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“Ya no le tengo miedo a nada”

El cantante se cansó de vivir del vértigo de la música, dio un giro en su vida y muestra su faceta más espiritual como terapeuta. Aunque a veces revive sus canciones de antaño con fieles fans que aún lo siguen, como en su época de gloria, allá por los ochenta.

30 de Julio de 2008 | 08:27 |
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En el centro terapéutico Innerlife suena una música muy mística, que hace bailar el intenso humo de inciensos; entre medio aparece su director, lo más parecido a un gurú.

Es Álvaro Scaramelli, cano y de blanco riguroso dejando lejos esa imagen del joven enérgico de pelos largos que triunfaba en los escenarios ochenteros.

Hoy habla calmo y transmite paz. Desde hace cinco años que decidió alejarse de la música y dedicarse por completo a las terapias complementarias en su centro, aunque a veces revive su pasado musical en alguna que otra presentación.

“Estaba cansado de vivir de la música, por el esfuerzo emocional que implica. Cantar es la parte entretenida pero vivir esperando que te toquen en la radio, que te contraten, es muy desgastante”, explica.

-¿Te alejaste de la música que se volvió ingrata para refugiarte en algo espiritual?
“No me quejo porque la música me ha dado muchas cosas y me las sigue dando, pero decidí dedicarme a algo distinto que tenía que ver con mi desarrollo de vida. Esto lo conozco hace 20 años, pero lo manejé como algo paralelo, muy personal. Cuando decidí darle un vuelco a mi vida pensé qué más me apasionaba aparte de la música y era esto entonces me empecé a dedicar más profesionalmente. Hago de todo: desde reiki, biomagnetismo, análisis y estudio del aura, musicoterapia, flores de bach. Me dedico de lunes a viernes al centro y los fin de semana salen actuaciones”.

-¿O sea, siempre estuvo el bichito de lo místico?
“Desde el 87, cuando grabé mi primer disco solista “Mi tiempo interior”, empecé a hacer trabajos internos, ir a retiros. Llegué a eso por una búsqueda interna. Después de que mi grupo “Cinema” se separó, de las giras por Chile, todo el cuento de la fama, me di cuenta que no estaba contento. Sentía que había algo que no me cuadraba, encontraba que era una fama muy ridícula. Era absurdo ser tan famoso a los 21 años, llenar estadios, sentía que no era normal”.

-¿Te chocó el cuento de la fama y todo eso?
“Yo creo que sí, por eso fui en busca de algo distinto”.

-¿Y te va bien ahora?
“Sí, es un momento muy equilibrado en mi vida y en todo sentido, funciono bien con mi pareja, con mis hijos, estoy disfrutando mucho esta etapa porque ya no le tengo miedo a nada, menos al futuro. No es que esté mejor económicamente, no me he ganado el Kino pero ahora tengo la certeza de que todo va a salir bien”.

-¿Sufriste, lo pasaste mal?
“A mí lo que me sobró fue angustia, por el futuro, por cómo iba a criar mis hijos, si iba a tener plata. Si hubiese sabido que todo se iba a dar adecuadamente no me hubiera angustiado tanto. Y eso le pasa a muchos pero ya no me angustia nada del futuro, las cosas se equilibran, hay magia en la vida, funciona”.

Y hasta decidió plasmar todo eso en un libro: “Sanarte, el arte de sanarse uno mismo”. “Nació como un complemento para las terapias. Partí con posteos en un blog para que mis pacientes se metieran y empecé a recibir visitas de otros, consultándome y felicitándome por escribir de manera tan asequible y así me animé para escribir el libro. Ahí doy claves para cambiar las cosas, ver cuáles son las importantes para alcanzar un nivel de paz interior”.

-¿Entonces encontraste la paz interior?
“Hace unos cuatro años, lo que no significa que no me pasen cosas malas pero no dramatizo, no me angustio, trato de ver la solución y eso da paz. Manejando la cabeza y los pensamientos negativos y teniendo control sobre ti, dejas de atraer una serie de situaciones negativas”

-¿Ser conocido te ha jugado a favor o en contra para tu nuevo proyecto?
“Me ha ayudado porque la gente me conoce y sabe quién está detrás de esto. Saben qué tipo de persona soy, que no soy negativo o adicto, todo eso se sabría. La gente sabe que soy sano y que he vivido una vida sana, que he superado dificultades y eso me da validez”.

-¿A Chile le hace mucha falta sanarse?
“Sí, este es un país estresado y angustioso, hay que aprender a hacer las cosas, cómo trabajar sin estresarse, sin angustiarse por eso hay más terapeutas ahora, pero es un fenómeno mundial y la gente está recurriendo porque da soluciones. Yo no hago publicidad, acá funciona el boca en boca y por resultados te recomiendan”.

-¿Los chilenos están más abiertos a lo alternativo?
“Es que se ha abierto la conciencia por un patrón magnético, igual que la tierra....() Es algo más volado pero comprobado, la gente ha tenido que flexibilizarse…”.

-¿Cómo te proyectas?
“Por ahora en esto, estoy bien pero soy bien inquieto y mañana puedo salir con una idea nueva, no le tengo miedo a los cambios. No sé, hacer charlas, conferencias o irme fuera de Santiago, quién sabe”.


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