Han sido reconocidas como un camino alternativo para curar ciertas enfermedades y eso lo sostiene hasta el Ministerio de Salud en Chile, quien incorporó a la terapia floral (de Bach y californianas) en su listado de terapias complementarias.
También piensa lo mismo una de las más destacadas psiquiatras infantiles más relevantes, Amanda Céspedes, quien hace casi un año lanzó un libro, junto a su hermana María Ester, titulado nada menos que “Terapia floral para niños de hoy”.
Bueno, en este largo camino Chile ha dado ahora un paso significativo pues la terapeuta floral Teresita Espinoza Woters, tras años de investigación, ha conseguido elaborar flores terapéuticas chilenas.
Bajo el singular nombre de
Flores de la Cordillera de los Andes, Teresita presenta cinco líneas de productos: desierto florido, altiplano, bosque profundo, déficit atencional y fórmulas de esencias florales. Cada una con un uso particular.
Tal como lo explica ella, “la enfermedad surge por un desequilibrio entre el alma y la personalidad, y lo que hacen las esencias florales es permitir esa reconexión con el verdadero ser. La terapia floral ayuda a resolver problemas tan actuales como el estrés, la dependencia afectiva, depresión, crisis de pánico y diferentes desequilibrios emocionales”.
Edward Bach, el descubridor de estas flores hace más de 75 años, comprobó que extrayendo la esencia de la planta, ésta podía ser usada en el tratamiento de algunos desequilibrios emocionales y su ruta ha sido seguida con éxito por muchos.
Teresita Espinoza, apoyada en la Ley de Atracción, contenida en el libro “El secreto” afirma que “la bonanza es la oportunidad de recibir todo lo bueno que tiene la vida, pero para que llegue tenemos que estar en sintonía con aquello que deseamos, sea salud, bienestar o un buen amor. Si queremos sanarnos es necesario dejar de tapar nuestros dolores y tristezas, pues toda emoción que no se expresa se convierte en un síntoma físico”.
Los tipos de flores son las siguientes:
Esencias Florales del Desierto Florido: El florecimiento que se produce en el desierto chileno es un fenómeno único, miles de bulbos y semillas esperan pacientemente su oportunidad para nacer a la vida. Son flores con una gran potencia sanadora que traen enormes beneficios a nivel emocional, mental, físico y espiritual.
Esencias Florales del Bosque Profundo: Muchas de las especies florales de en la selva fría valdiviana tienen también un importante potencial sanador. Allí existen flores de alta vibración que ayudan a protegernos de las diferentes irradiaciones que contaminan el cuerpo, la mente y las emociones.
Esencias Florales del Altiplano: A más de 3.500 m de altura nacen otras especies con propiedades curativas, capaces de aminorar la aceleración de los ritmos y enseñándonos que es necesario tener un orden mental para que la creatividad pueda volver a aflorar.
Esencias Florales del Déficit Atencional: Este grupo de esencias ha sido ideada especialmente desde los aspectos energéticos y mentales del niño, para trabajar en áreas como la madurez, hiperactividad, tolerancia y otras aspectos propios del aprendizaje. Asimismo, trabajan la irritabilidad y el mar humor despertando la fuerza amorosa de la creación para hacer frente la excesiva competitividad y deshumanización de la sociedad, y las relaciones interpersonales conflictivas.
Fórmulas de Esencias Florales: Concebidas para facilitar la conexión entre el cuerpo, las emociones y los pensamientos. Han sido preparadas con esencias del Desierto Florido, Bosque Profundo, Altiplano y otras especies propias de la Cordillera de Los Andes. Su efectividad permite aliviar varios de los síntomas emocionales de la vida actual.
Estos productos, que saldrán al mercado este fin de semana, se pueden encontrar también en
sitio web.
