Londres.- Cada noche se repite la escena. Jóvenes mujeres totalmente ebrias se tambalean por las calles británicas. Se apoyan en otras personas porque ya no pueden caminar solas. Otras vomitan en la entrada del edificio más cercano o simplemente yacen inmóviles sobre las veredas.
Estas imágenes son usuales en la prensa e indican una afición sumamente popular entre las británicas: beber hasta caerse. El emborracharse se transforma en el deporte más popular especialmente el fin de semana.
"Se convirtió en una verdadera cultura", afirma Tom, que trabaja detrás de la barra en un pub en la Leicester Square londinense. Agrega que ya se convirtió en un problema. Mientras sirve una cerveza tras otra, afuera hay un grupo de jóvenes mujeres, cada una con al menos un vaso de cerveza ya vacío y otro a medio llenar delante suyo. "Es parte de la salida después del trabajo", dice una y termina su vaso.
Sin embargo, muchas mujeres están lejos de darse por satisfechas con dos pintas, aproximadamente un litro de cerveza. Beber hasta quedar en coma es dos veces más frecuente entre las británicas que entre mujeres de otros países, indica Ian Gilmore, presidente del Royal College of Physicians.
Y las mujeres comienzan muy jóvenes, según un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Una de cada tres niñas de entre 13 y 15 Jahren ya estuvo al menos dos veces ebria y un cuarto de las jóvenes británicas de entre 16 y 24 años reconocieron en un sondeo beber al menos una vez por semana hasta casi desmayarse.
La razón del problema con el alcohol también es un cambio de conciencia, según Gilmore. Actualmente es "socialmente aceptado" que una mujer beba.
Esto no sólo se refiere a niñas, que gracias a la bebida esperan lograr pertenencia grupal y fortalecer su autoestima. También afecta a mujeres mayores, que después del trabajo quieren acompañar a sus colegas masculinos al pub.
Nick, un visitante de pub, cree que la creciente igualdad, especialmente en el terreno profesional, es la razón por la cual las mujeres beben más. Explica que hace 20 años no había tantas que ganaran su propio dinero y pudieran pagar grandes cantidades de alcohol. Agrega que los hombres, en cambio, siempre han bebido mucho.
Sin embargo, el excesivo consumo de alcohol no sólo afecta la salud de las mujeres. También se han vuelto más violentas. En los últimos diez años el número de actos violentos entre mujeres aumentó un 81 por ciento, según informó el gobierno a fines de octubre.
Sobre todo hubo un crecimiento de las lesiones corporales. En 1998 fueron condenadas por este delito 3.200 mujeres, en 2007 más de 8.000. La oposición lo atribuye a un consumo excesivo y exige gravar más el alto contenido de alcohol y prohibir las ofertas en supermercados. Gilmore está de acuerdo y además pide prohibir ofertas en bares y pubs y la publicidad de alcohol, frecuentemente dirigida a mujeres jóvenes.
