Podríamos hacernos los suecos (tontos) y simplemente suponer que el tema no existe porque de él no se habla, pero la ausencia e ignorancia es, quizás, una de las peores formas de educar a un hijo.
Es cierto que hablar con los adolescentes de temas que para ellos resultan complejos y difíciles de manejar, se hace cuesta arriba para muchos padres porque el joven tiende a rechazar todo o casi todo lo que provenga de sus progenitores.
Pero en sexualidad uno no se puede restar. Así lo sostuvo la psicoterapeuta Viviana Sosman en la charla “Sexualidad adolescente” organizada por PuntoMujer- Emol. En la oportunidad, Viviana aseguró los padres deben hacerse presentes en este tema si se desea que sus hijos desarrollen una sexualidad responsable e informada vinculada a los afectos.
La especialista en adolescentes manifestó que uno de los mitos más escuchados en relación a este tema es creer que la educación sexual se debe iniciar durante la adolescencia.
Sin embargo, afirmó que “sin darnos cuenta, desde que los hijos son pequeños estamos hablando y comunicando acerca de la sexualidad. El sólo hecho de NO hablar de sexualidad con los hijos ya es una forma de educación sexual. Es imposible no comunicar acerca de sexualidad”.
Al respecto, indicó que cuando un padre se resta de abordar el tema por pudor, por incomodidad o porque cree que si toca el tema se les incentiva a tener relaciones sexuales, simplemente se está enviando un mensaje que los hijos pueden erróneamente leer como que el sexo es malo o culposo.
La psicóloga se refirió también al hecho de que muchos padres aseguran que hablarán del tema con sus hijos cuando “sea el momento”, lo que puede constituir una forma de evadir un aspecto de la educación que, no siempre resulta fácil para los padres, especialmente durante la adolescencia, donde ésta debe ser más explícita.
¿Por qué es tan difícil hablar de estos temas?
Viviana Sosman afirmó que “pensar que el hablar de sexualidad con los hijos pasa sólo por la entrega de información, constituye un obstáculo en la educación sexual”. Reconoció que la cosa no es tan simple, pues está temática cruza los aspectos íntimos e inconcientes de cada padre; las propias experiencias vividas, las creencias y los valores de ellos se cruzan.
Por ello es importante revisar la propia concepción de la sexualidad y las posibles barreras internas para tratar el tema. Al hablar con los hijos de sexualidad aparecen de forma inadvertida distintas emociones y pensamientos, que requieren de una toma de conciencia y elaboración, acotó.
”Se hace evidente –argumentó- que al observar la propia relación que cada padre tiene respecto de la sexualidad es necesario resolver que se les planteará a los hijos. Si los padres tienen diferencias, es bueno que las puedan aclarar primero entre ellos”.
Otro aspecto que la especialista planteó en la charla fue la forma cómo se aborda la sexualidad con los hijos es algo que dependerá de cada familia y de cada hijo, de acuerdo a la experiencia de cada uno de los padres y el referente sociocultural.
“No existen recetas, es muy necesario que los padres, con sus propios valores y dentro de su estilo, realicen un esfuerzo para no dejar fuera esta materia, más considerando los tiempos de destape, que se viven hoy en nuestra sociedad”.
Viviana dijo que durante mucho tiempo hubo la idea de esperar a que fueran los hijos quienes hicieran las primeras preguntas para comenzar a darles educación sexual; hoy se plantea que, los padres abran ese espacio de conversación, como parte de la educación.
Agregó que es importante hacerlo progresivamente, comunicarse acerca de estos temas con naturalidad al ritmo que los adolescentes necesiten, apoyarse en ejemplos: libros, revistas. Otras veces, simplemente aprovechar las oportunidades tal como se presentan: a causa de un comentario, a raíz de una película o programa de TV.
Así, hablar de la sexualidad puede darse a partir de algo cotidiano más cuando el tema provoca pudor o los padres no saben cómo hacerlo. En esta instancia –dijo- los padres e hijos se conocen y por ello, es recomendable que los hijos adolescentes vean las dificultades de los padres en estas áreas y la educación sexual que estos recibieron. Todo, sin perder la noción de que se le contará al hijo lo que es necesario para su edad y de que no se trata de una conversación de amigos.
Ahora, cuando se aborda el tema, Viviana Sosman manifestó que es importante decir siempre la verdad. Si no se sabe es fundamental informarse. Los hijos saben diferenciar bien cuándo se está ocultando información y cuándo, de veras no se sabe la respuesta.
Puede ser muy nutritivo buscar información juntos, ya que se convierte en una manera de ir conociendo en que está el hijo, qué precisa saber, qué lo tiene asustado o confundido, qué teme preguntar. Precisó, en todo caso, que es fundamental entregar la información que le hace falta al hijo en ese momento, no saturar de conocimientos; hay que ser perceptivo y entregar lo que él está solicitando y necesitando.
También apuntó a que “es recomendable buscar las palabras más sencillas para explicar el tema”.
Cómo hacerlo –insisitó- depende de cada hijo. Se puede hacer los dos padres en conjunto, o la mamá con la hija y el padre con el hijo; ello deberá ser parte de la conversación que tenga el matrimonio sobre el tema porque se debe tener presente que a menudo se requiere privacidad.
“Imaginemos un río en el que los padres están en una orilla y los hijos en otra, intentando hablar, pero sin poder hacerlo a causa de la distancia. Inventemos, también, que hay un puente entre las dos orillas. En general, deben ser los padres los que tienen que dar el primer paso para cruzar y así ir midiendo la distancia para encontrarse, estando presente, pero sin invadir”, reafirmó.
Recurrir por ayuda
Una de las recomendaciones que hizo Viviana Sosman es que si los padres sienten que les es muy difícil tocar el tema se puede pedir ayuda.
Para ello, planteó diferentes formas: ir a un psicólogo para poder tratar estos temas o a un ginecólogo/urólogo que trate los aspectos más biológicos. ¿Por qué su un hijo tiene problemas de impulsividad se le lleva a un especialista para ser tratado? Y no se hace lo mismo cuándo empieza a contactarse con su sexualidad.
“Una educación sexual oportuna y honesta permite que el ejercicio de una sexualidad más sana y responsable en que estas vivencias puedan ser internalizadas de manera más abierta y nutritiva. Si el adolescente se involucra sexualmente sin saber de qué se trata, elige algo desde la ignorancia sin las herramientas necesarias, lo que puede generar mucha culpa y angustia”, sostuvo.