Aunque sólo queden meses para despedir los 21 años de juego profesional en las canchas, el Coto Sierra parece no prestarle mayor importancia. El ex seleccionado nacional camina sereno, tras realizar una de las actividades que desde marzo concentrará parte de su trabajo: entrenar la sub 18 del Club Unión Española.
A pesar de todo, dice seguir considerándose futbolista. “Aún estoy entrenando y preparándome para jugar la Copa Chile. En estos momentos, no me siento ex jugador de fútbol. Yo sé que va a ser un momento difícil, complicado, porque es una actividad que he hecho por mucho tiempo”, cuenta.
La tranquilidad de quien metiera el glorioso gol a Camerún junto a la Roja de Francia ’98, se puede traducir en madurez. El mismo que entre sus 54 partidos con la selección sobresalió también por ser considerado el más guapo del plantel nacional, acaba de cumplir los 40 años el 5 de diciembre, fecha que no hace mucho calificó de “catastrófica”, al tiempo que se acercaba el cambio de folio.
-¿Fue tan terrible?
“¿Yo dije eso? (Se ríe) No, no fue tan terrible, pero, obviamente, es distinto. Cuando cumplí 30 no sentí ningún cambio, pero ahora, cambiar de 39 a 40...”.
-¿Qué pasa?
“No es algo muy serio, yo me lo tomo como una humorada, pero es distinto. Es como cuando uno era más joven y decía:
Oye, éste tiene 40, ya está pasando la barrera”.
-¿Y te sientes cruzando la barrera?
“No sé si por la actividad que hago, y gracias a Dios, hay mucha gente que dice que, físicamente, yo no represento para nada los 40 años. Pero tampoco es un tema que me aflija demasiado.
“Lo que pasa es que, por mucho que se quiera tomar como algo más profesional y que tenga muchas otras aristas, el fútbol es un juego, y obviamente que ese tipo de cosas hacen que uno se sienta todavía joven. Yo no me siento con problemas de crisis existenciales ni nada”.
-¿Ni siquiera porque se acerca tu despedida?
“Es que no he pensado en ese momento. Creo que las cosas hay que vivirlas, más que anticiparse y ponerse a pensar qué es lo que va a pasar o cómo voy a reaccionar”.
Lo que sí ha sido pensado es su adiós a las canchas como futbolista profesional. Desde que en octubre pasado informó su decisión de retiro, varias voces se han alzado, algunas apoyando la decisión, otras en contra de la despedida.
-¿Tus más cercanos están de acuerdo?
“Algunos me preguntan que por qué no juego un año más... Pero no, es una decisión que ya está pensada y muy analizada como para cambiarla, no hay vuelta atrás. Yo agradezco todos los comentarios y que mucha gente crea que puedo seguir jugando, pero ya ha sido un largo tiempo jugando y esta otra posibilidad (de entrenador) me motiva bastante.
“Afortunadamente, en mi carrera he podido tener muy buenos referentes como entrenador y eso me da la posibilidad de saber cómo es el manejo”.
-¿No te preocupa que, en general, se crea que los jugadores meten goles por mérito de ellos y que cuando pierden es culpa del entrenador?
“Yo sigo creyendo que en el fútbol no hay nada más importante que los jugadores, y no voy a cambiar porque estoy dirigiendo un equipo. Lo otro es parte del fútbol y uno sabe que es así. Yo no me hago drama, porque yo llevo bastante tiempo en esto y sé que es así. Ahora, uno como entrenador busca sentirse reflejado en lo que hace el equipo dentro de la cancha, más allá del resultado. Si ganamos y yo no me siento reflejado, no me voy a sentir pleno como entrenador”.
-Trabajas directamente con la sub 18, ¿qué esperas entregarles como entrenador?
“Uno tiene que colaborar en el proceso formativo, inculcarles lo que significa ser un futbolista profesional y la responsabilidad que conlleva, más allá de los atributos futbolísticos. Ser jugador de fútbol profesional no es pegarle bien a la pelota, eso lo hacen muchos y algunos nunca fueron profesionales”.
-¿Y qué es ser jugador de fútbol profesional?
“Querer esta actividad más que a cualquier otra cosa, con todo lo que implica, dejando de lado un montón de asuntos para poder ser jugador de fútbol, tomarla con pasión, ser responsable, entrenarse al máximo. En el fondo, ser una persona que se dedica a esto y no alguien que lo toma como un pasatiempo. Para eso existen las ligas de fútbol amateur”.
-¿Qué cosas sacrificaste tú?
“En mi etapa de juventud me perdí mucho de lo que hacían mis compañeros de colegio; ir a fiestas, salir, por cuidarme para poder jugar en cadetes. Después, como profesional, lo mismo. Quizás, a mí me hubiese gustado estudiar en la universidad. Siempre me ha llamado la atención todo ese mundo, pero el fútbol no da esa oportunidad. Si uno quiere estudiar solamente se puede en las tardes, que no es lo mismo. Pero yo no me arrepiento. A mí lo que más me gusta hacer es jugar al fútbol y es lo que siempre me apasionó, desde niño. Entonces, no podría cambiar una cosa por la otra. Ahora también hay cosas que he tenido que dejar de lado, pero he tenido la suerte de tener una familia, -primero mis papás, y después mi señora y mis hijos-, que han comprendido cómo es esta profesión: es no tener fines de semana, cuando se arman almuerzos y están los paseos de fin de año y las actividades del colegio. Los fines de semana los vivo ocupado en mi profesión. Ellos lo han entendido así y les gusta. Igual me doy tiempo pare estar con ellos. Mi familia es lo más importante para mí. No tengo otro pasatiempo, a parte del fútbol, que no sea compartir con ellos, con mi señora, con mis hijos... el verlos crecer”.
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