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Las empresarias del año

Son mujeres con empuje, atrevidas, que soñaban con ser independientes y contribuir a su desarrollo personal y al del país. Son las ganadoras del Premio Joven Emprendedora 2008, que organiza Mujeres Empresarias en conjunto con Revista Ya. En estas páginas cuentan por qué decidieron crear una empresa y cómo han logrado el éxito, a pesar de haber comenzado de cero.

13 de Octubre de 2008 | 12:20 |
Primer lugar, Sandra Bock (35), FruitConcept:
"Ser independiente te permite volar tan lejos como puedas"


Ingeniera en alimentos, Sandra Bock trabajó durante cinco años en una empresa exportadora de jugos concentrados, luego en el área de asesorías de calidad y de desarrollo de productos en distintas empresas. Junto a su socio, Sebastián Monckeberg, empezó a pensar en hacer un negocio hace cinco años y hace tres que FruitConcept vio la luz. "Los dos veníamos de trabajar con berries y vimos que en Estados Unidos se habían desarrollado los berries deshidratados; se me ocurrió optimizar este producto para poder lanzarme con algo propio. Era un producto que me parecía muy difícil introducir en el mercado chileno, entonces partí pensando en exportar. Pero no fue tan así.

El mercado externo requería de volúmenes bastante grandes, entonces para poder hacer caja y sobrevivir empezamos a ofrecer el producto a distintas partes dentro del país, paralelamente que enviábamos muestras para afuera. Partimos con una planta piloto, que producía como máximo 400 kilos mensuales gracias a un capital semilla de Corfo, mientras que al presentarlo afuera nos pedían por lo menos diez toneladas".

Al poco tiempo se dieron cuenta de que el producto era aceptado en Chile, pero que no lo conocía nadie. "Fue muy difícil darlo a conocer y comenzar a comercializarlo. Buscamos diversificar productos, lanzamos otras líneas asociadas (los jugos concentrados y los berries bañados en chocolate) y ahí finalmente empezamos a vender". También han hecho alianzas estratégicas que los ha ayudado mucho: "Hablamos con Hortifrut, una empresa muy fuerte en congelados y en frescos a nivel mundial y esta nueva línea les pareció atractiva. Entonces ellos hicieron la introducción en formato retail y distribuyen con marca Hortifrut en todos los supermercados de Chile. Y nosotros con nuestra marca estamos en tiendas especializadas y en este momento entrando a Lider con los bañados en chocolate".

El año pasado se incorporó un tercer socio, Patricio Cavada, y siguen creciendo, con la ayuda de Corfo y Prochile, organismo con el que han viajado a presentar su producto a distintos países. Además, están por ir a París a una feria de alimentos saludables.

Sandra está satisfecha con el camino recorrido hasta hoy. "Quería ser independiente por muchas razones, porque ser independiente te permite volar tan lejos como puedas, te permite también generar empleos y hacer crecer a toda la gente que trabaja contigo".

Está casada con un ingeniero agrónomo y tiene tres hijos. "Mi marido me ha ayudado mucho, me ha apoyado. Con los niños es complicado, pero la recompensa es que trabajas para ti. Ha habido harto sacrificio, pero toda mi familia está involucrada en mi trabajo y siento que, en tres años, hemos logrado algo increíble".

El futuro Sandra lo ve auspicioso: "Creo que vamos a crecer en el área de los deshidratados de manera rápida y seguiremos desarrollando productos nuevos, siempre en la misma área. Las cosas se han ido dando paso a paso, sin tomar riesgos personales excesivos. La verdad es que hemos logrado lo que esperábamos, lo que habíamos planificado".

FruitConcept: Ofrece berries deshidratados, jugos concentrados de berries y berries deshidratados bañados en chocolate semiamargo.
Número de empleados: 12.
Facturación: US$ 22 mil mensuales.

"Ya tenemos toda nuestra capacidad vendida y una demanda muy grande por lo que estamos buscando la forma de atraer inversionistas. Queremos crecer a ojalá un contenedor mensual (20 toneladas) como mínimo".

Por qué decidió emprender: "Siempre he sido de estar inventando cosas nuevas, y después de hacer asesorías a empresas que buscaban sacar nuevos productos, con mi socio pensamos que podíamos lanzarnos en algo que fuera un desarrollo para nosotros mismos. Además, por las ganas de tener algo propio".

Dificultades del camino: "Por tratarse de un producto desconocido en el mercado nacional, el esfuerzo por darlo a conocer y comercializarlo de manera adecuada ha sido enorme y con altos costos asociados. También los escasos recursos, lo que se traduce muchas veces en no contar con un sueldo estable y tener que inventar permanentemente alternativas que permitan cumplir con los compromisos, tanto de la empresa como personales. Bajos volúmenes de producción para una creciente demanda, lo que implica desarrollar relaciones basadas en la confianza".

Políticas de responsabilidad social: "Privilegiar la contratación de mujeres jefas de hogar y ofrecer la flexibilidad necesaria para mantener un trabajo y tener la responsabilidad sobre los hijos y el hogar".


Segundo lugar, Ivón Abuawad (37), Laboratorio Colorbel:
"Después de tanto esfuerzo, estoy viendo los frutos"


La dueña del Laboratorio Colorbel quería ser abogada. Pero el mismo día que estaba rindiendo la Prueba de Aptitud Académica cambió de opinión y pidió que la dejaran dar las pruebas específicas de Química y Biología para optar a la carrera de Químico farmacéutico. "Es lo mejor que podría haber hecho", dice hoy, a siete años de haber fundado su empresa, recordando su historia.

En 2001, con 30 años, llevaba seis trabajando en distintos laboratorios cosméticos, pero señala: "La verdad es que me aburría ver lo mal administrados que estaban, así es que de un día para otro me decidí: me voy a poner a trabajar en lo mío". Para Ivón, fue crucial el hecho de que a través de un laboratorio cosmético podía mezclar los conceptos de femineidad con sus estudios científicos: "Este campo cubría todos mis ámbitos de interés; me sentía muy identificada", señala.

El último laboratorio para el cual trabajó cerró sus puertas y pusieron la propiedad en arriendo, oportunidad que Ivón aprovechó: "El laboratorio estaba listo, pero había que sacar de nuevo los permisos. Compré las maquinarias que estaban ahí y lo eché a andar con mis ahorros y los de un socio. Los primeros años fue complicado. Estaba recién casada, y muy luego quedé embarazada. Si me remonto a esos años me acuerdo de todo lo que corrí, de la falta de plata, de todo lo que hice para captar clientes, de lo difícil que fue, pero después de tantos años de esfuerzo, estoy viendo los frutos. Ha sido una gran experiencia, como mujer y como empresaria".

Tiene dos hijas, una de seis años y otra de tres meses. "Cuando fui mamá, tuve más fuerzas; me obsesioné y saqué la empresa adelante. Sentía que tenía más responsabilidades". Dice también que su marido ha sido un apoyo fundamental: "Ser dueño de un laboratorio exige que estés siempre a la vanguardia, entonces tengo que viajar mucho a ferias, congresos, a Brasil, Estados Unidos. Él me ayuda con las niñitas, con la casa, de repente se viene a dar una vuelta al laboratorio para ver que todo esté bien. Viajar me da muchísima pena por mis hijas, pero tengo que hacerlo, no me puedo quedar atrás".

Ivón cuenta que fabrica cosméticos de marcas propias de empresas como Cruz Verde, Salcobrand y D& amp;S y también los de marcas como Dermik. Para ella, su trabajo es más que gratificante: "Es darse cuenta de que el esfuerzo vale la pena, es sentirse reconocida en un mercado competitivo. Además, me siento bien como persona, como empresaria. Poder dar trabajo a la gente es muy reconfortante, y el que los clientes estén contentos con los resultados también".

Para el futuro, espera que su laboratorio siga creciendo en cuanto al número de empleados, al tamaño del negocio, a la facturación, a los clientes. "No sé si me interesa ser el laboratorio más importante, pero sí que me reconozcan por calidad y responsabilidad. Ser uno de los mejores; eso sí. Hoy día estamos en proceso de certificación ISO 9000, que son normas de reconocimiento internacional con los que se logran mejores estándares de calidad y procedimiento".

Laboratorio Colorbel: Desarrollo y fabricación de productos cosméticos, como cremas, lociones, champúes, tónicos, geles capilares, colonias, perfumes, aceites, etcétera.
Número de empleados: 28.
Facturación: $720 millones aproximadamente en 2007 y para este año se esperan sobre $800 millones.

Por qué decidió emprender: "Estaba aburrida de trabajar para otros. Por mi personalidad, por mi familia en que todos somos emprendedores era obvio que en algún momento me iba a independizar".

Dificultades del camino: "Al comienzo es muy difícil optar a créditos, ya sean bancarios o de Corfo; muchas veces estas entidades exigen que las empresas lleven años funcionando, ya que entre los documentos que solicitan están los balances y estados financieros. También al principio es complicado el hecho de que los clientes grandes pagan a sus proveedores con 100/120 días de plazo".

Políticas de responsabilidad social: "Hacemos capacitación permanente a todo el personal, celebramos los cumpleaños, aniversarios y Navidad en diferentes lugares. Además, como estamos asociados con la Cámara de la Industria Cosmética tenemos beneficios de la Sofofa, como subsidios habitacionales para los trabajadores".


Tercer lugar, Francisca Maira (34), Súper Coffee Chile:
"Hemos desarrollado una comunidad de trabajo muy motivada"


Ingeniera comercial de la Universidad Católica, Francisca Maira trabajó dos años en el departamento de estudios de D& amp;S, también en consultoras y en Homestore, siempre medio día, pensando en los hijos que iban naciendo al mismo tiempo que desarrollaba su carrera. En 2003 se fue a vivir a Estados Unidos, acompañando a su marido a realizar un MBA en Babson College, en Boston, una universidad reconocida por ser una de las más importantes del mundo en materia de emprendimiento. "Yo siempre tuve esta inquietud por emprender. Tenía claro que tenía una buena carrera, que podía ir ascendiendo, pero no quería hacer el camino tradicional por mis cuatro hijos.

Ese año, en Estados Unidos, decidí que iba a estudiar para ver qué empresa iba a desarrollar". Y así lo hizo. Junto a un compañero colombiano de su marido hoy su socio todos los viernes, disciplinadamente, se sentaban a discurrir y estudiar el modelo de negocio de Súper Coffee, que estaba siendo muy exitoso en Colombia y que veían se podía replicar acá en el país. "En Chile, el consumo de café estaba creciendo y nuestro producto tiene un sabor exquisito, a pesar de los cien pesos que cuesta. Es un café soluble, pero en una calidad muy superior a los tradicionales instantáneos de Chile, gracias a su proceso de liofilización", explica Francisca.

Volvieron a Chile en 2004, el socio colombiano se vino a vivir a Chile, pero tuvieron que frenar todos sus planes. Al marido de Francisca lo trasladaron por trabajo a Punta Arenas y ella lo siguió junto a sus hijos. "Fue la piedra más grande que tuvimos en el camino. Mi socio se tuvo que volver a Colombia, me fui a Punta Arenas y congelamos el proyecto. Estuve un año y medio allá. Volví, trabajé durante un año haciendo asesorías hasta que retomamos el tema de Súper Coffee". Incluso Francisca vendió su casa: "Me tiré con todo. Mi socio colombiano puso la otra mitad y trajimos las primeras máquinas en mayo de 2007".

Tiene tres hijos hombres de 8, 6 y 5 años y una niñita de un año. "Me fui de la oficina a tener la guagua y, a las dos semanas, estaba de vuelta. Pero soy súper organizada, tengo un equipo de trabajo excelente, partiendo por el gerente comercial, en el cual me apoyo muchísimo, y también en la tecnología para poder trabajar desde mi casa".

También agradece mucho a su papá y su marido: "No sé si habría llegado hasta aquí si no fuera por mis dos grandes apoyos, que me han apuntalado, sostenido en todas las dificultades. Mi papá es un empresario de mucha experiencia, y he aprendido mucho de él. Mi marido se ha portado increíble: tuvo que firmar para que vendiéramos la casa. Saber que tengo estos directorios informales es una gran tranquilidad. Además, estoy alineada con mis socios en Colombia".

A poco más de un año de su partida, está contenta, reinvirtiendo para crecer. Partió con 250 máquinas y tres franquicias. Hoy día tiene 800 máquinas y 18 franquicias. A fines de septiembre va a contabilizar 1.000 máquinas. "Y quiero seguir creciendo a tasas de mil máquinas por año".

Lo más gratificante para Francisca tiene varias caras: "El orgullo que me significa que mi idea es aceptada y valorada por otras personas que quieren participar. Gracias a eso hemos desarrollado una comunidad de trabajo muy motivada, porque cada uno de los franquiciados tiene el mismo incentivo que yo y que es ver crecer su propio negocio. Lo segundo es ver cómo se gesta una empresa desde la nada. Y tercero, siento que estamos vendiendo algo que le da una pequeña alegría a las personas en su lugar de trabajo".

¿El futuro? "Que Súper Coffee siga creciendo", dice Francisca.

Súper Coffee Chile S.A.: Distribuye café de Colombia a través de máquinas de procedencia italiana con una fuerza de ventas externa de empresarios independientes (franquiciados de Súper Coffee).
Número de empleados: 5.
Ingresos: $200 millones en el primer año de operación y a diciembre de 2008 se espera un ingreso de $300 millones.

Por qué decidió emprender: "A pesar de que podía tener una carrera tradicional, veía este camino como más compatible y mucho más flexible en términos de tiempo, porque mi primera prioridad es mi familia. Como independiente, puedo administrar mejor el tiempo. Además, para mí el emprendimiento no es algo ajeno, siempre lo vi a mi alrededor. Mi papá partió igual que yo y le ha ido súper bien. No me parece raro arriesgar".

Dificultades del camino: Regulaciones de entes fiscalizadores que muchas veces entorpecen el camino de un negocio.

Políticas de responsabilidad social: "La estructura de Súper Coffee no permite grandes actividades de responsabilidad social en el sentido tradicional, pero sí genera muchísimo en el segmento de las microempresas al dar la posibilidad de emprender a personas con un capital mínimo que tendrían como alternativa comprarse un taxi. En vez de eso se animan a iniciar una empresa con el apoyo y capacitación de nuestra empresa matriz. Súper Coffee se convierte, así, en un proyecto formativo, una escuela de servicio y de negocio para quienes desean ser independientes".

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