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"En cierta medida, el yoga te evita los achaques de la edad"

Tres horas al día las dedica a enseñar esta disciplina a personas de todas las edades. Y le queda energía para rato.

14 de Octubre de 2008 | 10:02 |
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Cuando tenía cuarenta años, a Ghislaine de Mussy un médico le advirtió que debido a una falla en su columna, en diez años ya no podría caminar y tendría que desplazarse en silla de ruedas.

Sin embargo ya cumplió 78 y no parece tener problemas de movimiento: Se sienta de piernas cruzadas en el suelo como si nada, se para sin esfuerzo, incluso imparte tres horas de clases de yoga diarias.

Como si eso fuera poco, puede mantener las posturas invertidas típicas de esta práctica mejor que algunas alumnas más jóvenes, y en su vida diaria camina muy erguida, sin delatar el paso de sus años.

Además, en las noches y en las mañanas, Ghislaine medita en silencio, como parte de una rutina. "No me gusta no poder moverme. Una vez por una operación tuve un reposo largo y me sentía incómoda".


Vida perfecta

Su contacto con el mundo del yoga comenzó hace cerca de 40 años, cuando esta disciplina aún era muy poco conocida en el país.

En 1973 ya tuvo a sus primeras alumnas. "Cuando descubrí el yoga pensé que había encontrado la manera de vivir más perfecta. Por eso me gusta ser profesora, porque de esta forma permito que le sea útil a otras personas, como lo fue para mí".

A pesar de llevar décadas enseñando y practicando esta disciplina, Ghislaine sabe que su cuerpo ya no es el mismo que años atrás.

Operaciones en las caderas y algunos malestares así se lo hacen saber, pero ella está convencida de que de no seguir esta forma de vida, no podría tener la flexibilidad ni el dinamismo actuales.

"Seguro que hay limitaciones cuando avanza la edad. A veces me duele la espalda, entonces no me esfuerzo tanto. Trato de que una alumna sea la que muestre las posiciones más complicadas. Hay que saber oír al cuerpo", dice.

Y agrega que no sólo los ejercicios del yoga son los que le han hecho bien: "En cierta medida, el yoga te evita los achaques de la edad, porque además te impulsa a llevar una vida sana, con poco licor y una dieta basada sobre todo en verduras y frutas".

A pesar de toda su vitalidad, Ghislaine no reconoce que su condición física sea tanto mejor que la de otras mujeres de su misma edad: "Siempre me preguntan cómo puedo aguantar esas posturas, o cómo tengo tanta vitalidad. Pero yo no encuentro. La verdad es que me gustaría tener más energía todavía".

La edad tampoco ha sido un impedimento para que Ghislaine planee nuevos horizontes.

De hecho, en febrero de este año, junto a un grupo de amigas decidieron compraron y remodelar una casa en Vitacura para crear la fundación "Pity Santa Cruz, Yoga Satia", en homenaje a una de las pioneras del yoga en
Santiago y quien fuera su propia maestra.

Por eso hoy, además de seguir impartiendo cursos en Providencia, como lo ha hecho por décadas, en la fundación también trabaja de profesora. Y sus cursos se llenan.
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