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4 signos del envejecimiento del contorno de ojos

La cafeína, la vitamina K, los antioxidantes y los péptidos, además de los anteojos de sol, son los mejores aliados para combatir los cuatro signos visibles del envejecimiento del contorno de ojos: arrugas de expresión, ojeras, bolsas y caída de pestañas y cejas.

10 de Noviembre de 2009 | 10:44 |
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Desde pequeñas líneas de expresión hasta abultadas bolsas de grasa, los ojos envejecen de diferentes maneras y delatan, como ninguna otra parte de nuestro rostro, el paso de los años. Y es que, como explica la dermatóloga Cecilia Orlandi, "la piel de esta zona es la más fina de toda la superficie cutánea. Tiene sólo cinco milímetros de grosor, por eso es muy sensible al paso de los años, al movimiento constante y al medio ambiente. La dermis, que es el 'rellenito' con colágeno, no tiene mucha función en esta área tan delgada".

Ojos cansados, ojos hundidos, ojos caídos... Los problemas que atañen a la zona de los ojos pueden, en muchos casos, prevenirse y, a través de técnicas quirúrgicas, revertirse. Lo esencial es conocer cuáles son estas problemáticas y qué las provoca.

Las arrugas de expresión. Las arrugas del borde externo de los ojos corresponden a líneas de expresión y suelen ser el primer signo visible del envejecimiento cutáneo. Su causa son las pequeñas contracciones musculares, que se producen con la risa y otras expresiones, que, repetidas en el tiempo, derivan en marcas en la piel.

El sol es otro culpable, ya que la exposición a los rayos reduce los niveles de colágeno y elastina de la piel, haciéndola más quebradiza. Además, estimula el movimiento de entrecerrar los ojos (para evitar el encandilamiento), que es causa importante de las comúnmente denominadas "patas de gallo".

Prevención: Usar cremas específicas para la zona, que contengan antioxidantes (como el de la murta chilena) y otros protectores contra el daño producido por los radicales libres, para mantener la zona hidratada y flexible. Además de sueros ricos en vitaminas y estimuladores del colágeno y la elastina, que actúan tensando la piel.

Las ojeras. En nueve de cada diez casos, la falta de sueño no es la causa de las ojeras, aunque evidentemente que dormir poco puede enfatizarlas. Las ojeras o color violáceo tienen que ver con factores genéticos y se relacionan con la piel delgada y la transparencia de los vasos venosos de la zona debajo de los ojos, que son de color azuloso. También pueden producirse por la acumulación de bultos de grasa, que hacen que la luz no se refleje correctamente, creando una sombra oscura.

La exposición solar puede agravar el problema, impulsando la creación de melanina, lo que deviene en una mayor pigmentación de la piel y ojeras marrones.

Prevención: Aumentar el consumo de vitamina K, en forma oral o tópica con productos específicos, porque ayuda a la vascularización, reduce hematomas y beneficia la circulación, evitando que se formen "piscinas" de vasos venosos debajo de los ojos.

Otro ingrediente eficaz es el Haloxyl, que fortalece los vasos capilares, reduce la hinchazón e incluso podría hacer más densa la piel debajo de los ojos. Además, es clave usar factor solar especial para la zona y anteojos.

Surcos y bolsas. La zona debajo de los ojos está compuesta principalmente por grasas (grasa orbital) y tejido.

Con los años, estos componentes se adelgazan y tienden a desaparecer, creando verdaderos hoyos debajo de los ojos y haciéndolos lucir demacrados. Además de producirse por una condición natural, estos surcos pueden ser el resultado de una cirugía mal efectuada en que se haya retirado demasiada grasa.

Por el contrario, cuando se acumula grasa y tejido en la zona, aparecen la hinchazón y las bolsas. "Son tres bolsitas de grasa que, al estar la piel más laxa con los años, empujan hacia delante", explica Orlandi. La acumulación de agua y fluidos bajo el ojo pueden hacer aún más grandes estas bolsas.

Los agujeros e hinchazón tienden a coexistir, dándole a los ojos un aspecto cansado. Y, aunque existen soluciones quirúrgicas, son difíciles de disimular. Se trata de problemas hereditarios y un elemento inherente al envejecimiento.

Prevención: Aunque no hay forma 100% efectiva de prevenir las bolsas, dormir con la cabeza levemente elevada ayuda a disminuir la acumulación de fluidos en la zona. Además, se recomienda evitar el exceso de sal, que hace retener aun más los líquidos.

Caída de pestañas y cejas. Como el pelo de todo nuestro cuerpo, las pestañas y cejas tienen su ciclo de vida, no son eternas, y se renuevan permanentemente aunque no al mismo ritmo que el cuero cabelludo. Una pestaña que se cae, por ejemplo, se recupera en diez meses.

Pestañas y cejas también envejecen, lo que se traduce en fragilidad y escasez de cabello en la zona y, en el caso de las cejas, en aparición de canas.

Prevención: Las pestañas artificiales son una opción, pero además existen estimulantes del crecimiento. El producto más nuevo, que aprobó recientemente la FDA para su uso médico, es el Bimatoprost que apareció como un derivado de otro medicamento que usan los oftalmólogos para el glaucoma. Este producto estimula el crecimiento de las pestañas, las alarga en 16 semanas.

Una manera de prevenir la pérdida de pestañas es evitando los encrespadores, porque las arrancan o las cortan. Los especialistas recomiendan en su reemplazo realizar un encrespado profesional unas tres veces por año. ¿Y las máscaras de pestaña? Si no hay alergias, no hay contraindicación siempre y cuando se retire en la noche con productos específicos, como el agua micelar.


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