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“Siento que soy como un outsider en este medio”

El ex director de la fenecida área de talentos de TVN, jurado severo de “Rojo” y ahora neutral conductor de “Alfombra Roja”, reconoce que tuvo que entregarse, de mala gana, a la idea de ser “rostro” de televisión, de ahí que proyectara esa apatía, y que aún le pica el bichito de poder estar tras las cámaras.

15 de Julio de 2008 | 08:25 |
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El nombre de Jaime Coloma evoca directamente la imagen de ese personaje muy rudo que ejercía como un agudo jurado en un programa buscatalentos hasta hace un par de años. Ese que todos odiaban pero que a la vez tenía “un no sé qué”, lo que le hizo ganarse el apodo de “labios de rubí” y hasta club de fans.

De ese personaje ahora queda muy poco, o casi nada. Y tanto en pantalla como fuera de ella. Luego de trabajar desde los ‘90 en TVN en programas como “Ene TV”, “Día a día” y “Nosotros que las queremos tanto” y mostrar su lado más serio y apático en “Rojo”, cambió tanto de estación como de actitud televisiva. Cruzó la calle y respondió el llamado de Canal 13.

Su llegada a UC-TV se concretó luego de un largo coqueteo de varios años. “Tomé la decisión recién en septiembre de 2006, lo planteé en TVN y querían que me quedara pero yo tenía ganas de cambiar. Más que irme de “Rojo” o del canal, quería probar otras instancias laborales que la del jurado malo que era la que me estaba encasillando”, explica.

-¿Te hartaste de ser considerado como el malo de la tele?
“Sí, porque eso era muy limitante; nadie creía que podía ser otra cosa más que malo en la tele. Entonces para qué, si soy casado, tengo hijos, amigos, no puede ser que un rol laboral invada tanto una manera de ser con la cual además no me siento muy identificado. Al contrario, puedo ser muy exigente, conmigo también, ser muy normado en el sentido de no dar pie al facilismo, lo cuestiono mucho y sobre todo en un espacio como “Rojo”. Pero sentía que todos me apuntaban como el malo de la tele y no estaba dispuesto a tragarme ese vínculo porque además no lo siento así. Y esa fue una de las razones para decir chao”.

Desde enero del año pasado se sumó a la conducción de “Alfombra Roja”, junto a Cristián Sánchez y Diana Bolocco. “Nos va bien, somos de los programas franjeados fuertes del canal. Me gusta, más que el programa el equipo, lo paso bien, me siento acogido”. Desde entonces, muestra una faceta mucho más afable.

-¿Te llamaron sólo para este proyecto en particular?
“Al principio no, eran otros proyectos más culturales pero después me vine a “Alfombra Roja”, sabía de qué se trataba y yo en general no satanizo nada, hay cosas para las que puedo servir más que para otras pero no me pareció angustiante”.

-¿Porque sabías que no era un programa de farándula dura?
“Sí, pero tenía claro que igual tocaba aspectos de la vida privada de las personas que, por lo general, a mí no me gusta mucho y tenía claro que tenía que ver cómo armar un rol que me acomodara dentro de un programa que no me molestaba, dentro de todo. No es que critique a los otros programas de farándula, pero yo no descubro una faceta mía que pueda coincidir con esos espacios”.

-¿Cuál es tu rol en el programa?
“En la tripleta de conductores yo soy el más serio. Por personalidad, no me veo en un rol juguetón en la TV, no me sentiría cómodo, lo que no significa que no pueda desarrollarlo en otro ámbito, pero no público. Me imagino que la idea era generar un juego de balanza. Pero los roles se fueron generando de manera bien espontánea. Una vez Cristián (Sánchez) me manifestó que yo era como el papá de ellos. No sé si me halagó mucho porque habría tenido que ser su padre como a los 7 años, quizás por ser más serio o contenedor y tener cierta mirada distinta. Pero insisto, los roles se fueron dando espontáneos, nunca me lo pidieron, como tampoco en “Rojo”, se dio así y ha funcionado bien”.

-¿Te proyectas en “AR” y en el canal?
“Llevo más de un año acá y espero poder desarrollar una carrera comunicacionalmente hablando, buena, igual siento que ya lo he hecho, que he logrado cosas. Si lo más marcador ha sido “Rojo” y “AR” también hice un proyecto que no funcionó muy bien: “Nosotros que las queremos tanto”, pero creo que he ido haciendo cosas, he hecho radio, he escrito en medios, he logrado armar un mono que me acomoda y sin entrar en espacios que me sentiría invadido. Hay personas que no tienen problemas en hablar de la vida privada, ser ellos el referente, la noticia, yo he logrado establecerme como un ente ajeno y poder ser un puente para dar una información, obviamente filtrado por mi manera de ver las cosas. Pero no soy el elemento importante y eso me parece fundamental a la ahora de desarrollar un trabajo comunicacional, entender que el otro, el sujeto que va a mostrar es lo interesante, no uno”.

-¿Por eso no te gusta dar entrevistas?
“Me cuesta, por lo mismo, me es difícil decir que yo soy lo interesante en esto, es raro. Este es un trabajo muy narcisista y siento que uno tiene que tener mucho cuidado porque una cierta cuota de narcisismo es válida y sana en cualquier persona, pero este es un trabajo en que la vanidad y el narcisismo se extrapolan a escenarios patológicos y uno lo ve habitualmente. No me gustaría caer en algo que me parece una patología”.

-¿Ya no caíste en eso?
“No, pero siempre es bueno tener un cable a tierra”.

-¿Y cómo te gustaría proyectarte en TV, en general?
“Me encantaría hacer un programa de entrevistas, por ejemplo. También creo que ciertos aspectos culturales pueden ser entretenidos dependiendo de cómo los desarrollas y que el ámbito emocional de las personas es muy rico si uno logra escuchar a la persona. Me encantaría poder mostrar eso. Si eso no se da nunca, no importa, porque a mí me importa trabajar básicamente. Presento proyectos constantemente, pero siento que soy como un outsider en este medio. Si bien a los canales les ha gustado mi trabajo, como que no saben mucho qué hacer conmigo ni dónde meterme. Se confunden, porque me ven serio, intelectual, distinto, entonces me siento como fuera”.

-Quizás ese es tu plus.
“Quizás ese puede ser el elemento positivo que tengo, quizás es bueno que haya un outsider en este medio, pero igual eso confunde.
“Yo nunca me consideré malo pero hay muchos que aún se acuerdan de eso. Es sorprendente cómo se genera una imagen que puede no ser congruente con la realidad y que pueda ser más importante a nivel masivo que la realidad que uno vive. Amigos míos me han contado que les preguntan cómo pueden ser mis amigos, piensan que mis hijos son pobres torturados y que cómo me aguanta mi mujer. Eso es el imaginario de otros, no tiene que ver con la realidad”.

-Pero eso fue lo que proyectaste durante toda tu estadía en “Rojo”.
“Es lo que proyecté durante cuatro años, pero al final ni siquiera hablaba, me mostraban la cara de lata y con eso bastaba”.


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