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“Todos los actores de la sociedad son los llamados a acortar la brecha”

La directora ejecutiva de la Unión de Empresarios Cristianos apunta a la mayor responsabilidad que tienen estos en cuanto a enfocar su labor a la promoción de valores como la dignidad de la persona. De paso, postula abandonar el prejuicio del empresario rico.

14 de Agosto de 2008 | 08:36 |
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Durante dos días, la semana pasada, un grupo de 90 empresarios y 22 obispos de toda Latinoamérica se reunieron para reflexionar a la luz de los postulados de la conferencia episcopal de Aparecida 2007.

Tras las intensas jornadas, muchas fueron las ideas que quedaron sobre la mesa de trabajo, entre ellas aumentar las instancias de diálogo entre los líderes empresariales y la jerarquía eclesial, pero también –para sorpresas de muchos- incluir en las oraciones de los fieles a quienes generan empleo.

Soledad Neumann, directora ejecutiva de la Unión de Empresarios Cristianos, estuvo detrás de la organización del simposio Celam-Uniapac y hoy se declara satisfecha de los resultados. Entre otros, porque la declaración recoge un sentir, al parecer generalizado entre los empresarios, cual es revalorizar a la empresa como agente para la consecución del bien común.

-¿Qué visión tienen del momento económico social que está viviendo Chile?
“El sentimiento es que estamos creciendo a una tasa inferior a la que podríamos; Chile puede mucho más, del orden del 8%, de forma que podamos subirnos al carro de los países desarrollados que van mucho más rápido. En esto nos hemos quedado atrás.
“En el ámbito laboral, se habla mucho de flexibilidad, pero pareciera que una cosa es el discurso y otra, lo que se hace, que es creer que a través del conflicto y no del diálogo entre los empresarios y sindicatos, se pueden resolver las cosas”.

-Pero, ¿qué hay de las desigualdades?
“Chile tiene un problema con la distribución del ingreso, lo ratifican las cifras, pero siempre se le carga al empresariado la mano en el sentido de que ellos son los responsables de la pobreza, pero ésta lo es de toda la sociedad.
“Todos los actores de la sociedad son los llamados a acortar la brecha; la Iglesia puso en el tapete ciertos temas que estaban ausentes en el debate social y eso está bien, es su rol porque ella está más en contacto con quienes viven esas carencias. El Estado tiene que brindar las condiciones mínimas de vida a las personas que no tienen acceso a ellas como vivienda, salud y educación, y es ahí donde corre el rol subsidiario, no el de asistencialidad”.

-¿Y los empresarios? ¿Hay un sector del gremio que han maximizado tanto el tema de las utilidades que ha ayudado a aumentar la brecha?
“Creo que efectivamente algunos no han sido muy buenos, hay que ser honestos, y han abusado de sus colaboradores teniéndolos en situaciones precarias, pero yo veo más ' mucho bien'; o sea, veo muchos más empresarios que hacen grandes cosas y con bajo perfil, que ayudan en millones de áreas y su aporte es sumamente significativo”.

-¿En el último tiempo las relaciones laborales se han tensionado?
“Diría que hay ciertos activistas que se han insertado en algunos procesos de negociación colectiva que han aguzado el clima. La negociación colectiva es un proceso que debe llevar el empresario con su sindicato y qué mejor que el diálogo sea entre ellos, con una mirada abierta y en el último tiempo hemos visto que personas ajenas a la empresa, con un sesgo político, han manipulado estas negociaciones”.

-Esto se da en la minería, la pesca, la agricultura. ¿No revela esto, acaso, que hay algo pendiente en el mundo laboral?
“Chile tiene temas sociales pendientes, en cuanto a la distribución del ingreso y eso tiene que ver con toda la sociedad, no sólo con los que trabajan. Hay muchos que viven con empleos informales y tenemos, como sociedad, la responsabilidad de sacarlos adelante”.

-¿El empresario y el trabajador son todavía considerados antagonistas? ¿Ambos comprenden el valor del otro?
“No, no. Mi sensación es que cada día más (comprenden al otro); hoy no hay ningún empresario que no entienda que su capital más importante es el capital humano de sus trabajadores y que hacer empresa es, en definitiva, unir a un grupo de personas en torno a un objetivo de bien común. Por eso, tienen que participar todos en lograr el mejor servicio que vayan a brindar y creo que hoy no hay ningún empresario que piense que sus colaboradores no son relevantes. Al contrario, no se habla de recursos humanos sino de la gerencia de personas y está presente el tema de la responsabilidad social empresarial y muchas empresas hacen balance social de su gestión”.

Soledad Neumann retoma el hecho de que en Chile está pendiente el tema de la distribución de los ingresos y afirma que en el último tiempo se han producido avances. “El hecho de que monseñor Goic haya hablado de sueldo ético –lo que fue un acierto comunicacional porque no sólo puso el término, sino que el monto- fue fundamental; si hubiera hecho sólo un llamado a que todos paguen más habría pasado inadvertido, pero él le puso números y apellido. De eso surgió la comisión de Equidad que tuvo representatividad de distintos actores lo que permite acercar posiciones”.

“Esto es fundamental; se trata de escuchar, yo te escucho a ti y tus expectativas y tú me escuchas a mí con mis necesidades”, insiste.

-¿La clase política ha ayudado en esto, o al contrario, ha avivado conflictos?
“No sé si toda la clase política, pero sí ciertas personas como el ministro Osvaldo Andrade”.

-¿Y qué te dice el apelativo ‘chupasangre’?
“Cada uno puede tener su visión, su posición, pero no comparto para nada el calificativo, para nada.
“Eso no ayuda a generar diálogo. Hace 6 meses no se hablaba de pacto social y todos estos temas han generado una ola de discusión, reflexión, tendientes a sensibilizar, lo que es bueno”.


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