"Mientras conozcas a un oftalmólogo que use anteojos, no te operes". La frase de Steve Aptheker, abogado de 59 años de Long Island, EE.UU., es para advertir sobre los riesgos de la cirugía láser que corrige defectos de la visión.
Aptheker se operó en 2000 y quedó con un daño severo que requirió de siete operaciones, durante cuatro años, para resolver el problema y el dolor.
Como él, el número de personas que no han quedado satisfechas con los resultados de la llamada cirugía refractiva ha ido en aumento en ese país, al nivel que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) se reunió ayer con expertos en el tema para analizar las quejas de los usuarios.
Visión borrosa o duplicada, ojos secos y la presencia de destellos en el campo visual son algunas consecuencias de la operación en este grupo que puede alcanzar hasta al 15% de los casos, pero que, como alegan los afectados, se trata de complicaciones que perjudicaron su vista y su salud psíquica.
Efectos adversos
Desde que irrumpió en los quirófanos a principios de los 90, el lasik -siglas para Laser Assisted In Situ Keratomileusis- ha sido considerado una técnica quirúrgica que revolucionó la oftalmología.
Con ayuda de un láser se rediseña la córnea haciéndola menos dependiente de los anteojos y lentes de contacto (ver infografía), en casos de miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Si bien la gran mayoría de los pacientes -sobre el 90%- quedan satisfechos, la FDA ha recibido 140 informes de efectos colaterales y mal funcionamiento del procedimiento entre 1998 y 2006. Un número pequeño si se considera que en ese país se han operado más de 12 millones de personas.
Pero los críticos del procedimiento dicen que su grupo va en aumento. Muchos pacientes disconformes culpan a sus cirujanos por no advertirles que eran candidatos no muy adecuados para la cirugía o por no destacar la posibilidad de desarrollar efectos secundarios.
"La mayor cantidad de insatisfacción pasa por una mala información de parte del médico o por expectativas demasiado altas del paciente", precisa el oftalmólogo Alberto Arntz, del Hospital Clínico de la U. Católica. Por ejemplo, una leve sequedad de ojos y la posibilidad de una pequeña regresión en los resultados son comunes.
| En Chile |
Unas 15 mil personas se han sometido a la cirugía Lasik en el país. Su costo es de alrededor de $1 millón por cada ojo.
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"La cirugía mejora la calidad de vida, pero no es perfecta, y no hay manera de asegurar que no haya malos resultados, aunque el procedimiento sea bien hecho", agrega Arntz.
Para minimizar este aspecto, existen condiciones necesarias que debe cumplir el paciente.
Entre éstos se cuenta que el defecto visual esté estabilizado, que las dioptrías (unidades que indican el grado de alteración) no superen cierta cantidad, que no haya anomalías en la córnea ni patologías oculares que puedan retrasar la cicatrización, y evolución del tratamiento.
Por eso, no es extraño que haya "oftalmólogos usando anteojos", precisan los especialistas.
"Hoy se cuenta con equipos que permiten hacer un diagnóstico más preciso de cada paciente", dice el doctor Marcelo Coria, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Sótero del Río, uno de los primeros centros públicos que incorporará la técnica, disponible en Chile desde 1996.
A su juicio, el problema en EE.UU. se debe en gran medida a que los casos más antiguos se realizaron cuando aún no se contaba con estos exámenes, por lo que fueron operados pacientes que hoy no habrían calificado para la cirugía.
De todas formas, como las protestas de los disconformes han hecho ruido -tienen sitios web-, la FDA planea hacer en 2009 un estudio sobre la satisfacción de los pacientes tratados con lasik junto con el Instituto Nacional del Ojo y la Academia de Oftalmología de EE.UU.
Aquí, la Sociedad Chilena de la especialidad ha criticado el excesivo "exitismo" con que algunos centros promocionan la cirugía que, como tal, no está exenta de riesgos.
En forma particular, el lasik tiene un costo aproximado de un millón de pesos por cada ojo, y su cobertura depende del plan que tenga cada cotizante.