque tenemos la confianza de que la mujer, con disciplina, con entrega y su capacidad al máximo, puede llegar a hacer cosas súper importantes en el tema deportivo. Definitivamente, hoy el fútbol femenino es una realidad y una en la que van a tener que convencerse más las mujeres que los hombres”.

-¿Por qué más las mujeres?
“Porque soy una convencida de que si nosotras hemos estado reprimidas por tantos años, es porque no hemos querido despertar, porque vivimos quejándonos y lamentándonos de todo, sin tomar la iniciativa. La mujer es la que tiene que decidir qué hacer con su vida. Y la que quiere practicar el fútbol tiene que hacerlo con la mejor de las actitudes, entendiendo que este es un deporte de roce, y que con mayor razón hay que prepararse en el aspecto físico y mental. Es la mujer la que se tiene que convencer. Mi vida y mi carrera no las he pasado tratando de convencer a los hombres. Es lo que de verdad menos me importa. Yo he estado todo este tiempo tratando de convencer a las mujeres de que podemos hacerlo bien, para ser valoradas y ser medidas de la misma manera que ellos”.

-¿Qué diferencia hay como futbolistas entre una mujer y un hombre?
“En el aspecto técnico, ninguna. En el físico, sí. El hombre es mucho más cargado a la fuerza y potencia, tiene más desarrollo muscular, es más ancho por su estructura ósea.
Las mujeres somos más voladas en algunas cosas y las olvidamos fácilmente, pero cuando las aprendemos somos muy esforzadas en la ejecución. Con esto de que tenemos que estar convenciendo a todos de que lo hacemos bien, nos damos veinte mil vueltas por la cancha y lo hacemos sin reclamar. En cambio, el hombre se hace el lesionado”.

-Siempre se compara al fútbol chileno con el de Brasil y Argentina, que llevan la delantera en Sudamérica. ¿Pasa lo mismo con el fútbol femenino?
“La diferencia entre ellas y nosotras es que están desde hace mucho más tiempo organizadas. Sé que ya están percibiendo remuneraciones por hacer esta actividad. Brasil y Argentina son países mucho más futbolizados y debe haber muchas de esas niñas que empezaron esta actividad desde una edad más temprana. Pero en materia prima no hay tanto que envidiar. Es en trabajo en lo que ellas nos llevan la delantera, pero si aquí nos dieran la misma apertura, las mismas posibilidades de unos buenos recintos, buenas canchas y buena indumentaria, podría hacerse maravillas también.
“Aquí el nivel ha ido subiendo, pero lentamente, porque a las mujeres nos limitan desde que nacemos. No nos preparan para otra cosa que no sea ser mamá, esposa, hija y polola”.

-¿Es culpa del machismo entonces que el fútbol femenino esté así en Chile?
“Yo ya no sé si llamarlo machismo. A estas alturas de la vida lo llamo ignorancia, tozudez. Estoy molesta con el medio en ese aspecto. Me tienen choreada, porque llevo seis años en esto y todavía me siguen cuestionando cosas, como que por qué una mujer está metida en el fútbol… Ya me tienen chata. ¡Déjense de preguntar tonteras y sean un aporte!”

-¿A qué tipo de prejuicios te has enfrentado tú?
“Tratan de convencerme de que me falta una parte importante de la vida de la mujer, porque no estoy casada o en la casa amamantando… Yo paso, de las veinticuatro horas de mi día, dieciocho en una cancha y soy completamente feliz. ¡Esta es mi vida! Esto es lo que yo quiero, lo que defiendo y es lo que me gusta. No todas nacemos para lo mismo. Yo me siento plena con el hecho de poder contar con niñas de seis y siete años, para enseñarle a ellas valores e ideales, una formación integral, un cuidado de la persona, hacerlas buenas hijas, buenas compañeras, buenas amigas. Eso para mí es mucha más responsabilidad que estar con uno solo en la casa”.

-Y varias de esas niñas que han sido tus alumnas son ahora seleccionadas nacionales…
“Sí, estas jóvenes empezaron a trabajar desde hace unos cuatro años conmigo. Inicialmente, teníamos quince niñas citadas a la Sub-17 y hoy quedan once de la “U” seleccionadas en la Sub-20. Diez de ellas estuvieron en el último partido con Brasil y con Argentina, lo que no deja de ser importantes para nosotros como institución. Y para mí, como su entrenadora, que el trabajo que se viene haciendo tenga frutos tan a corto plazo, me hace estar más que feliz”.

-¿Qué opinas de los dichos de la técnico de la Sub-20, la española Marta Tejedor, que dijo que está en busca de jugadoras que tengan “padre o madre nórdicos, para reducir las diferencias que necesariamente se darán en el Mundial”?
(Suspira) “Creo que ha pecado de decir cosas muy a la ligera. Nuestro potencial no pasa por el porte. De hecho, si tú miras el fútbol profesional de hombres, Alexis Sánchez no es un jugador alto, (Jorge) Valdivia tampoco, ni (David) Pizarro. Nuestro potencial pasa por darnos oportunidades de hacer un buen trabajo y desarrollarlo en condiciones óptimas. De hecho, la goleadora de la selección, Nathalie Quezada, que es jugadora nuestra, mide un metro 53 y todo el mundo habla de ella porque tiene un talento maravilloso. No creo que (Tejedor) tenga una mala intención con lo que dice. Ella está esperanzada y debe tener sus aprensiones. Es la responsable de este grupo y tal vez piensa que si tiene niñas más grandes van a ser mejores, pero yo no pienso igual”.

-Y este Mundial, ¿servirá para masificar más aún este deporte entre las mujeres?
“Yo diría que ya está masificado. Hay muchas niñas involucradas en esto, jugando, sólo que antes se hacía de manera clandestina, en poblaciones, porque no existía la oportunidad de mostrarlo en otro lado. Hoy sí y eso es lo que ha pasado con este Mundial, que está abriendo las posibilidades de que se muestre lo que se está haciendo desde hace tanto tiempo”.

-¿Sienten el apoyo del Gobierno?
“La misma ministra de Educación lo han promovido a nivel escolar. Parece que Yasna Provoste lo juega muy bien, además, y se nota que quiere dignificar esta actividad. Sólo espero que cuando termine el Mundial, la gente de la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional), con Harold Mayne-Nicholls o los dirigentes no nos cierren la puerta, como se ha hecho tantas veces. Que esto sea una realidad y no algo momentáneo para arreglar estadios y olvidarse del objetivo principal, que era darle fuerza al fútbol femenino”.

-¿A cuánto estamos de que se cree una liga profesional de fútbol femenino aquí?
“Cada día más cerca. Hay organismos que están dando pasos agigantados, como la FEM. Las mujeres ya están viendo la necesidad de agruparse bajo una entidad que sea respetada como la Federación. Al fútbol femenino ya no lo para nadie, se viene y se viene potente”.


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