Igualdad de copas

“Es por una cuestión de machismo. Algunos hombres ven más feo que una mujer tome (alcohol) de más, igual como les puede molestar que ganen más plata que un hombre”, dice Vladimir, un “alcohólico” asumido y rehabilitado, que lleva 6 años sin consumir bebidas etílicas.

Él es parte del comité de información de Alcohólicos Anónimos Chile, un lugar al que, como asegura, llegan, sobre todo, mujeres mayores de 45 años, aunque dice que en el último período las alcohólicas que han ido a pedir ayuda son cada vez más jóvenes.

No es raro, tomando en cuenta que ya hace seis años, el 2002, se demostró que la edad promedio en que los chilenos comienzan a consumir alcohol son los 12 años, según un estudio del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace).

En el caso de las mujeres, llamó la atención que las que se clasificaron entre el grupo etáreo 12-18 años consumieron más alcohol que sus pares hombres en un año, con un 54,5% versus el 53,1%, cifras que se distancian cuando ellas pasan los 20 años de edad, disminuyendo la ingesta de alcohol, básicamente, como una manera de prepararse para la maternidad, según explica el psiquiatra Mariano Montenegro, jefe de tratamiento del Conace.

Claudio Campos, administrador de la discoteque Sala Murano, ha visto con sus ojos este cambio en el consumo etílico femenino y asegura que, del público que asiste al local, es más común ver a las universitarias más pasadas de copas que a las mayores de 25, a quienes es más normal verlas “felices”, que borrachas.

“Ellas (las universitarias) llegan ya estando mal al local. Uno las ve en la calle tomando con los amigos, en la plaza San Enrique… Es muy común. Andan en grupo, acompañadas con hombres. Ellas quieren parecerse a ellos, estar con ellos, así que toman a la par”, comenta.


Pécoras en busca de paridad

“La igualdad de derechos ha sido un gran progreso. Pero a veces, en esta lucha, se ha confundido con la igualdad de conductas nocivas, de descuidos. Eso va en el paquete completo”, comenta Montenegro.

Entre tanta paridad de vicio, le preguntamos a tres conocidos y guapos hombres su opinión acerca del uso y abuso del alcohol entre las mujeres, a ver si es cierto el eterno principio materno que postula que no hay nada más feo que una mujer borracha.

Con un fuerte sentimiento de la igualdad de género, el diputado del Partido Socialista, Fulvio Rossi (38) comenta que “las personas discriminadoras, machistas, creen que el hombre puede tomar, que se ve más hombre y la mujer se ve mal si lo hace”.

Para el diputado, “hoy, en Chile, la principal causa de discapacidad y de muerte es el alcohol”, así que la clave está en la moderación, “tanto para un hombre como para una mujer” afirma, agregando: “Encuentro súper atractiva a una mujer que sabe beber y que conoce de tragos... Es una mujer culta. El atribuir falta de feminidad a este tipo de cosas, me parece que es machismo puro… y duro”.

Montenegro explica que en el país existe un fuerte control social en la conducta de la mujer, la que siente pauteada, en parte, por la exigencia de estar en buenas condiciones físicas y psíquicas para ser madre.

“Otra hipótesis son los patrones de comportamiento social: las señoritas, que están en la casa, que no hablan fuerte, que son prudentes y no interrumpen, que sirve los platos, grande a los hombres y chico a las mujeres… Son mandatos sociales muy antiguos en Chile, y hace que la mujer se sienta más exigida”, afirma el psiquiatra.

“Puede que los hombres se aprovechen de las mujeres, cuando están borrachas, pero las mujeres también se aprovechen de los hombres cuando están borrachos. Las cosas van para los dos lados”, asegura el actor Héctor Noguera (71).

El otrora padre de los Mercader dice preferir en su entorno gente que sepa beber, ya que “ver a mujeres y a hombres borrachos es igualmente desagradable”.

Por su parte, Ariel Levy (24), actor de la teleserie de Chilevisión “Mala conducta”, asegura que le da una “lata tremenda” que se pasen de copas, sobre todo, cuando se trata de una mujer con la que está saliendo: “Si es una noche no más que se le pasó, no hay problema. Pero si es una constante de todos los fines de semana, y hay que andar levantándola del suelo para llevarla a la casa, eso me mata las pasiones inmediatamente”.

El actor dice preferir los equilibrios; acepta que su acompañante se tome un trago, pero, ya sea hombre o mujer, le molestan “los jugosos” por igual.


“Lo que natura non da…”

La igualdad de género que postula Vladimir, Ariel, Fulvio y Héctor ha llegado incluso a la equiparación de vicios, pero, lamentablemente, para la lucha feminista, no se puede ir contra la naturaleza.

“La capacidad que tenemos las mujeres para metabolizar el alcohol es menor a la que tiene un hombre. Por ejemplo, en el hombre existe una encima que permite degradar el alcohol a nivel de estómago, que nosotras las mujeres no presentamos”, explica la nutricionista de la Clínica Santa María, Vanessa Vega.

De esta manera, Vega coincide con un informe del Conace (“Mujeres y tratamientos de drogas”) que indica que “las mujeres tienen menos tejido graso, menos músculos y sangre y menos cantidad de enzimas metabolizantes del alcohol. Estos factores provocan que, generalmente, las mujeres tengan mayor concentración de alcohol en la sangre después de beber la misma cantidad que los varones”.

No sólo eso, el mismo informe asegura que el alcohol irregulariza la producción normal de hormonas femeninas, lo que hace que en una mujer que beba mucho sean más frecuentes molestias como sangrado intenso o un tortuoso síndrome premenstrual. Además, en estos casos “puede presentarse dificultad para alcanzar el orgasmo. Si además consume píldoras anticonceptivas y/o hormonas, su capacidad para metabolizar el alcohol se reducirá”.