Imaginar a
Pablo Herrera es sentir las inconfundibles melodías de “Amor prohibido”, “Tú eres tan mía”, “Amor amor” o “Eres tan distinta”. Es recordar su cabello oscuro, largo y ondulado, que hoy empieza a palidecer por las canas, aunque éstas no son sinónimo de falta de energía, todo lo contrario.
El cantante se ve más vital con los años. Tres tatuajes (2 tribales en cada brazo y un anillo en el pulgar izquierdo) y un piercing en su ceja izquierda son el reflejo de una juventud que no quiere extinguirse y que hace que hoy, tras 25 años de carrera, el artista siga componiendo, como lo hizo con el single de su nuevo disco, “Tan vulnerable”, canción que partió de un sueño.
“Yo tenía la frase ‘tan vulnerable’ de hace tiempo dando vueltas, pero no tenía la canción. No tengo la certeza de lo que estaba soñando exactamente, pero sí sé que empecé a cantar la estrofa de la canción y una parte del coro cuando desperté. Después salí rajado, agarré la guitarra y me puse a grabar la melodía para que no se fuera. Terminé la canción esa misma mañana, de una”, dice Herrera, antes de explicar que este nuevo álbum -una recopilación de sus mejores canciones y videos, más dos temas inéditos- ya muestra parte de lo que será su modo de componer de ahora en adelante.
-¿Qué tan diferente va a ser?
“En términos de temática, creo que es difícil que el tema del desamor se encuentren en mis canciones de ahora en adelante. Así como ‘Tan vulnerable’ no es de desamor”.
-¿Hay más madurez?
“Exactamente. Voy a empezar a trabajar desde una perspectiva ya de más grande, mostrando la forma en que abordo las relaciones hoy en día, cómo las siento hoy, que es diferente. Eso influye no sólo en la letra, sino que también en la música”.
-¿Estás feliz?
“Claramente”.
-¿Te estás alejando de la balada?
“No. Seguiré haciendo baladas, pero más happy. Creo que ya hablé mucho del quiebre de las relaciones, así que mejor irse para otro lado”.
De hecho, el cantante ya había comenzado este proceso de evolución musical hace algunos años, lo que derivó en el lanzamiento de “Discografía elemental electrónica” (2007), donde Herrera probó algunas de sus canciones desde la perspectiva del chill out. Pero, aunque con letras menos tristes, ahora regresa al estilo musical que lo vio nacer en el medio nacional y por el que ha consagrado una carrera que incluso se ha proyectado en Latinoamérica.
-Tú público espera de ti las baladas, el romanticismo. ¿No sientes que te coarta la creatividad?
“La verdad es que le he hecho muy poco caso a la gente. En todos mis álbumes, las canciones que más se destacan son las más románticas, pero si se escucha el álbum completo, más de la mitad de las canciones están más ligadas al pop que al romanticismo”.
-También has escrito canciones para Chayanne o Alejandro Fernández. ¿No te da lata que otro triunfe con una canción que hiciste tú?
“Es que yo las puedo volver a grabar después de un tiempo. Pero están hechas especialmente para otro. Entonces, la satisfacción es un trabajo de desapego, de escuchar a Chayanne cantando “Antes de dormir” cada vez que abre sus show… Yo no lo podría hacer mejor que él, porque fue hecha para él”.
-Alberto Plaza, Keko Yunge y tú parecen ser tres músicos que ya no se encuentran en las nuevas generaciones. ¿Se están extinguiendo los baladistas?
“Sí. No veo un recambio en cantautores como Alberto y como yo. La única persona que he visto que viene haciendo cosas importantes es
Alexis Venegas. Es bueno todo el rato, un tremendo cantautor. Es más joven que yo y está tratando de ingresar. Todavía no se ha hecho muy popular, pero es muy bueno. Pero no veo a un chico como yo, a los 25 años, haciendo sus discos…”.
-¿Crees que están saliendo músicos muy maqueteados y que duran poco?
“No. Lo que pasa es que la carrera de cantautor es muy solitaria y requiere de mucho valor. Muchos se quedan en el intento, porque se desilusionan y no han tenido la fortaleza para seguir adelante”.
-¿A ti te costó mucho?
“A todos nos ha costado, pero nunca flaqueamos. Cuando nosotros partimos siempre hubo músicos más populares que tuvieron muchas más oportunidades, pero uno tenía que seguir con su propia fe. La música siempre es así. A mí me tocó cuando estuvo de moda el axé, después el sound… Uno siempre tiene que lidiar”.
-A pesar de todo, el amor no deja de ser el gran tema de casi todas las canciones. ¿Por qué te inspira tanto?
“Porque no hay una energía que mueva más la emotividad en el ser humano que el amor. Y no solamente hablando del amor de pareja, sino la energía del amor, la que te hace tener amigos, la que tienes por tus hijos, por tu país, por la naturaleza… Te hace sentir muy bien. No hay otra cosa mejor que esa. Tiende a unificar, saca cosas buenas de ti”.
-¿Un baladista es romántico siempre?
“No siempre (se ríe). Como todos los seres humanos, uno puede ser malo y travieso también, ¿eh? (se ríe).
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