"El paradigma respecto del control del embarazo está a punto de cambiar", asevera taxativamente el doctor Alfredo Germain, ginecoobstetra y jefe del Centro de Vigilancia Materno-Fetal (CEVIM) de la Clínica Las Condes.
Su afirmación es compartida por especialistas que ayer participaron en el III Simposio de Medicina Materno Fetal organizado por este centro, y se basa en los resultados de varios estudios internacionales publicados entre el año pasado y comienzos de éste en revistas como "Ultrasound in Obstetrics & Gynecology".
Predecir el futuro
A partir de la evidencia médica y de los avances que han tenido las tecnologías de imagen, hoy se propone que todas las mujeres embarazadas, sin importar su edad o antecedentes familiares y de salud, tengan entre las 11 y 14 semanas de gestación un exhaustivo control que incluya un análisis de su historia médica, un examen de sangre para medir en el plasma dos hormonas que produce la placenta (proteína plasmática A y subunidad beta libre) y una ultrasonografía detallada.
Ésta última debe incluir la observación de alrededor de 15 aspectos, incluyendo cuánta sangre llega a la placenta y qué estructuras están presentes o ausentes.
"El equipo de ultrasonido es el mismo que se ocupa actualmente, lo que cambia
son las cosas que vas a medir o mirar y que siempre han estado ahí, pero a las que antes no se les prestaba atención", explica el doctor Germain.
| Para todas |
70% de los casos de las mujeres con algún riesgo no va a ser evaluado si el control exhaustivo se hace sólo a las mayores de 35 años.
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Al cruzar toda esta información es posible pesquisar con rangos altos de precisión no sólo cómo está la guagua desde el punto de vista estructural y genético, sino cómo va a crecer, cómo se va a adaptar la madre al embarazo y qué complicaciones podrían afectarla a ella o a su hijo. "Así, hoy día podemos saber con 85% de certeza que en 20 semanas más a esta madre le va a subir la presión arterial y va a tener preeclampsia. O midiendo hormonas en su sangre podemos tener 90% de certeza de que el bebé va a tener una reducción en el crecimiento dentro de 20 semanas", ejemplifica el ginecoobstetra.
Con esa información el médico puede reaccionar y reducir precozmente el riesgo indicando a la madre modificaciones en su actividad física, dieta o estilo de vida.
El doctor Carlos Schnapp, ginecoobstetra y director del simposio destaca que al detectar de forma precoz a las mujeres que tienen mayor riesgo se les puede ofrecer la tecnología y los recursos humanos que permitan darle una mejor atención.
"Si detectamos patologías como la preeclampsia o un retardo del crecimiento intrauterino, tenemos enormes oportunidades de mejorar su pronóstico. Si, en cambio, hay defectos anatómicos o malformaciones congénitas por anomalías cromosómicas que no podemos solucionar, seguimos teniendo una gran oportunidad de ofrecerle a esa familia el apoyo sicológico, afectivo y social para sobrellevar esta situación adversa con mayor fuerza".
A tiempo
De hecho, la experiencia demuestra que los niños con anomalías son recibidos de mejor forma cuando la familia está emotivamente preparada desde antes de su nacimiento.
"Por ejemplo, a diferencia de un niño con síndrome de Down cuyos padres se enteran en el momento del parto, se ha visto que el que llega a una familia que se ha preparado durante todo el embarazo tiene mejor rendimiento en pruebas de desarrollo psicomotor a lo largo de su vida, está más integrado a la familia y a los hermanos y su familia registra índices de felicidad mucho más altos", dice el doctor Germain.
En el caso de que se detecten problemas como ciertas anomalías cardiacas, renales o de otra naturaleza que puedan ser tratadas luego del parto, se podrá planificar con anticipación la infraestructura, el equipo médico y las estrategias de intervención más adecuadas, lo que reduce notablemente el riesgo para el recién nacido.
Incluso, concluye Schnapp, "conocer más cabalmente qué eventos ocurren al interior del vientre materno nos permitirá saber cosas de ese niño en gestación que a largo plazo van a influir en su salud, como su riesgo de ser hipertenso o tener un problema cardiaco. De esa forma podremos incluso prevenir problemas en su vida adulta".