A Pedro Ruminot (26) siempre le gustó el tema audiovisual. Sus papás querían que siguiera una profesión industrial pero contra toda adversidad ingresó a estudiar comunicación audiovisual en el instituto Arcos.
“Siempre me gustó el cuento, inventar y grabar cosas y ahora igual, estoy pendiente de la imagen y me meto en todo la parte estética. Me imagino que algún día tendré una productora solo y haré programas”, cuenta.
Si bien no terminó la carrera, el bichito creativo siempre estuvo. En su época escolar ya se dedicaba a inventar gags con su compañero Sergio Freire. Es por eso que peregrinó de canal en canal y no descansó hasta que logró sacar al aire su personaje “el notero pobre” en el programa “Duro de domar” de Chilevisión, que luego pasó a “SQP”.
“Me costó mucho, estuve tanto rato intentado estar en la tele y lo pasé tan mal a veces por eso una vez que entré, la idea es no salirme más. Claro, ir avanzando porque si me quedo estancado seguramente no seguiré trabajando en esto pero ahora seguiré avanzando y metiéndome en más cosas. Siento que tengo que hacerlo porque perdí mucho tiempo por culpa de otros. Ahora quiero hacer lo que me rechazaron todo junto, en vez de haberlo hecho antes y de forma parcelada”.
-Te hiciste ‘conocido’ con “el notero pobre”, ¿lograste sacarte ese estigma?
“Me siguen llamado así pero es divertido, fue mi idea y me siento orgulloso, no me molesta para nada. Si hubiese sido el Carmelo u otra cosa así no me gustaría. Pero me gusta, ahora también los niños se me acercan y me dicen hola gatito (por el “hombre ardiente”), entonces me da vergüenza aunque también lo haya inventado, eso sí que me da pudor”.
-¿Te ha jugado en contra convertirte en el “hombre ardiente”?
“Cansa un poco, aburre que digan siempre lo mismo, pero está bien, significa que les gusta y lo pasan bien y se divierten, que enganchan con las frases y todo eso. Yo aún no engancho con el personaje, eso sí (risas)”.
-¿No se te han subido los humos a la cabeza?
“Es un poco inevitable, no que suban los humos sino que piensen eso, pero es clásico en Chile, no sé, de pasar a comprarse zapatillas más caras, entonces creen que uno se sobra por todo. Uno pasa a ser un tipo que lo reconocen a después estar en un programa más famoso, entonces pasa por ojos escrutadores que dicen que debe ser así siempre, pero uno tiene que cambiar, no creerse un Dios pero sí estar orgulloso de lo que hace, que le resulta y es bueno. Si eso es que se suben los humos entonces, sí se me subieron”.
-¿Cómo te proyectas a largo plazo, teniendo una productora?
“No, quiero mucho más. En “El Padrino” dicen que uno no tiene que contar sus ambiciones. Pero bueno, planeo ser algún día ejecutivo de un canal. Tengo claro que rostro no voy a ser por mucho tiempo, porque esa pega se acaba; todos los rostros históricos han dejado de trabajar en la tele porque se ponen viejos porque no los ven. Cayó Vodanovic, Santis, ¡todos! Sólo Don Francisco queda, entonces hay que ser más inteligente que ellos y saber que esto no es eterno y hay que alejarse y buscarse un lugar. Lo que nos pasó a nosotros es una suerte, imagínate, somos negros, feos, tontos, hablamos pésimo y estamos en la tele y aún así nos va bien entonces esto no puede durar para siempre y la gente se va a dar cuenta de todos nuestros defectos, del desastre humano que somos”.
-¿Y eso no se convirtió en un plus?
“Sí, por el proceso de identificación de la gente, dicen yo también podría estar ahí, porque no somos unos Tiago Correa. Por eso costó y por ignorancia de la gente de los canales. Trabajando acá me he dado cuenta de que hay mucha gente que no tiene idea de lo que está haciendo. Hay productores que eran pacos, asistentes que vendían ropa, pero de tele no cachan nada, no saben producir programas. Nos topamos con gente que no tenía idea, en “Rec” no nos dejaban hacer cosas, porque no entendían el tipo de humor hasta que cambiamos a la fuerza su forma de ver las cosas, porque si al “Club…” no le hubiera ido bien olvídate, no hubiéramos trabajado nunca más. No faltaba el estúpido que piensa que porque somos morenitos no funcionamos más que para un cierto papel, como Luis Dubó, que sólo le dan papeles de curado o de jardinero. Son estereotipos, hay un racismo heavy en TV y por suerte hemos quebrado esa brecha, pero en cualquier momento va a volver y nos vamos a ir a la cresta. Luchar contra eso es una pelea gigante”.
