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“No he vivido la fase de abuela con fanatismo”

17 de Abril de 2008 | 13:01 |
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Mariana Aylwin hizo clases de historia cerca de 15 años en enseñanza media antes de dar el salto a la vida pública. Partió como diputada de la DC durante el gobierno de su padre y siguió, luego, en el gobierno de Ricardo Lagos como ministra de Educación.

Hoy está ciento por ciento dedicada a su profesión de origen, ya sea como directora ejecutiva de la Corporación Aprender, miembro del directorio de la Fundación Belén Educa (ligada al Arzobispado de Santiago), consejera de la Fundación Chile y consultora internacional. Además, hace poco, cofundó el referente transversal “Giro País” que busca cambiar la mirada de los medios sobre el país.

-¿Echas de menos hacer clases?
“Me encanta hacer clases y de alguna manera… he hecho algunas veces, dirijo un magíster en la Universidad Central y de repente hago algunas; también he hecho talleres de actualidad en un colegio, pero el asunto es que es súper difícil, me costó harto motivar a los chiquillos”.

-¿Es muy desgastante?
“Hacer clases hoy día es súper difícil. Los profesores están bien de espaldas, porque están en una cultura juvenil que de pronto no se entiende bien”. Y cuenta que en un taller a alumnos de 3° medio se demoró casi tres semanas en lograr que escribieran un ensayo libre de 3 mil caracteres donde la primera dificultad fue que los chicos no sabían siquiera de qué querían escribir.

-Mirando tu trayectoria, ¿lograr eso es más satisfactorio que haber sido diputada o ministra?
“Todo ha sido una sola cosa. Ser ministra es fascinante, absolutamente. Ser diputada fue una experiencia súper potente, aunque creo que fue lo que menos me gustó…”

-¿Volverías a un cargo de elección popular?
“Me encantaría ser senadora, pero ser senadora designada (lanza una carcajada) porque, la verdad, hacer una campaña para mí es un suplicio. No tengo personalidad para andar buscando votos, andar consiguiendo plata, pero creo que son espacios donde uno puede hacer muchas cosas y me encanta hacer cosas”.

-¿Y crees que con este tipo de política, en Chile se pueden hacer cosas?
“De todas maneras. Hay un deterioro de la calidad de la política que es preocupante, pero los buenos políticos pueden seguir haciendo cosas y hay que tratar de elevar el nivel de la política. No digo que yo esté llamada a eso, serán otras personas las que lo hagan, yo no… como lo digo, no me siento en una etapa de mi vida en la cual quiera hacer el servicio militar como lo he hecho tantas otras veces, en ese ámbito. Entonces prefiero trabajar en una actividad como la corporación y colaborar con muchas otras iniciativas.
“Estoy contenta con lo que hago, tengo el bicho de la política y siempre tengo esta ambigüedad con la que he convivido toda mi vida”.

-¿Sientes alguna nostalgia por la calidad de la política que se vivió en los tiempos de tu padre?
“Obvio, creo que todo el mundo siente esa nostalgia. Había algo muy generoso, místico que se ha perdido. Creo que hoy, efectivamente, hay mucho eeehhhhhh…”

¿Personalismos?
“A ver, por una parte, hay mucho personalismo, hay poco proyecto colectivo y si algo caracterizó esa época fue eso. Por otra parte, hay mucho desgaste, gente que lleva ahí años y años”.

-¿Falta renovación?
“Falta renovación (lo dice como agotada), pero no se trata de puros rostros nuevos, es renovación de estilo, de desprendimiento, de desprendimiento con el poder, más libertad, la gente empieza a acostumbrarse a que vive de eso”.

Puertas adentro, Mariana Aylwin (58 años) está disfrutando más de sus tiempos familiares aún cuando sólo le quedan 2 de sus cuatro hijos viviendo con ella; de hecho, hace muy pocas semanas, su hija actriz, Paz Bascuñan, contrajo matrimonio. Además, suma tres nietos, de su hijo mayor casado.

-Ahora van a empezar a llegar más nietos.
“Ojalá, ojalá…” dice en relación al matrimonio de su hija.

-¿Para qué cosas te das espacios?
“Yo me he dado toda la vida súper pocos espacios, todo ha sido mi familia, pero tampoco tanto. No soy una abuela muy cercana, adoro a mis nietos y son exquisitos, se entienden bien conmigo, pero no me los llevan a mi casa todas las semanas para que los cuide. No, la verdad es que no tengo tiempo. No he vivido la fase de abuela con fanatismo.
“Lo que más disfruto es estar con mi marido y sobre todo, con mis dos hijas que todavía viven en mi casa (26 y 24 años), que son muy entretenidas, divertidas. No tengo muchos espacios, desgraciadamente soy trabajólica, pero disfruto trabajando”.

-Sí, se ve que has recargado la agenda.
“O sea, Carlos (su marido) me dice tu agenda es la misma que cuando eras ministra, siempre llena y es verdad” (dice con una sonrisa).

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