“¿Por qué una mujer desobedece el mandato oscuro que le ordena que no puede derramar la sangre, sólo aceptar que se le derrame?”
“Lo que es valorizado en el hombre es que puede hacer correr su sangre, arriesgar su vida, tomar la de otros, por decisión de su libre arbitrio; la mujer ve correr su sangre y da la vida ( y a veces muere al darla), sin necesariamente quererlo ni poder impedirlo”.
La pregunta y respuesta anterior dan inicio al libro “Chilenas en armas” de editorial Catalonia, que la periodista Cherie Zalaquett está próxima a lanzar y que escudriña las historias públicas y ocultas de las mujeres de esta patria que han seguido ese camino reservado, por tradición, a los hombres.
La profesional debió realizar más de 50 entrevistas para poder desentrañar qué motiva a una mujer a incorporarse a los cuerpos armados institucionales de las Fuerzas Armadas o sumergirse en la vida subversiva y secreta de los movimientos terroristas.
A partir de la lectura de sus más de 350 páginas surgen entonces una serie de preguntas: ¿Qué transgrede una mujer cuando rompe una normativa de subordinación? Las mujeres que operan en el campo militar ¿son masculinas?
En su recorrido, Cherie Zalaquett revisa los profundos cambios y transformaciones que debieron vivir el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, en ese orden cronológico, para permitir la participación de mujeres en labores propias de la guerra y el mando y no del servicio administrativo.
Pero, claramente, las páginas que captan la atención son las destinadas a los movimientos que desde la década de los 60 se formaron en la oscuridad: el MIR, el aparato militar del PC, el FPMR, y el Mapu Lautaro.
La mítica comandante Tamara, Cecilia Magni; Ana Silva, jefa militar de masas del PC; Kelli y la “mujer metralleta”, Marcela Rodríguez son descubierta y llevadas a la luz por Cherie Zalaquett en un relato apasionante que nos recuerda pasajes de nuestra historia reciente.