El cáncer de mama, a la larga, mata. La frase es categórica y sólo admite una excepción: haberlo encontrado a tiempo, lo que se denomina in situ. Si no, aunque se sobreviva al episodio, podrá reaparecer 6 o 20 años después, golpeando otra parte de nuestro cuerpo.
Las estadísticas indican que sólo en un 95% de los casos las mujeres “safan” de éste y para ello debe cumplirse la condición anterior, o sea, haber sido pesquisado en grado 1, lo que podría graficarse como el cáncer que se presenta entre una mamografía y otra en el período de un año, no más.
La realidad abruma y con ella lidia desde hace 28 años Anita Cox, presidenta ejecutiva de la
Corporación Yo Mujer, única en el apoyo integral a las mujeres que se enfrentan a este cáncer.
“Después de esa etapa todo se empieza a complicar”, explica. Aunque aventura que el panorama no es tan sombrío por cuanto en Chile se han dado pasos importantes en el sentido de diagnosticar en forma cada vez más oportuna esta enfermedad.
Aún así, todos los años se detectan 2 mil 400 mujeres con este tipo de cáncer y, todos los años, también, mueren cerca de mil 100 de ellas. “Si todas las mujeres se hicieran una mamografía anualmente, tendríamos un 33% más de mujeres vivas al año, lo que no es menor”.
-Se ha avanzado, pero sigue siendo la segunda causa de muerte en las mujeres.
“Sí, antes era la tercera. Ha aumentado; en Estados Unidos las cifras también son malas, de hecho, allá, esta cinta rosada es hoy de color fucsia porque se quiso dar una señal de alerta y la lucha es más intensa, de hecho, 1 de cada 9 mujeres hace un cáncer de mama, en cambio, acá 1 de cada 14.
“En Chile, hay un registro nacional de cáncer de mama que llevaba el ministerio de Salud y tenemos la sensación –los privados- de que las cifras están un poco atrasadas y que no están todas, aún cuando hay obligatoriedad de que todos los recintos de salud comuniquen los cánceres detectado. El problema es que no está claro quién debe informar y tampoco se registra que la causa de muerte se relaciona con él; o sea, la mujer puede morir de falla renal total, pero su origen esta en la mama. Personalmente creo que debieran informar los anatomopatólogos”.
-¿Qué explica esto, porque en los últimos años se habla más del tema, se hacen campañas? ¿Tiene que ver con nuestro estilo de vida?
“No me voy a cazar, el cáncer es una enfermedad multifactorial y hay varios factores de riesgo dentro del tipo de vida que llevamos. Jugamos con las hormonas, la maternidad es cada vez más tardía, tenemos menos hijos –todos los factores protectores, es decir, dar mucho pecho, embarazarse joven nos cuida-. Agrégale a esto el estrés, el cigarro y obesidad, que cada vez es un factor de riesgo importantísimo.
“Ahora, aún así tenemos mejor diagnóstico, lo que por otro lado, suma”.
Anita Cox es sumamente cuidadosa al abordar este tema porque no siempre un estilo de vida es el gatillante del cáncer y, culpabilizar a la mujer con ello no ayuda en nada en su recuperación, más si no puede cambiar su rutina.
-Etariamente sigue siendo en mujeres sobre 40 años, más ahora que son madres tardías.
“Sí, eso no ha cambiado, pero tengo la impresión de que cada vez llegan más mujeres jóvenes y eso impacta mucho. En todo caso, lo vamos a ver en cifras en 3 años más”.
-¿Y por qué?
“No lo sé, pero hoy tengo mujeres de 23 años o 28 años que antes no había visto: Todo puede influir, a lo mejor estoy viendo más pacientes que antes, pero igual es muy fuerte cuando son tan jóvenes; insisto, falta un estudio epidemiológico y ver cuáles son sus antecedentes familiares, madre, hermanas, abuela, tía”.
-En Estados Unidos ha crecido la mastectomía preventiva. ¿Es un camino?
“Las norteamericanas se están sacando ambas mamas precisamente por esa historia familiar, pero no es algo masivo, es anecdótico, pero revela el pánico que da. En Chile no es un camino porque es de una agresividad espantosa y además, aunque te las hagas, igual puedes hacer un cáncer de mama porque queda un poco de tejido. No, no es un camino”.
-¿Entonces cuál es?
“Acuérdate que no hay ni un camino preventivo, el cáncer no se puede prevenir, excepto el de cuello cérvico uterino. Borra la palabra prevención en el cáncer de mama, y eso es súper importante. El único camino es el diagnóstico precoz”.
-¿Ni siquiera mejorando el estilo de vida? No fumar, hacer deporte, comer sano.
“Obviamente, llevar un estilo más sano es ideal para todo, pero para todas las enfermedades. También, ojalá, que la terapia de sustitución hormonal sea entregada después de un estudio caso a caso, que antes se le daba a todo el mundo; hay que ver los factores de riesgo y si no son tantas las molestias ¿para qué?; la menopausia es un proceso natural, pero lo que pasa es que antes la mujer estaba en la casa y hoy está activa, quiere sentirse regia y no quiere tener bochornos.
“Sólo cabe detectar precozmente”.
-Pero aunque te hagas una mamografía todos los años, igual se te puede presentar el cáncer.
“Es que, insisto, no lo puedes evitar, sólo encontrar in situ. Se agarra chico, a veces no. Por eso, si todas se hicieran la mamografía salvaríamos un 33% más y los otros cánceres serían de mejor pronóstico”.
-¿Por cuánto?
“Es que no se puede determinar. La paciente puede sentir que a los 5 años ya está bien, pero nada lo asegura. El hoy lo tiene que vivir, mañana verá. No puede vivir pensando que se va a morir, porque eso no es vivir”.
-¿Han habido avances en el tratamiento para frenar una metástasis?
“Para tratarlas. Cuando una tiene cáncer de mama y lo trata, no se sigue permanentemente en tratamiento buscando evitarla. Se empieza a tratarla cuando se presenta, como cuando se tiene un dolor de huesos y se busca la causa con un cintigrama óseo. No es posible.
“Esto es importante aclararlo, porque cuando se presenta, la paciente cuestiona quién falló. No falló nadie, así es la enfermedad, la metástasis no la podemos evitar, por eso lo importante es que, por mientras vivamos bien. No se puede estar esperándola”.
-¡Qué duro!
“Sí, es verdad que ella se murió, pero su hijo quedó 10 años más grande y eso es un triunfo. Tengo pacientes que conocí con 5 niños chicos y hoy acaba de casar a la cuarta hija y tiene 9 nietos; hemos pasado 20 años juntas, ha tenido metapulmonar, metacerebral, metaósea, pero ahí está”.
-¿Ha dejado de ser un tema tabú? Supongo que eso ayuda en su pesquisa y tratamiento.
“Sí, bastante. Hace varios años se ocultaba. El marido o la madre le decía
no cuentes lo que es atroz, en cambio, hoy es tema”.
-¿Los medios de comunicación lo abordan lo suficiente?
“Creo que debería avanzarse un poco. Introducirse en el hecho de que esta no es una enfermedad de la mama, no más, sino que del marido, de los hijos, de la familia. Cuando se enferma la mujer se requiere apoyar todo el sistema y en eso estamos nosotros”.
Continúa leyendo:
Una mano que da tranquilidad y contiene