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“Lo amoroso está en crisis y ése es el puente para entrar en lo erótico”

El mediático siquiatra y dramaturgo (entre muchos otros oficios) está de aniversario: se cumplen treinta años desde que estrenó su primera obra. Y no piensa en parar. Acá, devela su intimidad y la de una sociedad chilena muy insatisfecha en general.

26 de Agosto de 2008 | 08:40 |
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En Marco Antonio de la Parra conviven varios hombres a la vez. Además del mediático siquiatra, dramaturgo, actor, escritor, ex crítico y guionista de TV, también profesor y director de una escuela, lector empedernido e integrante de la Academia de Bellas Artes, está el gozador, papá fanático y ex “nerd” declarado.

Sentado en su oficina de la Universidad Finis Terrae, como para calentar la conversación, desplaza por un rato a los otros De la Parra para quedarse con el especialista preocupado por la sociedad chilena de estos tiempos, una que está muy insatisfecha y que confiesa sentirse mal y deprimida.

Para eso, se apoya en una encuesta realizada por la Consultora Géminis sobre salud mental en Chile, que arrojó resultados, a su juicio, dignos de comentar.

Entre otros, lanzó que casi la mitad de los encuestados afirma sentirse regular o mal mentalmente, un 40% piensa que estamos peor que otros latinoamericanos, un 44% que estamos peor que hace diez años y el 88% dice haberse sentido deprimido.

“La mayoría dice sentirse mal pero el problema es que no acuden a especialistas sino que se refugian en la familia, pareja, amigos o Iglesia, porque la función protectora de estas instituciones aún es muy fuerte acá”, explica. Lo negativo, es que en vez de tratarse, buscan salidas superficiales como el consumismo, se endeudan y terminan atrapados sin poder salir de eso y más deprimidos aún.

-¿Cómo se puede romper ese círculo vicioso?
“Es complejo, se va a tender a romper sólo por la decepción de no conseguir lo que queremos. Aunque lo persigamos nos quedamos con la sensación de gusto a poco y eso nos hace sentir decepcionados de todo; del amor -ligado también a un nivel de exigencia tremendo que debería resolverlo todo-, del consumo y del dinero que no resuelve nada en este mundo de promesas de felicidad. La decepción se instala también frente a la política, a los que protegen, vivimos una sensación de frustración muy grande y eso desnutre todas las decisiones, nos sentimos más solos. Ahora el sueño es Facebook que nos salvaría de la destrucción y entretiene un poco al estar en una red en la que todos están bien y muestran fotos. Es como una especie de fiesta de cumpleaños permanente en medio de una sensación de disgusto general, una ligera desdicha, como arena en los zapatos.”.

-¿Tiene que ver también con el creciente exitismo?
“Sí, todo el sistema está en competencia y es tan extremo que hay que ser un ganador y todo el resto perdedores. Es una cultura del éxito que apoya a los ‘winners’, que genera decepción, violencia, desplazamiento, desconsideración, marginalidad y todo está dando vueltas de manera sorda en la sociedad chilena que tiende a quejarse y someterse. El TranSantiago no funcionó pero hay que subirse igual, viene la crisis del petróleo, del dólar…”

-¿Además de eso nos sentimos desprotegidos?
“Sí, hay una nostalgia, por eso las protestas que demandan que el Estado tome de nuevo las riendas y salga alguna protección de alguna parte. Nos sentimos solos y solos tenemos que hacernos cargo de todo, de nuestra previsión, salud, educación”.

-¿Esto se potencia con el hecho de tener a una Presidenta mujer?
“Yo creo que a Bachelet le tocó un mal momento en el que empezó a hacer crisis el sistema de libremercado. Quizás la idea de una Presidente mujer pudiera sensibilizar más, como que hay que reclamarle todo a la mamá”.

-Tú la apoyaste públicamente, ¿qué pasó con las altas expectativas y la falta de liderazgo que tanto se le critica, por ejemplo?
“Las expectativas eran muy grandes en cuanto a entrar en un ambiente más cálido, con una serie de factores irracionales pero muy importantes en su elección. Entonces quedamos más huérfanos porque ella no puede ser Presidenta y convertirse en la mamá de Chile, o ahora en la abuela. Ella tiene liderazgo, blando, y eso desbocó a la sociedad que salió a reclamar, pero son temas que no tienen solución por ahí, ella terminó…”.

-¿Pagando el pato?
“Sí y de la política en general; se han desmantelado los dos bandos de una manera inquietante en una sociedad cada vez más confundida. El país no está contento, se pinchó un globo de un país imaginariamente próspero, cosmopolita, abierto y que dependía de una buena situación económica. No se pudo y el TranSantiago es símbolo de que no supimos hacer las cosas bien y dejó una desilusión enorme al aspirar ser un país del primer mundo. Mientras, los telediarios se dedican a asustar a la gente mostrando la mayor cantidad de delitos posibles, se pautean por el sensacionalismo”.

-Sembrando pánico, además.
“¡Después de ver ciertos canales dan ganas de llamar al 133 altiro!”

-En medio de esta sensación tan negativa, ¿quién se atreve a pedir ayuda?
“La mujer y es un fenómeno histórico. Cuando son niños consultan más los hombres, cuando se pasa a la adolescencia la cosa se empareja y de adultos lideran las mujeres. Esto es porque se atreven a pedir ayuda y porque ellas se deprimen más por la cantidad de vínculos; el esposo, los hijos, los padres, el colegio, el trabajo, las amigas. Se estresan y sufren más”.

-Está claro que la mujer de hoy lo está pasando peor.
“La mujer contemporánea está demandada por muchos aspectos, además es mucho más perfeccionista que el hombre y debe hacerlo todo muy bien; ser buena trabajadora, ama de casa, esposa, madre y amante, entonces esta enorme cantidad de vínculos incide en que se estrese más y aparezcan cuadros depresivos más serios”.

-¿Qué puede hacer? ¿En qué va a terminar?
“Hay fenómenos que se están dando, como que la mujer descubrió que el trabajo es excesivo y que impide la formación de la familia. En países desarrollados ha denunciado esto y están apareciendo las medias jornadas, vienen más permisos, hasta la igualdad en espacios de trabajo y de familia, se va a llegar un equilibrio. Pero nosotros aún estamos lejos de eso. En los países desarrollados no están dispuestos a vivir tan mal y sacrificar en nombre del dinero la calidad de vida y lo que se construye”.

-Las encuestan apuntan a que las mujeres están más insatisfechas sexualmente, además.
“Algunas encuestas lo muestran pero creo que es igual para los dos. Llegamos muy cansados a casa y ésta se convierte en un lugar donde hay que cuidar a la familia y queda muy atrás la pareja. Éstas son dos instituciones que se oponen porque la familia es muy demandante en sí y no deja espacio para la pareja, entonces a qué hora se satisfacen sexualmente.
“Todo lo amoroso y lo erótico ha sido puesto muy por arriba, más con la revolución feminista y su derecho a la satisfacción sexual, porque hoy tanto hombres como mujeres están cansados y tratando, además, de ser buenos amantes, entonces el éxito de esa incursión es altamente dudoso”.

-¿Cómo se resuelve el tema sexual en la pareja, entonces?
“La pareja se tiene que convertir en contención el uno del otro. La mayor parte de las peleas en una relación pasan porque ninguna de las dos partes se decide a hacer el rol de madre del otro, para contenerlo y abrazarlo. Los dos se dan instrucciones mutuamente, pero lo único que quieren es poder llorar tranquilos y que el otro los calme y no que diga lo que tiene que hacer, ¡si uno ya sabe lo que tiene que hacer! Está desesperado por otras cosas y quiere momentos aparte. Después de ese minuto de encuentro, que ahora es tan escaso, el abrazo amoroso, viene lo erótico. Lo amoroso está en crisis y ese es el puente para entrar en lo erótico”.


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