Un masaje relajante no es lo mismo que un masaje erótico y por lo tanto, cuando se aborda el tema de espiritualidad y sexualidad hay que dejar en claro que el maestro no será nunca el amante.
El tema va por otra vertiente y así lo expone la española Eva Roy en su libro “Verdades y mentiras en el sexo” que trajo a Chile Ediciones B. La obra, que aborda sin recovecos y metáforas todo lo relativo al acto sexual en sí y el contexto en que se realiza, despeja en forma explícita todo tipo de dudas que se puedan tener sobre la relación hombre-mujer.
En su capítulo referido a la espiritualidad, esta periodista apunta al uso de la energía vital durante el acto sexual que ha sido recogido por distintas disciplinas, casi todas de origen oriental, donde el sexo tiene una carga valórica diferente a la cultura occidental-cristiana.
Es así como señala que el Reiki, el Chi Kung, el Tantra y el Feng Shui pueden ayudar en el ejercicio y experimentación de la sexualidad.
Reiki: Esta técnica de origen japonés, iniciada por Usui Reiki emplea las manos para transmitir energía vital universal y para ello se centra en los siete centros de energía o chakras que tiene el cuerpo.
El segundo chakra es conocido como sacro y se ubica en los genitales razón por la que se le asocia a la vitalidad sexual y en las mujeres, también con la fertilidad y embarazo. Y con el Reiki se busca sanar de forma natural algún dolor que generalmente relaciona la mente con las emociones, el espíritu y el cuerpo.
Es así como el Reiki aplicado en la zona baja del vientre no sólo puede ayudar a superar problemas como la impotencia o la frigidez, sino que también puede ser un nutriente para el placer.
Hay que tener presente que el Reiki se apoya en aceites y esencias de aromaterapia, que en el caso del chakra sacro es el almizcle.
Chi Kung: se basa en que la energía sexual del cuerpo se puede usar para mejorar la salud y según esta técnica, esta energía no sólo afecta el aspecto reproductivo.
Esta energía sexual se recibe, en parte, por herencia genética, otra en los riñones y la última se adquiere a través de la alimentación y toda esta fuerza se almacena en los órganos sexuales. Por eso, si logramos expandirla podremos contribuir a nuestra salud general.
Se afirma que si se logra controlar esta energía se dominará el deseo y se precisa que hay dos tipos de esta energía. La energía sexual fría es aquella que tenemos en reposo, y la caliente es cuando estamos excitados y la primera, la fría, puede ser manejada con ejercicios como los de Kegel.
La energía caliente puede también ser manejada mediante ejercicios y es mejor, si los practican ambos a la vez.
Sexo tántrico: de moda, pero casi nadie sabe de qué se trata. Proviene del Tantra, una filosofía hindú y tibetana que se fundamenta en la libertad y respeto incondicional a todo ser humano.
Ahora, el Tantra no enseña sexualidad, sólo afirma que puede ser fuente de felicidad y lo considera el principio, no el fin. Y por eso, no se hace cargo del tiempo; aquí los encuentros sexuales son largos y una parte inicial es sin tocarse, y sigue con masajes sobre la piel.
En el sexo tántrico hay que aceptar el sexo como algo natural y no hay que luchar contra lo que sentimos o nos esclavizará. Además, aquí la respiración y la penetración tienen importancia capital.
Es singular que en el sexo tántrico el orgasmo sea individual, en soledad, o sea, la otra persona no está presente.
Feng Shui: el arte chino de la colocación es milenario y su objetivo es dirigir la energía de modo que nos sea favorable. Este considera las fuerzas del viento y del agua y buscará su armonía.
En el centro de esta filosofía están el ying y el yang (femenino y masculino) que no deben considerarse opuesta ni una buena y otra mala, sino complementarias.
Guiados por lo anterior, hay que preocuparse de la disposición de los objetos en el dormitorio para que la energía fluya mejor; de ahí que no hay que tener aparatos electrónicos, despejado de obstrucciones y la cabecera de la cama contra la pared, frente a la ventana. Además, se debe tener presente que los colores que erotizan son los rojos y el amarillo favorece la comunicación.
Un truco es poner un objeto de cobre al lado de la cama de él, para potenciar su virilidad.