EMOLTV

“Soy poco comercial, mi sello es una apuesta más atrevida en todo sentido”

22 de Abril de 2008 | 08:56 |
imagen
Estudió arquitectura en la Universidad Central titulándose con distinción máxima el 2001. Su proyecto de título era un centro de arte experimental en el Teatro Oriente. “La idea era mantener la cáscara del teatro pero reciclarlo por dentro. Salió en la revista Vivienda y Decoración y a raíz de eso me contactó una oficina de arquitectura argentina que quería construirlo, pero por todos los trámites municipales llegamos hasta ahí nomás”.

Pero si bien ha ejercido como arquitecto (ha hecho restoranes y tiendas) y el tema lo mueve, lo suyo siempre fue más por el lado del diseño, decoración y moda.

Comenzó armando vitrinas de tiendas como Davis, Nine West, Mingo y Vía Montenapoleon. Luego, se lanzó a producir desfiles y sesiones fotográficas para revistas, siempre destacándose por sus ideas originales que impactan, como contratar travestis para que sirvan el cóctel en un exclusivo evento, por ejemplo.

-¿Por qué no estudiaste derechamente diseño?
“Porque quería algo más integral…”

-¿Pero eso lo sabías de un principio o lo fuiste descubriendo en el camino?
“Más en el camino, cuando de apoco me iban llamando para decorar un stand y además aportar en la música, en la gráfica, en los vestuarios de las promotoras… lo integral me encanta”.

-Y generar impacto también…
“Sí y quizás soy y he sido poco comercial, mucho menos que otros diseñadores, pero así es mi sello; una apuesta más atrevida en todo sentido. Si tuviera una línea más clásica quizás tendría otros clientes y otro tipo de proyectos, pero la gente que me llama es porque conoce mi línea y quiere algo distinto, que no lo va a encontrar en otro diseñador. De la ADD somos unos 60 y tantos y es bueno que cada uno tenga su línea y poder diferenciarse”.

-¿Cuál es tu proyecto regalón?
“Varios, pero el restorán Bambú, quedó muy bonito y fue algo especial, por la relación con los clientes, pero uno se encariña con todos. Todos los que hago para las ferias de diseño, sobre todo el de “Casa 2007”, que era un closet conceptual, me encantó. Me gustó la idea de vender un concepto, más que un objeto, propuestas que no son vendibles”.

-¿Metiéndote en el rol del arquitecto, cómo ves este oficio en Chile?
“Hay buenos arquitectos chilenos que están haciendo buenas cosas afuera pero generalmente todo el mundo se queda con lo que hace Borja Huidobro y Matías Klotz, pero hay otros que están siendo súper reconocidos a nivel internacional”.

-¿Pero cómo encuentras que se está desarrollando acá?
“Creo que los planos reguladores en Chile son una basura, una mierda, la persona encargada creo que no tiene visión a largo plazo. Habiendo tantas zonas horrendas que se pueden demoler, no era necesario hacer bolsa el barrio El Golf, independiente de que los edificios que se han hecho son buenos ahí, pero esa era una zona de barrio. Como lo que pasa en Ñuñoa, Providencia, por qué no hacerlo dónde está el Apumanque que es una zona tan fea, en la que no pasa nada, que no vale ni un peso, pero todas las buenas zonas residenciales las han destruido. Antes vivía en Pocuro y no pude resistir las moles que hicieron ahí. No tiene sentido, no hay relación con las calles, un pésimo manejo del futuro de Santiago, es un caos”.

-En vez de restaurar, como en otras partes del mundo…
“Eso es una tendencia mundial y desde hace tiempo, menos acá. Y tanto que nos gusta compararnos con Europa en la economía, por qué no hacerlo en esto. ¿Cuándo en París van a botar una casa para hacer un edificio? Eso no existe, las intervienen por dentro pero la fachada se mantiene. Hay quienes se defienden diciendo que acá el patrimonio arquitectónico en valor no es mucho. No será tanto pero es lo que había, como lo que había en El Golf. Claro, no es como pasearse por Roma pero no había por qué destruirlo todo. Finalmente pesan mucho más las inmobiliarias y constructoras”.
“Tenía una oficina en Las Lilas y fui de los que se pasearon con panfletos para que no construyeran torres y finalmente nos fueron echando. Hacen cosas que cambian el alma de las zonas y eso me da rabia, ira, no hay conciencia de nada. Te creo que fueran joyitas pero son construcciones rascas, porque hasta en países menos avanzados, como Perú, la arquitectura residencial está mucho mejor hecha. Acá los edificios nuevos son una basura, ni que me regalaran uno; esos bloques ahogados, con tabiques que no puedes hacer nada, con altura y terminaciones de mierda… es botar cosas buenas por basura. Estoy en absoluto desacuerdo con lo que han hecho”.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?