EMOLTV

“Esto va a dar frutos”

La ex ministra afirma que Chile vive una transición hacia una educación de mejor calidad pues todo lo hecho aún no rinde sus frutos. Sin embargo, acusa que el ideologismo y la defensa de intereses corporativos han impedido tocar dos elementos faltantes: el estatuto docente y la modernización del ministerio.

19 de Junio de 2008 | 09:33 |
imagen
En medio de la polémica por la acusación constitucional contra Yasna Provoste, pareciera que el tema de fondo, mejorar la educación, ha quedado de lado. Sin embargo, ésta sigue siendo urgente en aras del desarrollo del país.

La ex ministra y diputada Mariana Aylwin no pierde, por ello, de vista el objetivo. Concentrada en la dirección de una fundación sin fines de lucro que sostiene tres colegios subvencionados en Santiago, apuesta por el hecho de que todos los cambios impulsados verán su fruto, “más temprano que tarde”.

“Estos son procesos lentos, pero uno de los factores por los que se acortará la brecha (entre la educación privada y subvencionada-municipal) es por la educación de los padres y hoy estamos viendo que, en los sectores más pobres, el nivel de educación de los padres jóvenes es mayor que el de sus progenitores”, explica.

Entusiasta y confiada, insiste en que todo lo obrado dará resultados, aunque reconoce que hay aún algunas materias –como la reforma del estatuto docente y la modernización del ministerio de Educación- que deben ser abordadas.

Además, agrega que para que esto funcione se debe romper con la “cultura de la guardería infantil” que aún prima en algunos colegios de sectores populares donde se resignan diciendo que están en desventaja, que no deben ser medidos con la misma vara que la educación particular y que lo único que les queda es ser cuidadores de los niños por algunas horas.

-¿Cuál es tu diagnóstico de la educación en Chile, hoy?
“Creo que Chile está viviendo una etapa de transición, en la cual las inversiones que ha hecho debieran a empezar a dar frutos en el próximo tiempo. Es una transición porque en el fondo estamos viviendo los efectos de la masificación; sólo en los últimos años han aumentado en unos 500 mil el número de estudiantes, especialmente, en la enseñanza media. Y en la educación superior se va a llegar a un millón en poco tiempo más y el año 1990 teníamos sólo 240 mil, el salto es cuatro veces en 20 años. Todo esto genera un problema porque los profesores también se han masificado.
“Cuando la educación deja de ser para grupos más reducidos, donde no están todos los que tienen que estar; cuando los profesores ya no pertenecen todos a una clase media ilustrada, cuando es tal la diversidad, las cosas cambian. Hace 10 años habían 25 mil estudiantes en carreras de pedagogía, hoy son más de 90 mil. Ante eso, es claro que, seguramente algunas de esas carreras no cuentan con todos los recursos para formar a esos profesores y ellos, probablemente, no son los más altos puntajes ni vienen de colegios particulares. Además, los que reciben peor formación son los que van a ir a trabajar a los sectores más difíciles, entonces es como un círculo vicioso y por eso, creo que estamos en una transición y que haciendo las cosas que se han hecho y se han propuesto, este país tiene posibilidades de dar un salto importante”.

-¿A pesar de lo que dices, de profesores educados masivamente sin los más altos estándares, eres optimista del futuro?
“Soy completamente optimista porque estos profesores, hoy, tienen apoyo, instrumentos, las escuelas de formación van a ir mejorando, está la exigencia de acreditarse. Esta corporación ha recibido colegios en donde hace 10 años nadie tenía mayor preocupación por los resultados de la Simce, hoy no hay ningún colegio que no lo esté; los profesores escasamente tenían apoyo y, a lo más, los mandaban, en el verano, a una capacitación igualmente masiva y hoy, en una inmensa mayoría de colegios se ve los dispositivos de apoyo que se están dando por mejorar la educación. Esto va a dar frutos. La misma educación docente; los profesores son evaluados y se quejan por serlo, pero eso es necesario porque antes un profesor podía llegar mal formado y además, hacer lo que quería en clases”.

-¿No tienes la sensación de que la gran cantidad de recursos invertidos no lograron mitigar el hoyo que había?
“Lo que pasa es que los desafíos del país, y en educación, son muy grandes. Creo que había un hoyo muy grande, pero la verdad, es que hoy, hay infraestructura que no se soñaba; este es el único país en Latinoamérica que tiene jornada escolar completa en casi todos sus colegios y sin turno para usar la sala de clases. Es uno de los países que está más avanzado en equipamiento de bibliotecas, software educativo, computación, Internet. Este es uno de los países que paga mejor a sus profesores, ahora, si se nos mide con Finlandia o Australia –que son los que tienen los más altos indicadores- todavía estamos a años luz de tener a los mejores profesionales que quieran interesarse en esto, pero aún así los profesores son mejor pagados que, quizás, los periodistas y otros profesionales en el mercado”.

Con su experiencia, Mariana Aylwin asegura que “en educación los cambios son lentos. No sólo estamos viviendo una masificación, sino que un cambio cultural y es una bomba bien explosiva que lo que hicieron los profesores, por siglos y siglos, ya no sirve y se debe cambiar. Los profesores eran transmisores de conocimiento de generación en generación y por eso, en la sala de clases, el pizarrón estaba dispuesto al frente; hoy, los chiquillos tienen mucho más acceso al conocimiento en Internet o televisión, fuera de la escuela, por lo tanto, el profesor tiene que transformarse en un guía, que los motive.
“Esto implica un cambio brutal en la formación de los profesores y todavía las universidades no lo hacen; están llenando aún a los profesores de muchas teorías y estos salen con una muy mala preparación, sin saber hacer clases”.

-¿Y?
“¿Y?, soy optimista, me toca comparar y creo que Chile está haciendo relativamente bien las cosas, está avanzando en el sentido correcto”.

-Se habla mucho de la reforma en trámite (ley LOCE), pero algunos críticos afirman que no se va a traducir en nada porque no aborda los temas realmente importantes.
“A ver, la reforma educacional es un conjunto de dispositivos que van empujando la educación en un sentido. Por una parte está la institucionalidad y creo que –así como fui tremendamente crítica de los proyectos presentados por el Gobierno sobre ley general y Superintendencia- el acuerdo que se logró con la Alianza es excelente”.

-¿Pero se va a traducir en un cambio cualitativo?
“Claro que sí, porque introduce mecanismos de aseguramiento de la calidad que hoy no existen. Por ejemplo, obliga al ministerio a definir estándares, hoy la cartera ha definido qué se espera de un buen profesor o director, pero ahora va a tener que definir qué se espera que el niño aprenda en cada curso, en cada ramo, cuáles contenidos, qué habilidades.
“Por otra parte, crea una agencia que va a evaluar aquello y ya no sólo se evaluarán los aprendizajes que hacen los alumnos –que en Chile son confiables, se hacen todos los años y se tienen que perfeccionar, como el Simce-, sino que se verá que el colegio tenga los dispositivos para asegurar esa calidad como que se hagan efectivamente todas las horas de clases o que los profesores cumplan la planificación hecha. En esto tengo muchas expectativas y creo que resulta; resulta en Inglaterra, en Australia, por qué no acá”.

-Patricia Matte dijo una vez que ella no podría trabajar en el sistema municipalizado con el Estatuto Docente vigente. ¿Por qué nadie lo quiere tocar?
“Bueno, yo creo que hay que tocar el estatuto docente; tengo convicción de eso, pero tampoco es la única solución ni mágica. Se puede cambiar el estatuto y los profesores no van a saber hacer clases igual.
“El punto central, en la educación pública, es dar responsabilidad a quien gestiona la educación, porque –ya sea por vía de la intervención del ministerio o del estatuto- el sostenedor termina como… (hace el gesto de lavarse las manos). Es como si dijeran me imponen tantas cosas de allá y además tengo una ley que me amarra en tantas otras, que yo no soy responsable de la educación. Creo que responsabilizarse de los resultados, de los profesores, de los equipos directivos, de los sostenedores es algo fundamental a mejorar”.

Pese a lo anterior, Mariana hace la salvedad de que “el estatuto docente no salió como caído del cielo por una mala decisión política, sino que respondía a un contexto donde los profesores estaban tremendamente desvalorizados, atomizados, con poca dignidad”.

“Lo mismo pasa con la intervención directa del ministerio en los colegios; respondió a un momento en que los municipios no eran democráticos, nadie se hacía cargo de los temas, en que había poca competencia en el sector. Hoy estamos en una etapa en que el ministerio tiene que ser más claro en sus definiciones, en decir qué se espera y poner exigencias, incentivos y sanciones a aquellos que no cumplan” agrega.

-La Superintendencia haría que el uso de los recursos fuese más prolijo, porque el último episodio de las subvenciones da la impresión de que no se es muy eficiente.
“Creo que aquí hay un tema que se soslaya mucho y tiene que ver con la modernización del ministerio. Esta cartera tiene que modernizarse; cuando era ministra presentamos un proyecto de ley en ese sentido y nos costó muchísimo hacerlo; hubo una tremenda resistencia de los funcionarios, sin embargo, el proyecto se presentó al Congreso y ni siquiera se discutió porque no era una prioridad y tampoco creo que fuese un gran proyecto, pero avanzaba.
“Hay que hacer una modificación; el ministerio de Educación es un camión del año 60 que tiene que andar en carreteras del S XXI. Se ha modernizado en algunas cosas; cuando estaba en él se implementó el registro único de estudiantes que no existía, pero parece que ahora hay varios registros distintos, cosa que no entiendo. El control de las asistencias se puede hacer con controles mucho más efectivos, también.
“Complotan contra la modernización los intereses corporativos de funcionarios públicos que impiden, finalmente, hacer un aparato estatal que por una parte sea más cercano, amable y efectivo en resolverle los problemas a la gente y por otra, sea más transparente”.

-¿También complota el que estos temas siempre se aborden desde la trinchera ideológica?
“Creo que ha habido mucho ideologismo, muuucho ideologismo y eso es lo que nos tenía paralizados. En el fondo, el informe del Consejo Asesor Presidencial así lo demostró pues hubo visiones muy polarizadas e ideológicas respecto a la educación y, curiosamente, me sorprende que las personas que saben de educación, estén en el lado que estén, en la Concertación o la Alianza, tendemos a coincidir, quizás porque estamos con las manos en la masa”.


Continúa leyendo:
"En la educación no existe la improvisación"

"No he vivido la fase de abuela con fanatismo
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?