Leche en polvo muy diluida o excesivamente concentrada es lo que están tomando en su casa la mitad de los niños chilenos entre seis meses y seis años de edad. Y eso, sin importar el estrato socieconómico ni si consumen leche entera, semidescremada o descremada.
Así lo indica un estudio publicado en la Revista Chilena de Nutrición. Según investigadores del INTA, que realizaron la medición en 350 hogares de Santiago, a medida que aumenta la edad de los consumidores crece el porcentaje de dilución deficiente. En el caso de los adultos mayores de 60 años, por ejemplo, más del 92% diluye inadecuadamente la leche. La mayoría de ellos pone menos polvo del sugerido por el reglamento sanitario.
Lactantes
El uso de más polvo que el necesario al preparar un vaso o mamadera preocupa a los pediatras, no sólo debido a que la obesidad infantil va en aumento.
| Consumo |
| 18% de los encuestados consumía leche en polvo y 43,5%, leche líquida. El 38,5% restante consumía ambas. |
"En el caso de los lactantes, diluir mucha leche en poca agua produce una carga excesiva para el riñón, que todavía está inmaduro, lo que puede provocar trastornos en el metabolismo", explica la doctora Ximena Raimann, presidenta de la rama de Nutrición de la Sociedad Chilena de Pediatría (Sochipe), institución que dio a conocer el estudio para incentivar a la población a usar la dosificación óptima para este alimento.
La doctora Raimann agrega que al diluir una medida de leche en mucha agua se produce un déficit en el aporte de proteínas y calcio que recibe el niño, "lo que es un problema, considerando que la leche es importante para su desarrollo, la mineralización ósea y la prevención de la osteoporosis a futuro".
Una de las razones que explican la mala dilución de la leche es que algunos preparados no vienen con dosificador, por lo que las personas recurren a cucharas o medidas que no son las adecuadas. Otra limitante es manejar mal conceptos como cucharada rasa, semi-colmada o colmada.
"La medida de referencia que recomienda el Ministerio de Salud es la de 5 gr, que es la que se emplea para la leche en polvo no instantánea, como la Purita.
Pero la misma medida no sirve si se usa para leche instantánea o descremada.
En ese sentido se pueden producir confusiones", agrega la pediatra. Por eso, la indicación general es que cada tarro tiene su medida y se deben seguir las indicaciones de preparación que entrega el fabricante.
La doctora Lidia Tellerías, presidenta de la Sochipe, dice que la leche líquida se puede dar a niños a partir de los 12 meses. Tanto si es en polvo como líquida, "desde el año de vida se aconseja usar leche semidescremada y a partir de los dos años, descremada, si el niño tiene un peso normal", dice Raimann.
