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¿Nos gustaría que se supiera?

05 de Diciembre de 2008 | 09:22 |
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"Tres personas pueden guardar un secreto, siempre y cuando dos de ellas estén muertas", opinó Benjamín Franklin respecto de la capacidad de confidencialidad del ser humano.

Esta ironía sirve para reflexionar sobre los eventos del último período, que han llevado a cuestionar el manejo de información privilegiada. El correcto uso de información confidencial es muy relevante para una sana convivencia social.

Al aprovecharnos de un dato o vínculo privilegiado para lograr beneficios personales en desmedro de otros, erosionamos la sociedad y la integridad de sus instituciones, dañando un valor crucial: la confianza. Incluso quienes obtengan resultados injustamente favorables, deberán enfrentarse a las consecuencias de una sociedad desconfiada, que aumenta el riesgo y desmotiva la inversión y el crecimiento.

La cultura individualista estimula a poner en segundo plano el bien común y como figura central el beneficio personal. Para asegurarnos que nuestro manejo de información es adecuado y orientado a preservar el bienestar social y la confianza, se sugieren cinco puntos de reflexión.

La reciprocidad: ¿nuestra actitud o decisión corresponde a un trato que a nosotros nos gustaría recibir?

La publicidad: ¿cómo nos sentiríamos si nuestras acciones fueran de conocimiento público? (¿vergüenza?, ¿sería fácil corroborar nuestras decisiones?).

La confianza de un cercano: ¿nos sentiríamos cómodos si una persona que estimamos (amigo, marido/mujer, familiar) supiera nuestro actuar?

La universalidad: si todos hicieran lo que hacemos, ¿se destruirían o fortalecerían los valores sociales?

El legado: ¿qué impacto tendrán nuestras acciones sobre el recuerdo profesional y personal que queremos dejar?

En familia, con los amigos, en el trabajo, en la competencia empresarial cabe reflexionar sobre el manejo que hacemos de la confianza que depositan en nuestro actuar los demás. Nuestra conducta debe orientarse a preservar el bien común y la confianza que han depositado en nosotros. Es el desafío.
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