Un servicio de fonoayuda para los hombres maltratadores de sus parejas es la última idea que impulsará España con el propósito de bajar los índices de violencia intrafamiliar. La medida apunta a "ayudarles a canalizar su agresividad" y "evitar así que recurran a la violencia".
Esta es una iniciativa más del gobierno español en la lucha contra la violencia machista, que el año pasado cobró más de 70 víctimas. En Chile existe un fonoayuda para las víctimas -el 149-, pero aún no hay un programa de intervención terapéutica dirigido a los agresores.
Trascendió que el Ministerio de Justicia está preparando un programa en ese sentido, dirigido a agresores que no hayan incurrido en violencia grave ni de riesgo vital.
Algunos centros comunitarios de salud mental familiar (Cosam) están trabajando con agresores. Pero más que terapias psicológicas, "lo que se hace es reeducación", explica el psicólogo Cristián García, jefe de la Unidad de Prevención de la Violencia Intrafamiliar del Sernam. Él explica que la violencia machista tiene un origen cultural; por lo tanto, "los patrones aprendidos se pueden desaprender".
| Cifras |
40 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas en lo que va corrido del año 2008 (julio) en el país.
|
En España, el anuncio del fonoayuda para agresores recibió dispares comentarios en los blogs de los medios de comunicación. "En vez de una línea telefónica deberían implantarles microchips a los maltratadores para que, en caso de violencia, vaya inmediatamente una patrulla a detenerlos", decía un comentario anónimo en "El País". En cambio, otro, de Pilar T., señalaba: "Con que un maltratador utilizase este teléfono y se evitase la muerte de una mujer sería suficiente para justificar su existencia".
La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, fundamentó la creación de este fonoayuda con el siguiente argumento: "Erradicar esta lacra exige ir al origen y a la causa que la provoca, lo que implica actuar frente a quienes la originan".
Para Cristián García, del Sernam, una medida como esta puede ser efectiva sólo en la medida en que vaya junto a una atención y un acompañamiento prolongado de los agresores. "Si hay un profesional al otro lado de la línea que sea contenedor y que tenga expertise, puede lograr detener la violencia en un minuto determinado. Pero para lograr cambios más permanentes en una persona, tiene que haber un trabajo sistemático con ella".
"La condición para que este tipo de agresores pidan o acepten ayuda es que tengan conciencia de su problema", explica el psicólogo. Pero, en general, no suelen tenerla, agrega, lo que hace más difícil que un fonoayuda dirigido a ellos pueda dar resultado por sí solo. Según él, habría que estudiar si una medida como esa podría ser útil en Chile, ya que el contexto cultural no es el mismo que el español.
