Los hombres dirían que esto es de mujeres y, puede ser, pero la realidad señala que las chilenas que no trabajan –e incluso las que sí- consideran fundamental su presencia en el cuidado de los hijos. El tema es que las primeras, aún deseando querer trabajar, optan por no salir al mundo y las segundas, lo hacen, pero cargan sus culpas.
Pero la contradicción no se da sólo ahí, sino que también en el hecho de que las mujeres que están inactivas –y que corresponden al 60% de las mujeres en edad de trabajar- creen en un 53% que los hijos tienen mejor rendimiento escolar porque ellas están presente, aunque sólo un 29% considera que la que se queda en casa es mejor madre.
Estos datos son algunos de los elementos contenidos en el segundo Barómetro Mujer y Trabajo que elabora ComunidadMujer con la Organización Internacional del Trabajo y DataVoz.
El estudio, basado en una encuesta hecha a mil 100 mujeres inactivas del Gran Santiago, confirma que las mujeres que no trabajan lo hacen, principalmente, porque las remuneraciones a las que pueden optar son bajas y no justifican el costo de dejar a los hijos.
Verónica Flores, jefa de estudios de ComunidadMujer, resaltó el hecho de que esta encuesta certifica de paso, la persistencia de modelos culturales de raíz machista que inhiben la salida de la mujer al mundo laboral. Dijo que nadie se puede sorprender ante el hecho de que un 10% de las mujeres que dejaron de trabajar lo hicieron porque el marido no quería que estuviera fuera de la casa y otro 11% porque tenía cuidar a los hijos.
Tampoco sorprende que de ese grupo que dejó de trabajar un 12% abandonara su labor porque estaba cansada con la sobrecarga de la doble jornada casa-trabajo.
Y Verónica fue más allá al señalar que si se le aplicara la misma encuesta a los hombres cesantes, claramente ninguno diría que no trabaja porque no tiene quien le haga las labores domésticas, razón que es dada en un 42% de los casos.
El estudio dio pie para que la Ministra del Trabajo, Claudia Serrano, reconociera que pese a las políticas y esfuerzos realizados por el Gobierno “hemos tenido resultados pobres” en el objetivo de aumentar la participación femenina en el mundo laboral.
Se hizo cargo de que hay tres razones que obstaculizan los anterior: oportunidades que se ofrecen no son atractivas y la existencia de una carga cultural, especialmente en los segmentos socioeconómicos bajos que retienen a la mujer en el rol de cuidadora de la familia.
Pero también mencionó la falta de flexibilidad que impide optar a trabajos diferenciados. Al respecto, aseguró que este tema debe ser abordado pero que efectivamente es asociado a precariedad y discriminación.
Lo que quieren
El Barómetro confirmó que del universo de mujeres inactivas, un 69% quiere pero no puede trabajar por varias de las razones ya expuestas. Sin embargo, se debe precisar que de ese universo de inactivas, el 74% tienen hijos menores de 14 años y un 80% pertenece a estratos socioeconómicos bajos.
Muchas de las que quisieran trabajar lo harían por razones de necesidad económica (en un 63%), mientras que sólo un 25% lo haría por razones de desarrollo personal.
Y si se quisiera adivinar el futuro, habría que hacerse cargo de las expectativas de estas mujeres que, en su gran mayoría, quieren que sus hijas trabajen cuando sean grandes ya sea que no tengan hijos, o sus hijos sean preescolares o adolescentes.
Es tan claro que tras esto hay un deseo personal de salir de la casa –nadie desea a su hija lo que no quiere para ella, afirmó Verónica Flores- que las mujeres inactivas aseguran convencidas que trabajar era bueno para la madre, para la hija y para la vida familiar.
Este estudio recoge también el dato de que las mujeres prefieren cuidar ellas a sus hijos que enviarlos a las salas cunas o dejarlos a cargo de otra persona (en un 63%), razón que llevó a Carla Lehmann, directora de DataVoz a señalar que “la política pública debiera enfocarse en dos ámbitos: cuidado infantil y flexibilidad horaria”.