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Mujeres, innovación y ciencias

26 de Diciembre de 2008 | 10:30 |
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En el MIT, de Harvard, sólo el 5% de los profesores titulares son mujeres, pero ése no es o era realmente el problema. Hasta hace algunos años esas profesoras encontraban una serie de dificultades para conseguir que les ampliaran el espacio para trabajar con sus equipos. Tras concertarse y plantear el tema en las altas esferas, el MIT revisó sus procedimientos y confirmó que había una suerte de discriminación ciega que fue revertida. Hoy, el director del MIT es mujer.

La anécdota anterior, contada por la Premio Nacional de Ciencias Naturales, Cecilia Hidalgo, sirve para graficar las barreras culturales y psicológicas que dificultan la participación de las mujeres en el mundo de la investigación e innovación y que no sólo se hace cargo del problema intrínsico que plantea la maternidad.

Porque en definitiva, para que la mujer participe en este mundo se requiere de mucho esfuerzo. No sólo se debe luchar contra el mito de que las mujeres no son buenas para las matemáticas –explicación simplista que se da para justificar la alta presencia de mujeres en el mundo de los servicios, salud y educación, pero no ciencias-.

Se debe luchar contra otra serie de cortapisas silenciosas que aún no logran ser descubiertas del todo. De hecho en eso está el Fondecyt, porque si bien la tasa de aprobación de proyectos de las mujeres es de un 37% contra un 39% -casi iguales- el tema sigue siendo que la tasa de postulación es muy baja. O sea, algo pasa en la entrada.

Consciente de lo anterior, el Gobierno ha impulsado una serie de medidas de discriminación positiva destinadas a fortalecer y potenciar la participación de las mujeres en el mundo de la ciencia e innovación.

Una de ellas es aplicar la discriminación positiva hacia las mujeres en los procesos de otorgamientos de becas para especialización en el extranjero cuando los postulantes de ambos sexos presenten igualdad en los puntajes.

Otra medida o buena práctica que se ha impuesto en el Fondecyt es la aplicación de una prórroga en la realización de un proyecto de igual tiempo al período de pre y post natal que requieren las mujeres investigadoras.

Y en el caso de quienes están en proyectos de post doctorado, se estableció que las mujeres recibirán un sueldo durante sus pre y post natal de manera que no se vean obligadas a abortar la investigación.

Igualmente, el criterio de compensar el pre y post natal también se aplica a la hora de postular, en el sentido de que se extiende el plazo de publicaciones requeridas en los meses equivalentes.

“Es verdad que la maternidad es una condicionante, pero no es la única”, sostuvo la Premio Nacional Cecilia Hidalgo en el seminario Mujeres e Innovación organizado por el Ministerio de Economía.

De hecho, algo debe explicar que el porcentaje de mujeres como profesores en enseñanza pre básica, básica y media sea de un 80% contra sólo un 22% en la enseñanza universitaria.

La directora del Fondap, María Elena Boisier, insistió a partir de lo anterior en la necesidad de revisar por qué se produce una suerte de “autoexclusión” de las mujeres en el proceso de postulación a proyectos científicos.