EMOLTV

Adiós a los reproductores

Los hombres tienen menos espermios que antes. El motivo está en factores como el tabaco y el agitado estilo de vida actual, que hacen lo suyo tanto en ellos como en los ovocitos de las mujeres, haciendo del embarazo un verdadero milagro.

19 de Junio de 2009 | 08:42 |
imagen
Ciudades como Santiago y L.A. parecen ser ideales para provocar la infertilidad masculina y femenina. ¿La razón? La forma de vivir de sus habitantes, que reúne en un solo pack al estrés, sedentarismo, mala alimentación y las partículas que contaminan el aire.

Esta idea es compartida por el doctor Carlos Troncoso, director del centro IVI de Santiago, quien señala que “nos estamos pareciendo mucho a sociedades más desarrolladas, europeas y norteamericanas, sobre todo”, compartiendo con ellas las tasas de infertilidad, que son entre un 10 y 15 por ciento de las parejas en edad fértil.

Si bien el doctor explica que entre las primeras causas está la postergación de las mujeres a su maternidad, en favor de sus carreras -disminuyendo las posibilidades de un embarazo exitoso tras los 35 años- se deben sumar tanto las formas de vida que en general ha adoptado la sociedad actual, así como los factores ambientales.

Ya en 1992, investigadores daneses señalaron que en cinco décadas, la mitad de los espermatozoides de los hombres había desaparecido, disminuyendo de 113 a 66 millones por centímetro cúbico, perjudicando la fertilidad masculina.

Los culpables, según Elizabeth Carlsen -la doctora que dirigió el estudio-, son las sustancias tóxicas que pululan en el ambiente y que han sido generadas por el desarrollo industrial. Tema no menor en Chile, donde la contaminación del aire en Temuco aumenta a niveles críticos por el hollín en suspensión de las chimeneas a leña y calefactores, y en Santiago, la alerta ambiental se extiende mientras el cielo siga negándose a limpiar el cielo.

“Desde ya hace unos 20 años se ha visto una correlación entre el deterioro de los valores que se ven en el espermiograma (el análisis del semen, que analiza el número de espematozoides, su movilidad vitalidad) y el grado de industrialización de los países, por consiguiente, con la calidad de elementos nocivos que entran al ambiente”, coincide el doctor Eduardo Bustos, andrólogo y profesor de la Universidad de Chile.

Bustos explica que las sustancias contaminantes perjudicarían más a hombres que a mujeres, ya que “él es más sensible, porque el proceso de producción de espermatozoides es muy complejo y hay fases en las que se puede interferir con una sustancia tóxica. Está en ciclo continuamente, hasta la declinación de su potencial fértil en la tercera edad. A diferencia de las mujeres, que su stock de células germinales queda fijado ya en el período fetal”.

Sin embargo, ellas no quedan exentas de verse afectadas por la contaminación ambiental, ni mucho menos por factores como el estrés y la obesidad.

“A las mujeres obesas no solamente les cuesta más embarazase, incluso, requieren tratamientos más agresivos, y una vez que se embarazan, abortan más”, cuenta Troncoso, antes de comentar que, en el caso de los hombres, el sobrepeso se puede traducir en una menor producción de testosterona, afectando el proceso de la espermatogénesis.

“Es decir, todo el tejido adiposo que puede tener una persona, tanto hombre como mujer, puede llegar a comportarse como un órgano que captura las hormonas, sacándolas de su circuito normal y devolviéndolas como otra sustancia”, explica.

Asimismo, señala que el tabaco también afecta la etapa de generación de espermios. “Se ha logrado demostrar que hombres que fuman más de 10 cigarros al día tienen alteraciones en el DNA del semen, lo que se traduce en una baja fecundación posterior”, cuenta.

En cuanto a ellas, y con el mismo número de cigarros, puede adelantase la menopausia incluso en un año. “Se sabe que tienen una menor reserva ovárica, una menor calidad de ovocitos, por lo que los tratamientos de reproducción pueden tener peores resultados, sobre todo con una toxicidad a nivel celular”, que sucedería con el aporte nocivo de la contaminación.

El estrés bajo humo

La ansiedad que la rutina diaria genera en el ser humano, quien vive acumulando obligaciones e inserto entre ruidos y prisas, provocaría también un desmedro en su fertilidad.

Cuando se trata de un estrés crónico, “el organismo secreta corticoides que tiene efectos nocivos sobre el testículo”, cuenta el andrólogo, quien concuerda con las palabras de Troncoso, quien explica que cuando hay parejas en tratamiento para lograr un embarazo, aquellas que tienen apoyo psicológico paralelo, para disminuir su ansiedad, tienen hasta el doble de posibilidades de lograr su cometido.

Pero por más que se viva en un mundo de sabiduría zen, las repercusiones de los contaminantes no discriminan.

“En Santiago, los plaguicidas de las zonas que rodean la ciudad son un gran factor que afecta la fertilidad”, cuenta Bustos. “Es lógico pensar que una sustancia que la industria química diseñó para matar a un ser vivo pueda dañar a otro, como el hombre”.

El doctor menciona también al monóxido de carbono de la combustión de motores y algunas fábricas, como otra de las sustancias dañinas. “Factores son múltiples, todas derivadas de industrias y actividades humanas. Por ejemplo, hay cien productos que se incorporan anualmente, fundamentalmente, a la industria química, pero que son indispensables en el mundo moderno”, dice antes de reflexionar: ¿Hoy concebimos un mundo sin plástico? Imposible. De lo que se trata no es de evitarlos, sino de manejarlos racionalmente, con normas de respeto a la sanidad ambiental.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?