Temporada de bulbos

Durante la primera semana de septiembre es recomendable mullir superficialmente los macizos arbustivos para eliminar la maleza emergente y sacar las ramas y ramillas secas de árboles y arbustos.

También es importante hacer un control preventivo de las enfermedades foliares con Dithane 20 a 25 gr en 10 litros de agua mojando bien la parte aérea. Como alternativa, se puede emplear Bravo 720 13 cc en 10 litros de agua.

Asimismo, es aconsejable desmalezar los pastos manualmente. Conviene hacerlo temprano en la mañana, aprovechando que el suelo está húmedo, poniendo especial énfasis en las malezas perennes.

Al pasto se le da un último corte bajo, pues con el aumento de las temperaturas, es necesario subir el corte paulatinamente. También esta época es apropiada para preparar nuevos macizos florales. Se pica el suelo, idealmente a 30 ó 35 cm para sacar raíces, piedras, plantas viejas. Se incorpora una capa de 3 cm de espesor de compost de cama de champiñones y superfosfato triple, unos 3 kilos cada 100 metros cuadrados.

Si el terreno es muy pobre, se agrega unos 2 kilos de Germinal. Se rastrilla muy bien para dar los niveles adecuados.

Se puede plantar: alegría del hogar, alhelí, campánula, cartuchos, cineraria, digitalis, jacinto recién floreciendo, phlox, linaria, lino, lobelia, ranúnculo, salvia, Rudbeckia, valeriana, verbena, lilium, petunia, tagetes.

Plantación de bulbos Los bulbos requieren de una preparación especial del suelo. El ideal es utilizar 20 o 25% de guano rojo y el resto de guano de vacuno compostado o hecho humus para dar volumen. En el jardín hay ciertos bulbos y algunas plantas que se cultivan como bulbosas que tienen un carácter estructurante. Tal es el caso de clivia, agapanthus, calas, "caña ambar", achira. Estas son especies con mucha "presencia" y de enorme fuerza expresiva. Los otros bulbos (salvo en grandes manchones florales) son más bien de relleno, aunque se les puede dar un sentido concreto.

Por ejemplo, plantar jacintos cerca de un estar para perfumar el sector; ranúnculos para dar vida a arbustos muy neutros, como laurel de comer, pittosporum, viburnum, laurocerassus, bambúes, cocculus. Para la semisombra, al amparo de un árbol de hoja persistente, se puede colocar una pequeña plantita como la begonia tuberosa; es muy bonita, aunque es necesario cuidarla de caracoles y babosas. Por eso, muchas personas prefieren cultivarla en macetas, lo que es una buena alternativa. Estupendo y poco conocido es el bulbo de flor rosada llamado Nerine.

De gran rusticidad, acepta suelos pesados, sol y semi-sombra. Otros menos conocidos que se pueden plantar ahora son Chlidanthus fragrans (muy interesante; nativa de Perú), tigridia, ixia, calas rosadas y amarillas, zephyranthes rosados. Para conservar los bulbos especiales, el trabajo del suelo consiste principalmente en eliminar los agentes patógenos, por lo que conviene regar previamente con Thiram.

Si se sospecha de alguna pudrición en ellos hay que dejarlos remojar en Thiram unos 10 minutos antes de la plantación. Plantación y siembra de enredaderas Dentro de la familia de las bignoniáceas hay algunas enredaderas espectaculares, sin problemas de plagas ni enfermedades. Algunas son muy rústicas y otras más bien costeras, vale decir, algo delicadas al frío del invierno.

Las más conocidas son la "uña del gato" y la enredadera de la trompeta. En la familia de las ranunculáceas están las famosas clemátides; de la familia de las leguminosas, la más popular es la flor de la pluma, aunque una anual, Lathyrus odoratus, conocido como "clarín" o "guisante de olor", adorna floreros y llena de perfumes el patio.

Para sembrar el clarín basta con hacer un surquito con un azadón de mano, echar la semilla al fondo y tapar con tierra, después regar. Lo ideal es sembrar al pie de un enrejado bien asoleado. Es necesario proteger la siembra de los pájaros colocando ramas de espinos, ya que los brotes iniciales son severamente perjudicados.

Las enredaderas leñosas se plantan en un hoyo generoso, disponiendo en el fondo unos 80 gr de superfosfato triple. Éste se debe cubrir con algo de tierra para que las raíces no estén en contacto con el abono. Siempre conviene plantarlas lo más cerca posible del pie derecho del tutor soportante o del árbol por el cual va a trepar. Después de la plantación se da un riego profundo y se deja hecha una buena taza para los riegos del verano.

Aquellas enredaderas delicadas al frío y plantadas en lugares donde caen algunas heladas, deberán ser protegidas en el invierno. Tal es el caso de la bignonia rosada, la que se debe adaptar lentamente. En estas situaciones también es útil colocar dos veces al año algún abono potásico como sulfato de potasio.